Los sueños
son imposibles de controlar. No podemos hacer nada contra ellos, y sin embargo
al despertarnos, en muchas ocasiones, nos dejan un sabor amargo...
Al principio
de mi ruptura yo soñaba mucho con mi ex. Recuerdo especialmente uno de los
primeros que tuve, cuando llevaba unos 2 meses de ruptura. Por aquel entonces,
yo me encontraba viajando sola por Italia, haciendo un viaje fantástico y
maravilloso, pero que yo era incapaz de ver y de sentir como tal, debido a mi situación
emocional.
Un viaje que
íbamos a hacer él y yo, pero que terminó convirtiéndose en un viaje en
solitario al dejarme poco antes de las vacaciones. Como yo estaba pasando por
un difícil momento personal, decidí no cancelarlo y continuar con el viaje.
En una de
mis noches de hotel, soñé que aquel maravilloso viaje lo hacíamos los dos
juntos. Íbamos en un coche descapotable, por una carretera. La luz era
maravillosa, el sol era radiante, no dejábamos de reír mientras conducíamos
aquel coche por tierras italianas.
Cuando abrí
los ojos, lo primero que hice fue girar mi cabeza y palpar el otro lado de la
cama, el cual noté frío, con las sábanas perfectamente colocadas, sin arrugas,
y comprobé, muy a mi pesar, que él no estaba a mi lado, que estaba durmiendo
sola, y aquel viaje lo estaba realizando yo sola, sin su compañía.
Rompí a
llorar desconsoladamente.
Aquel sueño
puso delante de mí toda la soledad, toda la tristeza que yo estaba viviendo.
Era un contraste total a la experiencia que yo estaba experimentado aquellos
días.
No fue el
único sueño que tuve. Recuerdo otro, en el que me encontraba sentada en la
butaca de un cine, al girar mi cabeza, veo que la persona que está sentada a mi
lado es mi ex. Pero no, no había venido a ver la película conmigo. A su lado
había una chica, con la que no dejaba de hablar, juguetear, tontear… todo
delante de mí.
Hubo otro en
el que soñé que me cruzaba con él en plena calle. Él, al verme, decide cruzar a
la acera de enfrente, darme vuelta la cara y hacer de cuenta que no me había
visto.
Al despertar
de cada uno de mis sueños, siempre me invadía un sentimiento de profunda
tristeza y soledad. Un vacío interno del que era imposible escapar el resto del
día. Ese sentimiento de desamparo me acompañaba el resto de la jornada.
Esta noche
he vuelto a soñar con él, después de muchísimo tiempo. Soñé que nos
reencontrábamos, pero al contrario que en otras ocasiones, esta vez era yo la
que seguía mi camino, no con rencor u odio, si no con absoluta indiferencia.
Al despertar,
recordé el sueño, y la misma indiferencia fue la que me acompañó los minutos
siguientes.
El motivo
por el cual soñé con él no lo tengo muy claro, quizás porque ayer recordé las
malas maneras que tuvo conmigo cuando un día le enseñé unas gafas nuevas que me
había comprado: “estas gafas son unas mierda!”, exclamó cuando las vio y
mientras me las devolvía con cierto desprecio. Ayer, mientras las limpiaba pensaba:
“Pues mira que mierda que serán, que llevo con ellas 10 años y no tienen ni un
rayón…”.