miércoles, 21 de agosto de 2013

La tristeza...

Lo llevo notando desde hace unos días... Me siento triste y desanimada.
Si bien me sigo aferrando a la idea de que todo no ha acabado, que aún existe la remota posibilidad de poder arreglarlo, aun a sabiendas que esto no puede ser...

El hecho incontestable de que él no aparece, que no sé nada de él desde hace ya varias semanas, alimenta mis peores presagios: la relación está rota y no hay marcha atrás.
Y eso choca directamente con mi inconsciente: que sigue haciendo de las suyas para seguir engañándome y decirme lo contrario...


Como indiqué en un post anterior, estoy luchando contra el autoengaño, que no es nada beneficioso para mí.
Las consecuencias de esta lucha?: la enorme tristeza que siento.

Ahora si que lloro. Lloro mucho. Le extraño, siento su ausencia y su lejanía.
Recuerdo los momentos que pasamos juntos y ahora los veo como un pasado que no volverá a repetirse jamás...
No tengo ganas de nada: no quiero salir, no mantengo casi contacto con mis amigos...
Sólo me apetece estar sola.

Sé que de alguna manera esto es normal. La tristeza que siento forma parte del camino que inicié cuando mi ex pareja decidió no seguir a mi lado.
Pero no puedo dejar que esta tristeza se alargue demasiado en el tiempo.
Me dejaré sentir esta sensación, que aunque es desagradable, es necesaria. Pero cuando lo considere oportuno, tendré que ocupar este tiempo ocioso que tengo en algo que me aporte algo positivo.
Hablaré de ello en un próximo post.

Por qué no es bueno que ocupe ahora mismo mi tiempo con otras actividades para no sentir la tristeza que tengo?: Muy sencillo. Porque es demasiado pronto todavía y si me mantego ocupada en este mismo instante, no podré vivir esta etapa del duelo. Me la saltaré. Y ya dije lo que pasaba cuando nos saltábamos las etapas... que tarde o temprano las pagaremos.

Tendré que tener paciencia con esta situación. Sé de sobra que esto tiene fecha de caducidad... cuando me sienta con fuerzas ocuparé ese espacio que antes ocupaba mi ex, y que un buen día decidió dejar vacío...

lunes, 19 de agosto de 2013

Perdiendo las esperanzas...

Como comentaba en un post anterior, los cantos de sirena siguen dentro de mí.
Mi inconsciente me los lanza mañana, tarde y noche. Evidentemente, me estoy autoengañando. Estoy luchando contra ello, diciéndome a mí misma que la relación está acabada. Pero es difícil...

Cuándo dejaré de tener estos cantos de sirena?, pues cuando las esperanzas desaparezcan.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pues de ser eso cierto, entonces será el comienzo de mi proceso de recuperación. Mientras tanto, tendré que seguir luchando contra esta dichosa negación que no me está dejando avanzar.

Noto que tengo la esperanza que me envíe un mensaje, un email, o una llamada telefónica en la que me dice de volverlo a intentar.
Pero viendo que han pasado algunas semanas en las que no sé nada de él, es más que evidente, o por lo menos poco probable, que vaya a aparecer a estas alturas.

Estoy pendiente del móvil, del email... todo el tiempo, con la estúpida esperanza de tener noticias suyas, y con ello, un hipotético regreso.
Sé que será cuestión de tiempo, cuando me dé cuenta que no hay marcha atrás. Que de verdad, no va a aparecer. Que no puedo esperar nada de él ya.

La negación se retroalimenta de la esperanza, y mientras ésta permanezca no seré capaz de superar esta fase.
Cuándo sucederá esto?: cuando la otra persona haya rehecho su vida con una nueva pareja que no sea yo. Cuando llegue ese momento, perderé las esperanzas de recuperarle, porque significará que mi ex ha pasado página y ya ha encontrado otra persona que ocupe lo que un día fue mi lugar.

Cuando nuestro ex ha rehecho su vida, ahí si amigos, la esperanza de recuperarle se esfumará...

Tengo que dejarle marchar, pero de momento siento que no puedo...

domingo, 18 de agosto de 2013

Todo me sale mal...

He tenido la enorme desgracia que mi ruptura se ha producido en plenas vacaciones de verano.
O lo que es lo mismo: me ha fastidiado los únicos días de descanso que tengo en el año.

Además de haberse producido la ruptura pocos días después de haber empezado mis vacaciones, han sucedido una serie de acontecimientos, a cada cual peor, que han hecho que no levante cabeza.

Ahora me encuentro que comienzo de vuelta a trabajar y mis vacaciones han sido un auténtico asco. Vamos, para olvidar!.

La semana pasada se sumó otro hecho que me ha obligado a romper con la racha de mala suerte que tenía. Asique me he marchado sola de vacaciones, unos 3 días, para descansar y desconectar un poco de todo. Pese a que no tenía pensado irme a ningún sitio, ya que no tengo dinero, he tenido que apañármelas para poder irme aunque sea unos días.

Cuando vivimos una situación de ruptura sentimental, como la mía, tenderemos a ver las cosas malas que nos sucedan, y a minimizar las buenas. No somos capaces de verlas.

En una ruptura anterior, me sucedió algo muy similar.
Cuando aquella separación se produjo, al mismo tiempo perdí mi trabajo, murió un familiar, mis padres se separaron, muchísimos problemas económicos... en fin, que no paraban de pasarme cosas malas.
Tiempo después, cuando todo aquello había pasado, me di cuenta que si bien era cierto que no paraban de ocurrirme situaciones negativas, también era igual de cierto que mi actitud de no ver las cosas buenas, aumentaba mi angustia y mi malestar.

No quiero que me vuelva a ocurrir esto otra vez en esta ruptura!. Cuando veo que me invaden los pensamientos negativos, el famoso "todo me sale mal", me esfuerzo en pensar en las cosas buenas que me han sucedido, aunque sean pequeñas, pero seguro que han sucedido...
A veces tengo que hacer un enorme esfuerzo para poder encontrarlas, e incluso, tengo que forzarlas, como el viaje que he hecho esta semana.

Este viaje no solo me ha ayudado a desconectar de todo esto, sino también a centrarme en mí misma. En ver, que mi vida no se ha detenido con la ruptura.
El viaje ha salido muy bien, ha sido breve, pero me lo he pasado muy bien. He conocido gente, con la que he compartido unas charlas muy interesantes. Vaya!, parece que acabo de encontrar algo bueno que me ha pasado...

martes, 13 de agosto de 2013

Todo me cuesta...

Cuando lo que debemos hacer va en contra de lo que sentimos, es normal que nos cueste.
Todo es forzado al principio. Lo hacemos porque debemos, pero en el fondo queremos hacer lo contrario.

Queremos llamarle, pero sabemos que nos saltaremos la regla número 1 en una ruptura: "el contacto 0".
Queremos saber qué es lo que piensa, lo que está haciendo justo en este mismo instante, pero sabemos que eso no será nada bueno para nosotros.

Sabemos que tenemos que hacer una limpieza material, pero no podemos. Todo cuesta demasiado...

Muchas veces nos saltaremos estas reglas, y le llamaremos o intentaremos provocar un encuentro con nuestro ex... y una vez más, seremos víctimas de los tentáculos seductores de nuestro inconsciente, que con su canto de sirena nos atraerá y nosotros, débiles aún, nos dejaremos seducir por él.
Así pues, le enviaremos ese mensaje tan romántico diciéndole cuanto lo extrañamos, o le compraremos un regalo para convencerle de que vuelva a nuestro lado.
Y lo haremos, sabiendo que no es nada bueno para nosotros.
Desgraciadamente, tarde o temprano descubriremos que, siendo los dejados, somos los peor parados en esta historia, los más débiles y quienes de alguna manera nos llevaremos la peor bofetada a nuestro error.

Yo no recrimino a nadie que caiga en los deseos de su inconsciente. Yo caí en una anterior ruptura una y otra vez. Por experiencia sé, que no sirve de nada echarme las culpas por lo mal que lo he hecho, porque eso no me ayudará en mi recuperación. En lugar de eso, prefiero recoger de mi error un aprendizaje. Entonces, aprendía que si me saltaba las reglas, tendría unas consecuencias y lo pagaba caro, muy caro.

Lo que estoy viviendo ahora mismo es una lucha constante entre mi inconsciente y mi razón. O lo que es lo mismo, entre lo que siento y lo que debo hacer.
Es una tensión que no cesa.
Me encantaría el poder llamarle y poder decirle algunas cosas que se me han quedado guardadas, que no he podido decirle.
Sin embargo, sé que esto no será nada positivo para mí. Y lo sé, por la experiencia de mi ruptura anterior...

Sé que tengo que hacer una limpieza, pero siendo honesta, aún no la he empezado. No puedo. No puedo hacerlo.

Hoy he reflexionado sobre ello, y prefiero decir: "Hoy no puedo hacerlo, quizás mañana si".
Necesito darme un tiempo para poder afrontar la fase de la limpieza de la que os hablaba en un post anterior.

Cuando veo que todo me cuesta, cuando veo que este túnel se está volviendo demasiado oscuro para mí, intento imaginarme dentro de unos meses, cuando esté en una fase más avanzada de mi recuperación, cuando vea que esto no me duele tanto...

Sé que hasta cuesta trabajo verse bien en un futuro. Pero como tengo la experiencia de mi ruptura anterior, sé que saldré adelante. Sólo tengo que poner de mi parte, aunque ahora cueste trabajo.
Cerrad los ojos e imaginaos dentro de unos meses, cuando esto ya no duela tanto, imaginaos un futuro mejor que este presente que estáis viviendo ahora mismo... seguro que os anima un poco más, como a mí...

lunes, 12 de agosto de 2013

Haciendo limpieza...

Seguramente, si llevábamos algun tiempo con nuestra pareja, tengamos regalos, recuerdos... que nos rodeen en nuestra casa.
Muchas personas, prefieren tirarlas, deshacerse de ellas. Yo soy más partidaria de meterlas en una caja y mantenerlas lejos de mi vista, por lo menos, por el momento.

Por que no recomiendo tirarlas?, muy sencillo. Porque cuando hayamos superado nuestra etapa de recuperación, nos hará ilusión releer esas cartas que un día nos escribieron, o mirar aquellas fotos en la que aparecíamos felices, o aquel collar tan bonito que nos regalaron en nuestro cumpleaños.
Si las tiramos, jamás podremos recuperarlas, y creedme, nos arrepentiremos de haberlo hecho.

Sin embargo, cuando haya pasado un tiempo, contemplaremos con ilusión lo que un día fue una bonita historia de amor.

Por qué debo hacer una limpieza de todos los regalos, recuerdos y fotos que tengo?, porque el verlos ahora mismo me hace mucho daño, y no me ayuda en absoluto en mi recuperación.
Por otro lado, porque es fundamental crear nuevos hábitos, de los que hablaré en un próximo post.

No es fácil el recoger todos sus objetos y tener que meterlos en una caja, porque eso significa que debemos asumir que la relación definitivamente se rompió. Seguramente necesitemos tiempo para poder hacerlo.
Hay que darse un tiempo para ello, pero tampoco hay que eternizarse: simplemente hay que hacerlo.

Qué pasa con aquellos objetos que son suyos y que nosotros tenemos?, hay que devolverlos lo antes posible, porque el quedarse con ellos alargará con un hipotética posibilidad de volver.
El problema es que para retornar esos objetos a su dueño, debemos quedar con él. Y eso no será bueno para nosotros.
Vamos a fantasear con un posible regreso, inconscientemente volveremos a engañarnos con un hipótetica reconquista. Que voy a hacer yo?, aunque suene frío y horrible, le enviaré sus cosas por correo. No quiero verle. No quiero estar cerca de él. No quiero sentirle cerca de mí. Si por el contrario se lo entrego en mano, correré el riesgo de una recaída que ahora mismo no me hace ningún bien.

Si esta persona tiene cosas nuestras, y las necesitamos o son importantes para nosotros, debemos pedírselas, preferiblemente por un sistema neutro que no dé pie a una posible vía de contacto que será fatal para nosotros, por ejemplo un email o un mensaje por el móvil.
Es aconsejable pedirle que nos envíen nuestras cosas por correo también.

Aunque suene duro es lo mejor, porque ahora únicamente tenemos que pensar en nosotros.