Estás pasando por una ruptura sentimental?, no sabes qué hacer?, no entiendes cómo te sientes?... En este blog, comentaré mis propias experiencias vividas por mí, ya que me han dejado recientemente. Espero, puedas sentirte comprendido y aliviado en este largo y duro caminar...
domingo, 4 de octubre de 2015
Las cosas no van nada bien...
Uno está cansado de la frialdad, del distanciamiento, de la sensación de "estoy contigo por rutina", por parte de nuestra pareja.
Pero uno no es tonto, sabe que si plantea la cuestión corre el gran riesgo de que sobre la mesa, se ponga una posible ruptura. Y eso amigos, no nos engañemos, da mucho mucho mucho miedo, sobre todo si seguimos queriendo a nuestra pareja.
Yo me encontré con este dilema en su momento, y me entró el pánico y nunca plantée nada, asique fue él quien se me adelantó...
Podemos estar en esta situación del "silencio" durante mucho tiempo, hasta que una de las dos partes decida mover ficha. Tal y como me pasó a mí, pero no necesariamente tiene que moverse ficha para romper la relación, también se puede hacer algo para resolver el problema.
En cualquier caso, lo que os quiero decir es que no se puede estar estancado en una situación que es desagradable. Tarde o temprano se evoluciona hacia un lado u otro (ruptura o solución).
No importa quien dé el primer paso, lo importante es que se dé.
Sea quien sea quien plantee una charla, por favor, intentad no poneros nerviosos. Me explico. No estéis a la defensiva, es importante en este punto que nuestra pareja esté cómoda para que hable claramente y nos diga qué siente. Si reprochamos, si discutimos, no conseguiremos más que un mayor distanciamiento, porque la otra persona al sentir un clima hostil tenderá a cerrarse, y os digo por experiencia que no es bueno.
Si la otra persona se cierra no podremos saber qué es lo que pasa exactamente, qué es lo siente y lo que piensa de la relación y de nosotros.
Sé que no ponerse nervioso es difícil, pero tenéis que intentar que el otro no se sienta incómodo para que pueda poner todas las cartas encima de la mesa.
Otro punto fundamental, que se pasa habitualmente por alto, es la actitud que tiene el otro.
Vale, tú tienes claro que quieres continuar con la relación, pero... y el otro?...
En esta situación observad, escuchad muy claro lo que hace y dice la otra parte. Muchas veces la comunicación no verbal podrá ayudarnos a entender y a descifrar que interés tiene en seguir o no con la relación.
Si al plantearse la charla veis que vuestra pareja propone soluciones o la veis preocupada por la situación, o se implica con vosotros, esa es buena señal, quiere decir que quiere continuar a vuestro lado. Por lo menos de momento... Y me explico.
Muchas veces cuando se plantea una charla en la que se exponen los puntos por lo cuales la relación no va bien, en ocasiones pilla de sorpresa al otro, quiero decir, que ha dejado de querer si, pero aun no ha meditado sobre una posible ruptura. Esta charla le pilla totalmente de sorpresa y la idea de romper le da pánico aún. De ahí ese interés en resolver los problemas.
Pero si en el fondo no os quiere, tarde o temprano volverá a la actitud de antes y quizás, ya si en esta ocasión, se plantee romper.
Pero para esta segunda opción tenemos que esperar un poco más de tiempo, para ver como se desarrollan los acontecimientos. El tiempo nos dará la respuesta.
Por el contrario si veis que la otra parte no pone interés en resolver los problemas, amigos, preparaos para una ruptura, ahora o más adelante.
Veis que no propone soluciones, que todo le da igual, que no pone mucho interés. Es evidente que no tiene ganas de seguir. Puede que las respuestas sean monosílabos, que no os mire a la cara, que ante las preguntas conteste con evasivas... Esto es una mala señal...
Pero ante esto, de verdad que queréis tener una persona así a vuestro lado?...
sábado, 26 de septiembre de 2015
Analizando las señales...
A veces no queremos verlas, pero están ahí.
Es difícil que una persona decida dejarnos de la noche a la mañana sin haber dado señales previamente. Y si no las daba, a lo mejor estaba actuando o auto-engañándose.
El problema es que muchas veces no las queremos ver. Justificamos el porqué se comporta de manera diferente, o porque no está igual que siempre.. y en realidad lo que estamos haciendo es tapar un gran problema de fondo.
A mí me pasó. Pero yo no quise verlo... Mucho tiempo antes de dejarme, mi ex estaba raro, diferente, y yo justificaba su comportamiento extraño alegando que tenía problemas en el trabajo. Era verdad, los tenía, pero no eran el motivo real que explicase lo que estaba pasando.
Él vivía en otra ciudad, y cada vez nos veíamos menos, y cuando estábamos juntos se mostraba más distante de lo habitual. Los últimos meses la cosa empeoró, y mucho.
Siempre hay señales.
No quiero decir que si nuestra pareja se muestra un poco diferente con nosotros vaya a dejarnos, claro que no, se puede estar pasando por una crisis o un mal momento, pero generalmente es el preámbulo para una ruptura. Nosotros conocemos bien a nuestras parejas, asique sabeis perfectamente de lo que os hablo...
Qué señales nos podemos encontrar?: son muchas y muy variadas, como por ejemplo que esté más distante, que no quiera mantener relaciones sexuales, que critique absolutamente todo lo que hacemos, que no muestre interés en estar con nosotros, que nos infravalore...
Hablar con nuestras parejas es lo más sensato, aunque no es fácil, porque da miedo que en algún momento plantee el dejarnos... y eso asusta, sobre todo si aun le seguimos queriendo. Eso fue lo que me pasó a mí. Me callé, guardé silencio esperando que las cosas mejoraran, no lo hicieron, y la cosa acabó en ruptura.
Tampoco quiero decir que hablando con nuestras parejas evitemos la ruptura. En mi caso, aunque hubiera planteado lo mal que estaba todo, no lo hubiera podido evitar. Porque hay algo que está claro: si él o ella ya no nos quiere, poco podemos hacer, más que asumir la triste realidad.
En mi próximo post me gustaría hablar de esto, qué pasa cuando planteamos a nuestras parejas que la cosa no va nada bien...
sábado, 12 de septiembre de 2015
El intercambio...
Me ahorré esta situación en esta ruptura, pero la viví en alguna ocasión.
Se trata de la devolución de objetos personales. A lo largo de los años, mi ex y yo hemos comprado cosas, y nos hemos prestado otras.
En el momento de la ruptura, en algunas ocasiones se presenta la posibilidad de intercambiar esos objetos, y no quiero decir nada si entre estos objetos hay una propiedad a medias. Ahí si que la cosa se complica, no solo en el tiempo, sino también en dinero, y por supuesto el querer hacer daño al otro.
Pero vamos a hablar de el intercambio de objetos normales, como un libro, una camiseta o fotos.
De verdad, en la medida de lo posible, evitad esta situación. Sobre todo si eres la persona dejada, no hará más que alimentar una esperanza de volver, aun cuando ya sepas que la relación está totalmente rota. Y si eres la persona que lo he dejado, tampoco te será fácil...
Me pasó hace unos años, que rompí una relación con un chico, no llevabamos mucho tiempo saliendo, pero yo tenía unos discos suyos.
Él insistía en quedar, seguramente con la esperanza de volverme a ver e intentar una reconquista. Yo me di cuenta en seguida que ese era su propósito. Asique le dije que lo mejor para los dos, pero sobre todo para él, sería que yo dejase sus discos en el bar de un amigo, y que él los recogiese cuando pudiese. Él se quedó muy cortado, pero yo insistí. "Por favor, no alarguemos esto más. Será peor..."
Dejar los objetos en un lugar neutro o enviarlo por correo, es una buena solución. Pero si no queda otro remedio más que quedar, yo intentaría citarme en un lugar neutro, como un bar.
Sobre todo si soy la persona dejada, intentaría no alargar demasiado la situación. Por ejemplo, si nada más llegar me dice de tomarnos algo, le diría que no, que tengo prisa, que únicamente he venido a dejarle sus cosas y que él me devuelva las mías, pero que tengo que marcharme. Es decir, dejar mis cosas, que él me devuelva las mías e irme. Así, sin más. No darle opción a una charla, que sería fatal para nosotros.
No creo que sea buena idea alargar la situación mucho más, es doloroso, no conduce a nada y sobre todo alimenta nuestras ganas de volver...
También existe la situación que el intercambio se tenga que hacer en el propio domicilio. Este lugar no es neutro, y puede ser peligroso, ya que invita a quedarse más tiempo y a entablar una conversación. Ante esto yo aconsejaría acortar los tiempos lo máximo posible, que se lleve lo que se tenga que llevar lo antes posible.
Por supuesto, no sacar el tema de la ruptura en ningún momento, eso ya tiene que estar más que hablado.
Ante la devolución de los objetos, yo no optaría por mandar a otra persona, eso demuestra cobardía, y sobre todo, sería meter a otra persona en el embrollo.
Hace unos años intentaron meterme en una devolución de objetos de una ruptura, la persona que me lo pidió estaba muy mal, no superaba la ruptura, pero le dije que no, que no me hiciera pasar por eso. Asique le aconsejé que le enviase sus cosas por correo, lo que le pareció muy bien, y así lo hizo.
No es fácil afrontar la devolución de objetos, pero tenemos que pasar por ello en algunas ocasiones, lo único que hay que hacer es el elegir el camino menos doloroso para nosotros.
Ante la devolución de los objetos, yo no optaría por mandar a otra persona, eso demuestra cobardía, y sobre todo, sería meter a otra persona en el embrollo.
Hace unos años intentaron meterme en una devolución de objetos de una ruptura, la persona que me lo pidió estaba muy mal, no superaba la ruptura, pero le dije que no, que no me hiciera pasar por eso. Asique le aconsejé que le enviase sus cosas por correo, lo que le pareció muy bien, y así lo hizo.
No es fácil afrontar la devolución de objetos, pero tenemos que pasar por ello en algunas ocasiones, lo único que hay que hacer es el elegir el camino menos doloroso para nosotros.
sábado, 5 de septiembre de 2015
Comenzando...
Es una sensación extraña. No lloro por la ruptura, no sufro cada día por ello, y sin embargo, siento que ha dejado una huella en mí.
No sé muy bien como explicarlo. Es como si mi corazón hubiese cerrado la herida, si, pero en su lugar hubiese quedado una gran cicatriz, que aunque no me duele, siento que está ahí.
Aún así, mi vida continúa, y eso me mantiene animada. Una vez que uno ha pasado por todas las etapas de la ruptura, y ha asumido cada una de ellas, después de todo ello toca empezar otra vez.
Toca volver a hacer amigos, a conocer gente nueva, en definitiva elegir un nuevo camino. Y lo digo lejos de cualquier pretensión de miedo, tristeza o sentimiento negativo. Más bien todo lo contrario.
Si tengo claro que no quiero buscar pareja, no tengo interés en una nueva relación por el momento. Tampoco me agobia el no tenerla. Simplemente no me apetece. Eso llegará más adelante, cuando me sienta preparada para enamorarme otra vez.
Estoy ilusionada de empezar esta nueva andadura. Y sobre todo, me siento contenta de haber superado esta situación y de ser capaz de volver a empezar.
El único problema que se me plantea, es dónde conocer gente?, cómo hago para hacer nuevas amistades?. La verdad es que no sé muy bien por donde empezar.
Sé que no se trata de ponerse un cartel en la frente diciendo que uno busca amigos, y esperar pacientemente a que estos lleguen.
Pero si soy sincera no sé muy bien cómo hacerlo...
Os iré contando como me va en mi búsqueda...
No sé muy bien como explicarlo. Es como si mi corazón hubiese cerrado la herida, si, pero en su lugar hubiese quedado una gran cicatriz, que aunque no me duele, siento que está ahí.
Aún así, mi vida continúa, y eso me mantiene animada. Una vez que uno ha pasado por todas las etapas de la ruptura, y ha asumido cada una de ellas, después de todo ello toca empezar otra vez.
Toca volver a hacer amigos, a conocer gente nueva, en definitiva elegir un nuevo camino. Y lo digo lejos de cualquier pretensión de miedo, tristeza o sentimiento negativo. Más bien todo lo contrario.
Si tengo claro que no quiero buscar pareja, no tengo interés en una nueva relación por el momento. Tampoco me agobia el no tenerla. Simplemente no me apetece. Eso llegará más adelante, cuando me sienta preparada para enamorarme otra vez.
Estoy ilusionada de empezar esta nueva andadura. Y sobre todo, me siento contenta de haber superado esta situación y de ser capaz de volver a empezar.
El único problema que se me plantea, es dónde conocer gente?, cómo hago para hacer nuevas amistades?. La verdad es que no sé muy bien por donde empezar.
Sé que no se trata de ponerse un cartel en la frente diciendo que uno busca amigos, y esperar pacientemente a que estos lleguen.
Pero si soy sincera no sé muy bien cómo hacerlo...
Os iré contando como me va en mi búsqueda...
sábado, 29 de agosto de 2015
Recapitulando
Comentaba en un post anterior, que hace poco cumplí los dos años de ruptura.
Y sin embargo, después de haber pasado por todo lo que pasé, recién ahora puedo decir que estoy intentando rehacer mi vida.
Madre mía!, cuánto tiempo he necesitado!.
Ahora comienzo una nueva etapa, una etapa que no será fácil, pero que afronto con ilusión.
Después de mi ruptura nada fue igual. Al desengaño amoroso hay que sumarle la separación de mis padres, los problemas económicos, el abandono de mis amigos, el infierno que se había convertido mi trabajo... todo en muy poco tiempo.
Cuando uno está débil emocionalmente, no sabe muy bien cómo afrontar todo esto que viene encima. Y os aseguro que no fue poco.
Cuando mi ex me dejó, no tardaron en llegar los problemas en la oficina. Cambiaron al jefe de departamento y convirtió mi empleo en un infierno. Bueno, el mío y el de mis compañeros.
Mi horario era de 9:00 hs. a 18:30hs., pero jamás se cumplió. Era tal el exceso de trabajo, que yo comenzaba a las 7:30hs. y terminaba a las 23:00hs. Y nunca llegaba... Pese a que trabajaba de lunes a domingo. No tenía día de descanso.
Pero eso no era lo peor. Los trabajadores sufríamos constantes amenazas de despido, nos sometían a reuniones durante horas, cuya única misión era humillarte delante de otro superior.
Siempre había quejas de tu trabajo, por muy bien que lo hicieras.
Un infierno. Un infierno que fue peor porque mientras yo padecía estas calamidades, la situación de la ruptura no dejaba de matillarme la cabeza.
No contenta con esto, a los 2 meses de la ruptura mis amigos empiezan a alejarse de mí. Ya no me llaman tanto ni se preocupan por mi situación.
Cuando mi ex me dejó, todo el mundo me llamó. Yo creo ahora que fue un poco por cotilleo.
Al principio todos quieren ayudarte, pero cuando ven que la cosa va para largo, la gente lo que ve en ti en un problemas con patas. Y se aleja.
A la semana de haber roto, yo tuve que escuchar de sus labios ese "tienes que pasar página ya". Me resultó Kafkiano en su momento, y ahora que ha pasado el tiempo mucho más.
Es evidente que la persona que dice eso, no te comprende, y seguramente no ha pasado por lo mismo...
Mi círculo de amistades se fue alejando, hasta que desaparecieron por completo meses después.
La guinda de la tarta la puso la separación de mis padres, después de 32 años de casados. No había pasado ni un año de la ruptura.
Los meses previos a la separación fueron un infierno. Vivir en casa era un tormento, había muy mal rollo y el aire se cortaba con un cuchillo.
La cosa se relajó cuando mi padre se fue, aunque su marcha fue triste y no exenta de polémica. Sin embargo, las reacciones de los familiares no tuvo desperdicio, y a la ya angustiosa situación, no hicieron mas que empeorarla. No recibimos ayuda de nadie.
Mi madre y yo nos quedamos solas. Física y mentalmente.
De más está decir, que el estado ánimo de mi madre era un desastre. Estaba todo el día tirada en la cama llorando, deprimida, sin ganas de nada. Yo llegaba de mi trabajo - infierno, con la cabeza a punto de estallar por la ruptura, y me encontraba en este estado a mi madre. Y yo tenía que tirar de ella como buenamente podía para animarla. No siempre lo conseguía.
A raíz de todo ello, comenzaron los problemas económicos. No llegábamos a final de mes. Hubo que apretarse mucho el cinturón y yo tuve que buscarme otro trabajo.
A esto hay que sumarle que la mitad de los electrodomésticos de la casa dejaron de funcionar, electrodomésticos importantes como la lavadora, la caldera de agua o la vitrocerámica.
No había forma de postponer su compra, asique a nuestra ya triste situación económica había que sumarle unos gastos extras que no estaban previstos.
Y por supuesto, entre medias, surgían problemas del día a día, que cuando uno está bien los afronta sin problemas, pero como uno está tambaleante, reacciona como puede, a veces no de la mejor manera posible, y hace que la vida sea un infierno.
Y sin embargo, después de haber pasado por todo lo que pasé, recién ahora puedo decir que estoy intentando rehacer mi vida.
Madre mía!, cuánto tiempo he necesitado!.
Ahora comienzo una nueva etapa, una etapa que no será fácil, pero que afronto con ilusión.
Después de mi ruptura nada fue igual. Al desengaño amoroso hay que sumarle la separación de mis padres, los problemas económicos, el abandono de mis amigos, el infierno que se había convertido mi trabajo... todo en muy poco tiempo.
Cuando uno está débil emocionalmente, no sabe muy bien cómo afrontar todo esto que viene encima. Y os aseguro que no fue poco.
Cuando mi ex me dejó, no tardaron en llegar los problemas en la oficina. Cambiaron al jefe de departamento y convirtió mi empleo en un infierno. Bueno, el mío y el de mis compañeros.
Mi horario era de 9:00 hs. a 18:30hs., pero jamás se cumplió. Era tal el exceso de trabajo, que yo comenzaba a las 7:30hs. y terminaba a las 23:00hs. Y nunca llegaba... Pese a que trabajaba de lunes a domingo. No tenía día de descanso.
Pero eso no era lo peor. Los trabajadores sufríamos constantes amenazas de despido, nos sometían a reuniones durante horas, cuya única misión era humillarte delante de otro superior.
Siempre había quejas de tu trabajo, por muy bien que lo hicieras.
Un infierno. Un infierno que fue peor porque mientras yo padecía estas calamidades, la situación de la ruptura no dejaba de matillarme la cabeza.
No contenta con esto, a los 2 meses de la ruptura mis amigos empiezan a alejarse de mí. Ya no me llaman tanto ni se preocupan por mi situación.
Cuando mi ex me dejó, todo el mundo me llamó. Yo creo ahora que fue un poco por cotilleo.
Al principio todos quieren ayudarte, pero cuando ven que la cosa va para largo, la gente lo que ve en ti en un problemas con patas. Y se aleja.
A la semana de haber roto, yo tuve que escuchar de sus labios ese "tienes que pasar página ya". Me resultó Kafkiano en su momento, y ahora que ha pasado el tiempo mucho más.
Es evidente que la persona que dice eso, no te comprende, y seguramente no ha pasado por lo mismo...
Mi círculo de amistades se fue alejando, hasta que desaparecieron por completo meses después.
La guinda de la tarta la puso la separación de mis padres, después de 32 años de casados. No había pasado ni un año de la ruptura.
Los meses previos a la separación fueron un infierno. Vivir en casa era un tormento, había muy mal rollo y el aire se cortaba con un cuchillo.
La cosa se relajó cuando mi padre se fue, aunque su marcha fue triste y no exenta de polémica. Sin embargo, las reacciones de los familiares no tuvo desperdicio, y a la ya angustiosa situación, no hicieron mas que empeorarla. No recibimos ayuda de nadie.
Mi madre y yo nos quedamos solas. Física y mentalmente.
De más está decir, que el estado ánimo de mi madre era un desastre. Estaba todo el día tirada en la cama llorando, deprimida, sin ganas de nada. Yo llegaba de mi trabajo - infierno, con la cabeza a punto de estallar por la ruptura, y me encontraba en este estado a mi madre. Y yo tenía que tirar de ella como buenamente podía para animarla. No siempre lo conseguía.
A raíz de todo ello, comenzaron los problemas económicos. No llegábamos a final de mes. Hubo que apretarse mucho el cinturón y yo tuve que buscarme otro trabajo.
A esto hay que sumarle que la mitad de los electrodomésticos de la casa dejaron de funcionar, electrodomésticos importantes como la lavadora, la caldera de agua o la vitrocerámica.
No había forma de postponer su compra, asique a nuestra ya triste situación económica había que sumarle unos gastos extras que no estaban previstos.
Y por supuesto, entre medias, surgían problemas del día a día, que cuando uno está bien los afronta sin problemas, pero como uno está tambaleante, reacciona como puede, a veces no de la mejor manera posible, y hace que la vida sea un infierno.
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