sábado, 14 de noviembre de 2015

Eres tú?...

Irreconocible. Esa es la palabra que mejor describe a mi ex cuando me dejó.

Si durante la relación era cariñoso y atento, después de haberme dejado, y sobre todo durante el momento de romper, se convirtió en una persona fría, que no dudaba en decirme cosas hirientes.

La última vez que lo ví fue una buena prueba de ello. Cuando le pregunté entre llantos, "que iba hacer ahora yo sin él", (tened en cuenta que hacía una semana que me había dejado, y estaban las heridas a flor de piel) me respondió de una manera fría y con desprecio lo siguiente: "Y a mí que me cuentas?, ese es tu problema!". Jamás olvidaré aquello.

No sólo demuestra una falta total de empatía hacia una persona que está sufriendo, sino también una falta total de respeto hacia una persona con la que has compartido los últimos 6 años de tu vida.

 De su boca también escuché frases del tipo "yo tenía la sensación que tú habías dejado de quererme", o el día que me reprochó un montón de cosas, cuando durante la relación jamás se había quejado, para terminar diciéndome: "bueno, ahora eso ya da igual, porque ya no puedes hacer nada". Creo que no hay nada más ruín que te echen cosas en cara una vez que estás fuera de la relación, porque uno ya no puede hacer nada para arreglarlo.

No veía en aquel "señor" que tenía delante, la pareja con la que había estado los últimos 6 años.

Seguro que muchos de vosotros habeis pasado por una  situación similar, que la habeis sufrido en vuestras propias carnes.
Qué es lo que le pasa?...

Pensad que si nuestro ex está ya fuera de la relación, no tiene que mantener la compostura de pareja.
Pero a esto también se le suma el sentimiento de frustación que la otra persona tiene. No sólo se ha roto la relación para nosotros, para ellos también.
Aunque sean ellos los dejadores, ellos también están pasando por su proceso de duelo, a una velocidad diferente a la nuestra, pero también ellos la tienen.
Esto genera no solo sentimiento de frustración por una relación que no ha funcionado, si no también el tener que asumir que la otra persona ya no estará a su lado, el tener que aceptar que los proyectos de futuro, las ilusiones, los momento vividos... se han ido.

Todo este coctel de sentimientos genera decepción, frutración y enfado, que no dudan en descargar sobre nosotros a la mínima ocasión...

sábado, 17 de octubre de 2015

Los motivos...

Cuando una persona decide romper una relación, los motivos que puede dar son muy variados. Algunos pueden ser verdad, otros verdades a medias y otros mentiras rotundas.

Las verdades hay que aceptarlas, no queda otra. Simplemente es lo que hay... Y hay que agradecer su sinceridad, que no nos haya mentido.
Otra cosa diferente es que nos creamos estos motivos o no. Pero ahí ya entra en juego nuestra imaginación y nuestra desesperación por descubrir lo que nos están ocultando. Y en muchas ocasiones no hay nada más, todo es producto de nuestra imaginación, pero sobre de nuestro dolor. A mí también me pasó.

Esto ocurre cuando la decisión que ha tomado la otra persona nos provoca un enorme dolor, y no queremos aceptarlo, entonces empezamos a imaginarnos situaciones rocambolescas sobre lo que pudo haber pasado. Pero todo forma parte de nuestra imaginación. En realidad luchar contra esto es difícil, porque forma parte de las fases de recuperación. Lo bueno es que poco a poco lo vamos superando, pero no os engañaré, hasta que llegue ese momento no se pasa nada bien...

Otra situación que nos podemos encontrar son las verdades a medias. En este caso sabemos de sobra que no nos está diciendo toda la verdad. Disfraza parte de la realidad con la mentira.
Puede ser que haga esto por no hacernos daño, y una manera de endulzar la situación sea contando pequeñas mentiras.
Esto es absurdo!. A ver querido ex si te enteras: me estás dejando!, no hay manera de que no sufra!, asique deja de ehar azucar al café y dime la verdad!.
Pero generalmente ellos saben que están haciendo daño, y no pueden evitarlo, e intentan por todos los medios que la realidad de la ruptura no sea tan dolorosa para nosotros.

Pero también puede que disfrace la realidad con parte de fantasía para ocultar un engaño, generalmente una infidelidad. Y esto si que duele!.

Lo mismo ocurre si te cuentan una mentira total. Y lo peor viene cuando te enteras de esa mentira!. Ahí amigos!, agarraos que vienen curvas...

Esta es la peor de todas. No solo te han dejado, si no que también te han engañado. Aquí  la estafa es doble, y a la furia de sentirte estafado, se une la rabia por sentirte tan estúpido por habértelo creido.
Y si en su momento no te creiste la mentira que te dijo, también te sientes estúpido porque ves como tu ex pareja te subestima, creyendo que serás tan bobo de créertelo.

A mí mi ex disfrazó la verdad con una excusa, e intentó por todos los medios que me lo creyera. Evidentemente yo sabía que no me estaba contando toda la verdad, tenía la sensación que me estaba ocultando algo, pero no podía demostrarlo. Sin embargo yo sentía ese come-come por dentro que me decía que había algo más.
Jamás lo pude demostrar por mis medios, pero el tiempo terminó dándome la razón: él no me estaba diciendo toda la verdad.

Qué hacer cuándo vemos que nos está contando una historia que no es cierta?, bueno, yo soy de la idea de decírselo, de ser sincera con él. Que por lo menos se den en cuenta que no somos tan estúpidos como ellos creen. Y además que eso nos ayuda a descargar tensiones y a liberar nuestros demonios internos.

Y si nos enteramos pasado un tiempo?. Bueno, en este caso depende de cuánto tiempo haya pasado. Si yo me entero que me ha engañado después de un año de ruptura, seguramente no le diría nada. Qué mas da?, ha pasado tiempo ya. Lo que debo hacer ahora es centrarme en mi recuperación y digerir el engaño, que no es fácil. Digamos que a nuestra recuperación se le suma una fase más. Hará que retrase la superación del duelo, pero no hay otra opción... Aquí volveremos a la fase de la rabia, el odio y la venganza. Y vuelta a empezar... Aunque todo depende del grado del engaño.
Ahora si no ha pasado tanto tiempo seguramente se lo diría.

Ya os digo que depende de cuánto tiempo haya pasado desde la ruptura. Pero tened claro que descubrir un engaño no es fácil de digerir, porque a la mentira, se le añade que precisamente sale de la boca de la persona que ha sido tu pareja, por la que has sentido y vivido mucho. Y eso duele.

domingo, 4 de octubre de 2015

Las cosas no van nada bien...


 

Uno está cansado de la frialdad, del distanciamiento, de la sensación de "estoy contigo por rutina", por parte de nuestra pareja.

Pero uno no es tonto, sabe que si plantea la cuestión corre el gran riesgo de que sobre la mesa, se ponga una posible ruptura. Y eso amigos, no nos engañemos, da mucho mucho mucho miedo, sobre todo si seguimos queriendo a nuestra pareja.

Yo me encontré con este dilema en su momento, y me entró el pánico y nunca plantée nada, asique fue él quien se me adelantó...

Podemos estar en esta situación del "silencio" durante mucho tiempo, hasta que una de las dos partes decida mover ficha. Tal y como me pasó a mí, pero no necesariamente tiene que moverse ficha para romper la relación, también se puede hacer algo para resolver el problema.

 En cualquier caso, lo que os quiero decir es que no se puede estar estancado en una situación que es desagradable. Tarde o temprano se evoluciona hacia un lado u otro (ruptura o solución).

No importa quien dé el primer paso, lo importante es que se dé.

Sea quien sea quien plantee una charla, por favor, intentad no poneros nerviosos. Me explico. No estéis a la defensiva, es importante en este punto que nuestra pareja esté cómoda para que hable claramente y nos diga qué siente. Si reprochamos, si discutimos, no conseguiremos más que un mayor distanciamiento, porque la otra persona al sentir un clima hostil tenderá a cerrarse, y os digo por experiencia que no es bueno.
Si la otra persona se cierra no podremos saber qué es lo que pasa exactamente, qué es lo siente y lo que piensa de la relación y de nosotros.
Sé que no ponerse nervioso es difícil, pero tenéis que intentar que el otro no se sienta incómodo para que pueda poner todas las cartas encima de la mesa.

Otro punto fundamental, que se pasa habitualmente por alto, es la actitud que tiene el otro.
Vale, tú tienes claro que quieres continuar con la relación, pero... y el otro?...
En esta situación observad, escuchad muy claro lo que hace y dice la otra parte. Muchas veces la comunicación no verbal podrá ayudarnos a entender y a descifrar que interés tiene en seguir o no con la relación.

Si al plantearse la charla veis que vuestra pareja propone soluciones o la veis preocupada por la situación, o se implica con vosotros, esa es buena señal, quiere decir que quiere continuar a vuestro lado. Por lo menos de momento... Y me explico.
Muchas veces cuando se plantea una charla en la que se exponen los puntos por lo cuales la relación no va bien, en ocasiones pilla de sorpresa al otro, quiero decir, que ha dejado de querer si, pero aun no ha meditado sobre una posible ruptura. Esta charla le pilla totalmente de sorpresa y la idea de romper le da pánico aún. De ahí ese interés en resolver los problemas.
Pero si en el fondo no os quiere, tarde o temprano volverá a la actitud de antes y quizás, ya si en esta ocasión, se plantee romper.
Pero para esta segunda opción tenemos que esperar un poco más de tiempo, para ver como se desarrollan los acontecimientos. El tiempo nos dará la respuesta.

Por el contrario si veis que la otra parte no pone interés en resolver los problemas, amigos, preparaos para una ruptura, ahora o más adelante.
Veis que no propone soluciones, que todo le da igual, que no pone mucho interés. Es evidente que no tiene ganas de seguir. Puede que las respuestas sean monosílabos, que no os mire a la cara, que ante las preguntas conteste con evasivas... Esto es una mala señal...

Pero ante esto, de verdad que queréis tener una persona así a vuestro lado?...

sábado, 26 de septiembre de 2015

Analizando las señales...


Resultado de imagen de lupa 
A veces no queremos verlas, pero están ahí. 
Es difícil que una persona decida dejarnos de la noche a la mañana sin haber dado señales previamente. Y si no las daba, a lo mejor estaba actuando o auto-engañándose.
El problema es que muchas veces no las queremos ver. Justificamos el porqué se comporta de manera diferente, o porque no está igual que siempre.. y en realidad lo que estamos haciendo es tapar un gran problema de fondo.
A mí me pasó. Pero yo no quise verlo... Mucho tiempo antes de dejarme, mi ex estaba raro, diferente, y yo justificaba su comportamiento extraño alegando que tenía problemas en el trabajo. Era verdad, los tenía, pero no eran el motivo real que explicase lo que estaba pasando.
Él vivía en otra ciudad, y cada vez nos veíamos menos, y cuando estábamos juntos se mostraba más distante de lo habitual. Los últimos meses la cosa empeoró, y mucho.
Siempre hay señales.
No quiero decir que si nuestra pareja se muestra un poco diferente con nosotros vaya a dejarnos, claro que no, se puede estar pasando por una crisis o un mal momento, pero generalmente es el preámbulo para una ruptura. Nosotros conocemos bien a nuestras parejas, asique sabeis perfectamente de lo que os hablo...
Qué señales nos podemos encontrar?: son muchas y muy variadas, como por ejemplo que esté más distante, que no quiera mantener relaciones sexuales, que critique absolutamente todo lo que hacemos, que no muestre interés en estar con nosotros, que nos infravalore...
Hablar con nuestras parejas es lo más sensato, aunque no es fácil, porque da miedo que en algún momento plantee el dejarnos... y eso asusta, sobre todo si aun le seguimos queriendo. Eso fue lo que me pasó a mí. Me callé, guardé silencio esperando que las cosas mejoraran, no lo hicieron, y la cosa acabó en ruptura.
Tampoco quiero decir que hablando con nuestras parejas evitemos la ruptura. En mi caso, aunque hubiera planteado lo mal que estaba todo, no lo hubiera podido evitar. Porque hay algo que está claro: si él o ella ya no nos quiere, poco podemos hacer, más que asumir la triste realidad.  
En mi próximo post me gustaría hablar de esto, qué pasa cuando planteamos a nuestras parejas que la cosa no va nada bien...

sábado, 12 de septiembre de 2015

El intercambio...


 
Me ahorré esta situación en esta ruptura, pero la viví en alguna ocasión.
Se trata de la devolución de objetos personales. A lo largo de los años, mi ex y yo hemos comprado cosas, y nos hemos prestado otras. 
En el momento de la ruptura, en algunas ocasiones se presenta la posibilidad de intercambiar esos objetos, y no quiero decir nada si entre estos objetos hay una propiedad a medias. Ahí si que la cosa se complica, no solo en el tiempo, sino también en dinero, y por supuesto el querer hacer daño al otro.
 Pero vamos a hablar de el intercambio de objetos normales, como un libro, una camiseta o fotos.
De verdad, en la medida de lo posible, evitad esta situación. Sobre todo si eres la persona dejada, no hará más que alimentar una esperanza de volver, aun cuando ya sepas que la relación está totalmente rota. Y si eres la persona que lo he dejado, tampoco te será fácil...
Me pasó hace unos años, que rompí una relación con un chico, no llevabamos mucho tiempo saliendo, pero yo tenía unos discos suyos.
Él insistía en quedar, seguramente con la esperanza de volverme a ver e intentar una reconquista. Yo me di cuenta en seguida que ese era su propósito. Asique le dije que lo mejor para los dos, pero sobre todo para él, sería que yo dejase sus discos en el bar de un amigo, y que él los recogiese cuando pudiese. Él se quedó muy cortado, pero yo insistí. "Por favor, no alarguemos esto más. Será peor..." 
Dejar los objetos en un lugar neutro o enviarlo por correo, es una buena solución. Pero si no queda otro remedio más que quedar, yo intentaría citarme en un lugar neutro, como un bar.
Sobre todo si soy la persona dejada, intentaría no alargar demasiado la situación. Por ejemplo, si nada más llegar me dice de tomarnos algo, le diría que no, que tengo prisa, que únicamente he venido a dejarle sus cosas y que él me devuelva las mías, pero que tengo que marcharme. Es decir, dejar mis cosas, que él me devuelva las mías e irme. Así, sin más. No darle opción a una charla, que sería fatal para nosotros.
No creo que sea buena idea alargar la situación mucho más, es doloroso, no conduce a nada y sobre todo alimenta nuestras ganas de volver...
También existe la situación que el intercambio se tenga que hacer en el propio domicilio. Este lugar no es neutro, y puede ser peligroso, ya que invita a quedarse más tiempo y a entablar una conversación. Ante esto yo aconsejaría acortar los tiempos lo máximo posible, que se lleve lo que se tenga que llevar lo antes posible.
Por supuesto, no sacar el tema de la ruptura en ningún momento, eso ya tiene que estar más que hablado.
 Ante la devolución de los objetos, yo no optaría por mandar a otra persona, eso demuestra cobardía, y sobre todo, sería meter a otra persona en el embrollo.
Hace unos años intentaron meterme en una devolución de objetos de una ruptura, la persona que me lo pidió estaba muy mal, no superaba la ruptura, pero le dije que no, que no me hiciera pasar por eso. Asique le aconsejé que le enviase sus cosas por correo, lo que le pareció muy bien, y así lo hizo.

No es fácil afrontar la devolución de objetos, pero tenemos que pasar por ello en algunas ocasiones, lo único que hay que hacer es el elegir el camino menos doloroso para nosotros.