miércoles, 31 de mayo de 2017

Mis errores... (Parte I)

Un corazón roto en un momento de debilidad puede hacernos cometer grandes errores de los que después nos arrepentiremos.
Quién no ha escrito una carta de amor a su ex declarando sus sentimientos?, quién no ha intentado cruzarse (forzando la situación) con la persona que le ha dejado para actuar como si la situación fuese accidental?, quién no ha pronunciado las frases “te quiero”, cuando la otra persona ya había roto la relación?.

No eres el único, ni serás el último. Yo lo hice. Y seguro que más de uno de los que entran aquí también lo ha hecho. Ante todo, he de decirte que es absolutamente normal

Ante una ruptura sentimental es difícil mantener la cordura. No quieres que la relación se rompa, e intentas por todos los medios, aunque sea con un mínimo resquicio de esperanza, recuperar a la otra persona a cualquier precio, y esto te empuja a hacer cosas que, con total seguridad, después te arrepentirás.
Nuestro miedo a perder a la persona a la que amamos, el tener que asumir que a partir de entonces debemos seguir caminos distintos en la vida, no es fácil. La resignación es lo último que queremos, y luchamos para no conformarnos. Es precisamente en esta lucha de no conformarnos cuando aparecen esta “situaciones” en las que, pasado un tiempo, no queremos ni recordar.

Os contaré algunos de los errores que cometí una vez mis ex me dejó para que os sirva de ejemplo.
Yo, a las pocas semanas que mi ex rompió conmigo, escribí un listado de las cosas que me gustaban de él, y también detallé aquellas cosas que no habían funcionado en nuestra relación desde mi punto de vista.
En lugar de guardarme esa hoja para mí, cometí el error de llamarle por teléfono y leersela.
Mi ex, alucinando, me escuchaba callado sin decir nada, mientras yo, con la voz temblorosa y llorosa, le leía "mi listado de la compra".
Mi ex no dijo prácticamente nada. Tampoco tenía mucho que decir.
La situación era totalmente ridícula, porque si bien mi ex me dejó sin decirme jamás que había dejado de quererme, era evidente que había roto conmigo por eso, pero yo no quería verlo en aquel momento.Y yo, en aquel monólogo telefónico, estaba intentando por todos los medios recuperar algo que ya estaba muerto... Obvio que necesité tiempo para darme cuenta de ello, pero el ridículo ya lo había hecho.

Qué estúpida me siento hoy viéndome a mí misma contenta por haber llamado a mi ex y haber hablado un rato después que él me había dejado!. Se puede ser más tonta??. Por suerte, él eso, no lo sabe...

Lo mejor vino pasados unos meses. Por aquel entonces yo escribía un diario, un diario que solo leía yo y en el que contaba mis más sinceros sentimientos hacia él: como había vivido la relación, como llevaba la ruptura... en fin, los sentimientos más íntimos que no se los cuentas a nadie.
No contenta con mi hazaña del teléfono, volví a repetir la acción, enviándole por email aquel diario. Es lo peor que pude haber hecho...
A los pocos días lo llamé, para preguntarle si lo había leído, y él, visiblemente molesto, me dijo que si, aunque no quiso entrar demasiado en el tema. Me dió largas y era evidente que no quería hablar conmigo. Enviarle aquel diario fue un grandísimo error!.

En otra ocasión, concretamente el último día que lo vi, y haciendo una semana que me había dejado, entre llantos le hice la pregunta más tonta que le he podido hacer: "qué voy hacer yo ahora sin ti?". La respuesta era obvia: seguir mi camino. Pero yo en aquel momento necesitaba soltar aquellas palabras, y creo que lo hice sin pensar.
Lamentable recibí como respuesta por su parte, y de muy malas maneras: "Y a mí qué me cuentas??, ese es tu problema!!".

Como veis, yo también hice el ridículo en muchas ocasiones. Pero sabéis qué?, no me arrepiento. No me arrepiento porque en aquel momento era lo que yo sentía, y porque no puedo perder la perspectiva que aquellos tiempos fueron muy difíciles para mi.
No debemos culpabilizarnos por cosas ridiculas que hayamos hecho: nosotros queríamos mucho a una persona, y lo que hicimos fue fruto de ese amor que sentíamos por ellos. Y en eso, no hay nada de malo. Es comprensible, es lícito y es humano.

martes, 30 de mayo de 2017

Cuando las cosas no funcionan...

Así he querido llamar este post, “cuando las cosas no funcionan”, porque por primera vez, después de la ruptura, me he visto en el papel del dejador.

Os comenté hace algún tiempo, que había comenzado una relación con un chico, al cual había conocido en una fiesta de solteros. Yo, sinceramente, en un principio no tenía grandes expectativas con él, preferí mantenerme siempre cauta, dejándome llevar y viendo que pasaba. Yo prefería que todo fuera más despacio, llevo mucho tiempo sola y meterme en una relación me da mucho vértigo.
Él, por el contrario, cada día se ilusionaba más conmigo. A mí me parecía que él corría demasiado, planeado proyectos de futuro que yo soy incapaz en este momento de poder ofrecer a nadie, después de todo, solo hacía 2 meses que nos conocíamos y yo aún no me siento 100% preparada para entregar mi corazón a nadie.
Sabiendo por lo que he pasado, pues conoce mi situación emocional, planea proyectos sin tener en cuenta que necesito mi ritmo, mi espacio. Pese a que le advertí de esta situación, él estaba más pendiente de sus proyectos que de mis necesidades reales. En definitiva, íbamos a 2 velocidades diferentes. Él necesitaba una pareja a su lado, y yo tiempo y espacio para poder amoldar una nueva persona a mi vida.
Tampoco tuvo tacto ni mano izquierda en determinadas situaciones bastante delicadas, lo que hizo que la situación fuera bastante insostenible.

Pero no todo fue culpa suya. Con el transcurso del tiempo, me voy dando cuenta que la magia, que la explosión de sentimientos que yo había sentido cuando empecé mi relación con mi ex, en este caso no se estaba produciendo ni de lejos. Por supuesto que yo no buscaba a mi ex en este chico, pero el tiempo pasaba y aquello no avanzaba.
Al principio, dejé margen, esperando que el tiempo y el roce hicieran aparecer algo, un sentimiento, una ilusión, un hilo con el que poco a poco se podría construir algo.
Pero su forma de ser, de comportarse, su falta de masculinidad… o lo que sea, no me atraían… Y eso no era culpa suya. No era mala persona ni mucho menos, él era así, pero a mí no me gustaba.

Y mientras todo esto ocurría, él se marcha de vacaciones unos días, y es ahí cuando se produce mi toma de decisión: me doy cuenta que lo que siento en ese tiempo, es alivio. No lo extrañé, y yo no estaba contando los días que quedaban para su regreso. Definitivamente estaba perdiendo el tiempo y se lo estaba haciendo perder a él. Tenía que dejarlo.

Pero claro, me invadió un sentimiento horrible de culpabilidad, me sentí una mala persona. Y no tardaron en aparecer en mi mente los recuerdos de mi ruptura, de mi sentimiento de soledad, de dolor, de incredulidad… Me puse en su piel. Y aunque era conocedora que esa relación ya no podía continuar, viví la situación con mucha angustia. Tenía que tomar la decisión, pero no sabía muy bien cómo hacerlo.
Cómo se deja a alguien sin hacerle daño?. Imposible. Es inevitable no hacer daño, pero existen maneras elegantes de hacerlo.
Yo tuve claro que no iba a hacer lo que hizo mi ex conmigo: tratarme mal y darme vagas explicaciones. Yo quería ser clara y sincera con este chico, y quería que él entendiera de verdad porque yo lo dejaba. Yo no iba a poder evitar su dolor, pero si podía hacer que su ruptura no fuese tan inexplicable como lo fue la mía.

El problema era que, conociéndolo, quedar en persona iba a ser un poco peligroso. Yo sabía que bien no se lo iba a tomar (como era normal), y un lugar público era un riesgo elevado de montar un escándalo por su parte. Tomé la decisión mas cobarde que se pueda tomar, y hoy, me arrepiento enormemente: Le escribí una carta.
Escribir me iba a dar la oportunidad de poder expresarle lo que “no-sentía” por él, y explicarle sin tapujos y muy claramente el motivo por el cual lo dejaba. Pero a la vez, me evitaba el tener que quedar en persona, arriesgándome a una escenita por su parte y el tener que afrontar el terrible trago de romper con él cara a cara. Si, lo sé, soy una cobarde.
Creo que ha sido la carta más sincera que he escrito en mi vida. Allí le expongo, de manera delicada, pero sin ocultar nada, el motivo de la ruptura. Me alejé de las frases que me dijo mi ex en su día: “te mereces estar con alguien mejor que yo”, y cosas por el estilo que lo único que hacen es hacerte sentir peor.
Mientras le envié la carta por email, me sentí la persona más horrible del mundo: no solo lo dejaba, sino que además lo hacía por carta… 

Hacía muchísimo tiempo que no lloraba tanto. Parecía que me habían dejado a mí.
Era evidente que me estaba poniendo en la piel de este chico, y que estaba sufriendo la ruptura como si me hubieran dejado a mí, y no al revés.

Yo estuve casi 2 meses con esta persona, y dejarlo fue difícil, imaginaos lo que es dejar a una persona con la que llevas más tiempo, ilusiones, proyectos de futuro, tantos y tantos momentos vividos y compartidos.
Por primera vez me puse en la piel de mi ex, y entendí algunas decisiones que tomó y que en su día tanto critiqué. Por ejemplo cuando mi ex me dejó por teléfono. Después de 6 y medio de relación me llama y rompe la relación en un abrir y cerrar de ojos. No, no fue fácil para él. Yo creo que él tomó la decisión menos dura para los dos, pero sobre todo para él. El tener que decirle a alguien cara a cara que no lo quieres y que deseas romper la relación es sumamente complicado. Yo no pude.
El que deja sabe que la otra persona lo quiere, que quiere luchar por esa relación, que quiere continuar, pero aún así, hay algo que no le encaja y se forzado a romper. Ya lo he hablado muchas veces en este blog, los motivos por los cuales nos dejan.
Es evidente que muchas veces no lo pueden evitar: han dejado de sentir algo por nosotros, y eso hay que respetarlo. Lo que es de obligado cumplimiento son las maneras, de las que he hablado en varias ocasiones en este blog. Mi ex no se portó bien conmigo: hubo una situación de deslealtad por su parte (estaba tonteando con otra chica a mis espaldas y llegó a quedar con ella), me trató muy mal después que me dejó y me dijo cosas que, aunque ha pasado mucho tiempo, cada vez que las recuerdo me duelen profundamente. Eso sin mencionar que en los motivos de la ruptura no fue claro y mintió, como tiempo después descubrí.

La reacción de este chico al recibir la carta no se hizo esperar. A las pocas horas comenzó a enviarme WhatsApp sin parar preguntándome si estaba segura de mi decisión. Yo, habiendo vivido las malas maneras de mi ex, le respondí cuidando mucho el lenguaje y alejándome de toda crueldad. Volví a explicarle los motivos nuevamente, de la misma manera que yo había hecho en la carta.
Contra todo pronóstico, la reacción de él fue la de insultarme. Me llamó mentirosa, falsa y actriz.

Y esto me ha dado pie a mi siguiente post sobre los errores que cometemos los dejados. Los errores que, en un momento de debilidad emocional, todos hemos hecho alguna vez. Yo los hice, y seguramente tú tambié, y no por ello somos personas horribles, somos simplemente humanas.

martes, 25 de abril de 2017

Mi camino sin ti...

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Mi ex y yo llevábamos juntos 6 años y medio cuando él decidió romper la relación. Una relación que 
siempre fue a distancia, y que por circunstancias de estudios primero y de trabajo después, no pudimos juntarnos en una única ciudad. Si había planes de irnos a vivir juntos, es más, yo tenía la posibilidad de pedir traslado a la ciudad de mi ex en unos meses, que nunca se pudo concretar debido a que la relación se rompió de forma repentina.

Yo hacía tiempo que venía preparando nuestra unión: había comprado montones de cosas para nuestra futura casa, él, por su parte también lo hacía, aunque últimamente con menos ganas… Hablábamos mucho de a donde iríamos a vivir, como resolveríamos el tema económico.. y demás detalles.

Yo me veía viviendo en su ciudad, para mí una de las más bonitas de mi país. Me veía teniendo una vida feliz a su lado, por fin juntos, por fin solos!. Solo teníamos que esperar unos meses a que yo pudiese pedir el traslado en mi trabajo y la espera de más de 6 años se acabaría. Atrás quedarían los 650Km. Que nos separaban, los viajes en autobús, en coche, en avión y en tren. Y nuestros proyectos, nuestros planes de futuro, que cada vez eran más míos y menos de él, se concretarían, se harían realidad.
Pero no, no pudo ser. Una llamada de teléfono por parte de mi ex fulminó toda opción. Lo que tardamos en construir años, se desplomó en tan solo unos minutos.

Ya hablé hace tiempo de los sueños rotos, de la tristeza que genera el tener que asumir que no solo hemos perdido a nuestra pareja, sino también los proyectos de futuro que iban asociados con él/ ella. Pero qué pasa con ese sentimiento de vértigo que se produce cuando ves que tienes que seguir con tu vida sol@, sin tu pareja?, cuando los planes que tenías ya no valen, hay que construir unos nuevos, pero cuáles?, por dónde empezar?.
A mí ese sentimiento de vértigo me apareció a los 2 meses de la ruptura. Hasta entonces, yo vivía en una burbuja, en un estado total de shock, con el convencimiento de que mi ex recapacitaría y volvería a mi lado. Pero a los 2 meses de la ruptura, la sombra de la posibilidad que no fuera a volver, que la ruptura era definitiva y no había vuelta atrás, empezó a amenazar mi estabilidad emocional, mis pensamientos, pero sobre todo, mis planes con él.

La simple idea de tener que seguir mi camino sin él me producía auténtico vértigo. Qué hacer?, por dónde tirar?. El sentimiento de vértigo tiene algo bueno: nos estamos empezando a plantear la vida sin nuestro ex. Y aunque parezca una tontería no lo es.
Si durante bastante tiempo hemos tenido una persona a nuestro lado, apoyándonos, queriéndonos y con quienes habíamos planificado unos proyectos de futuro, y ahora esa persona ya no está con nosotros, hay que tener claro que no es fácil tener que planificar nuevamente, rehacer nuestra vida, no solo porque debemos buscar un nuevo camino y eso requiere de ganas, de tiempo, de superar barreras… sino también porque en la mayor parte de las ocasiones nos encontraremos emocionalmente muy sensibles y hará que esa búsqueda sea un poco más complicada.
Tenemos que partir de la base que debemos reacomodarnos, acostumbrarnos a la nueva situación, a nuestra nueva vida, y eso lleva tiempo.

El sentimiento de vértigo aparece como miedo a lo desconocido. Cuando estábamos con nuestra ex pareja, todo era más seguro. Teníamos a alguien a nuestro lado, con quien compartíamos las decisiones, los miedos, las inseguridades… lo que hacía las cosas más llevaderas, pero ahora las decisiones pasan únicamente por nosotros, SOLOS, y el escenario es bien distinto.
Lo desconocido da miedo, si, sobre todo si hemos pasado de cierta edad. Nos sentimos bien cuando nos rodeamos de seguridad, de la rutina, de lo previsible, y nos tiemblan las piernas cuando no sabemos lo que va a pasar, cuando tenemos que tomar decisiones de cierta importancia…

Pero tranquilo, y te lo digo por propia experiencia, el sentimiento de vértigo se pasa, o mejor dicho, aprendes a lidiar con él. Con el tiempo se hace tan cotidiano que pasará a formar parte de tu vida. Ya no te afectará tanto si los planes que tenías ya no se cumplen como esperabas, ahora puedes hacer otras cosas, cambiar de camino y volver a empezar.
El vértigo se hará algo tan habitual que apenas notarás que está. Y no lo digo por decir, lo digo porque fue lo que me pasó a mí, lo que sucede es que queremos que todo pase rápido y ya, y no debemos olvidar que nos encontramos en un proceso de duelo que exige paciencia, tiempo y compresión de los demás, pero también, y sobre todo, de nosotros mismos.

Debemos ser pacientes y sobre todo comprender que el escenario ha cambiado y que nosotros estamos en un proceso de adaptación a una nueva situación que no hemos elegido. El sentimiento de vértigo aparecerá, claro que si, pero si piensas lo siguiente quizás te sea más fácil sobrellevarlo:

1.       Cuando una relación se rompe es importante que, con el tiempo, rellenemos esos espacios que antes dedicábamos a nuestro ex dedicarlos a otras actividades que nos hagan sentir bien. Lo mismo da si es apuntarse al gimnasio, estudiar un idioma, hacer un voluntariado, ir a clases de canto, de piano o de ballet. Descubrir una nueva afición además de enriquecernos nos alejará un poco del mono tema de la ruptura, nos despejará la mente, nos dejará descansar un poco del agobio de la separación. Pero sobre todo, nos ayudará entender que aunque sintamos dolor, la vida continúa, podemos seguir sin nuestra ex pareja. En realidad, sin darnos cuenta, estamos siguiendo nuestro camino, pasito a pasito.

2.       Una nueva actividad en nuestra vida nos puede ayudar a encontrar un nuevo camino. Por ejemplo, yo empecé a viajar (a mi ex no le gustaba mucho), descubrí una nueva afición que se convirtió un poco en mi nueva filosofía de vida. Si mi ex nunca hubiera roto conmigo, seguramente jamás lo hubiera descubierto. Lo mismo lo aplico al gimnasio (nunca antes había pisado un gimnasio en mi vida), y ahora no puedo vivir sin él. 

3.       El sentimiento de vértigo es lo que precisamente nos obliga a movernos. A nadie le gusta estar en esta situación, y es precisamente por ello por lo que queremos salir de ella. No veas el vértigo como algo amenazante, míralo como un impulso para salir adelante. Sírvete de él para salir del agujero. Piensa que el vértigo aparece porque estamos en una fase de adaptación a la nueva situación, y el miedo a lo desconocido es normal. No sabes por donde tirar, qué hacer con tu vida, y el no saber que camino elegir produce inseguridad, pero piensa que estás en un proceso de duelo, y que necesitas tiempo para adaptarte. A algunas personas les lleva unas semanas, otras unos meses, otras incluso años (como fue mi caso), cada persona y cada caso es un mundo, y cada uno tiene sus propios ritmos. Y como no tengas esto claro se te hará muy difícil. NO TE AGOBIES!. Respira hondo, busca tu tiempo, tu ritmo. 

4.       No tener un camino planificado qué seguir es una fuente de oportunidades. Ahora puedes elegir otro camino, que aun quizás no te lo habías planteado porque estabas con tu pareja y se habían barajado otras opciones. Ahora tienes esa oportunidad. Puedes hacer lo que quieras (casi siempre). Os contaré lo que me pasó a mí. Estando con mi pareja y teniendo una relación a distancia, tuve que aparcar mi sueño de irme a vivir al extranjero una buena temporada para no complicar más la situación de lo que ya estaba. Cuando la relación se rompió, y ya sin ataduras, se me presentó la oportunidad de marcharme fuera y lo hice. Y sinceramente, no me arrepiento. Yo me volví, porque no quería quedarme a vivir allí, pero si hubiera querido quedarme lo hubiera hecho, y hubiera vivido unas nuevas experiencias que jamás me habría imaginado antes.

5.       No vivas la incertidumbre con miedo y con inseguridad por lo que pasará o no pasará en relación a tu vida. Ahora te encuentras en una encrucijada en la que debes elegir qué hacer. Pues bien, piensa que elijas lo que elijas será una nueva aventura para ti, nuevas sensaciones y nuevas experiencias. Algunas buenas, otras malas, pero experiencias al fin y al cabo que te enriquecerán. No tengas miedo a lo desconocido, es lo que nos han inculcado. El miedo nos paraliza, no nos ayuda, y nos impide vivir, tener y disfrutar de nuevas experiencias. 

6.       Si no sabes qué hacer con tu vida ahora que tu ex ha roto contigo, te hago la siguiente pregunta: tienes que decidirlo todo ya?, si no te encuentras bien, quédate tranquilo, cura tus heridas, y cuando te sientas seren@ y mejor, piensa con calma que quieres hacer. Como te comentaba antes, las cosas llevan su tiempo, y quizás este no es el tuyo a la hora de tomar decisiones importantes. Tómate tu tiempo y ya te sentirás fuerte para decidir. 

7. Tómate la sensación de vértigo como una parte del proceso del duelo. Al igual que pasas por fases de odio, de depresión, de culpabilidad... el vértigo a seguir tu camino sin tu ex pareja también lo es.

8.       Puedes elegir un camino y equivocarte. Y qué?, nadie se equivoca?. Lo importante no es ver los errores como fracasos, si no como aprendizajes y experiencias vividas.  Míralo como algo que se quedará contigo para siempre.

Cuando sientas el vértigo en tu pecho, que te paraliza, que no te deja respirar, que te agobia… piensa que es normal, que tienes miedo, que te sientes inseguro y que no estás pasando por el mejor momento. En lugar de pensar en la falta de caminos, piensa en la multitud de opciones que tienes ahora o más adelante para elegir, piensa en la infinidad de sensaciones y experiencias que tienes a tu alcance.

miércoles, 12 de abril de 2017

La falsa culpa del dejado...

Siempre que se produce una ruptura se busca un culpable. Es como cuando algo se rompe y deja de funcionar, por ejemplo un televisor, intentamos descubrir que cable se ha cortado, qué circuito se ha quemado… y ha producido que la tele ya no funcione.
Con las rupturas pasa un poco lo mismo.

A la gente le encanta especular sobre los motivos que han empujado a que la relación se haya roto: porque ella era muy celosa, porque él era muy posesivo… siempre buscamos un motivo.
Pero no hace falta irnos muy lejos. Los componentes de la ruptura también sienten culpa.
El dejado porque cree que ha hecho, no ha hecho, ha dicho, no ha dicho, ha sido o no ha sido como la otra persona esperaba que fuese, dijese o tuviese para seguir con ella. En definitiva, porque no ha estado a la altura de lo que su ex pareja esperaba de ella.
El dejado siente la culpa cuando ve que no ha sido la persona elegida para continuar con su ex pareja.

Como sentimos la culpa de no haber sido lo que se esperaba de nosotros, automáticamente sentimos que no valemos nada, que somos poca cosa, en definitiva, nos merma nuestra autoestima.
Yo me sentí tremendamente culpable por la ruptura, creía que mi ex había dejado de quererme porque yo era una persona horrible, y desgraciadamente tuve esa sensación durante mucho tiempo, más del que yo hubiera deseado...
La culpa en el caso del dejado es terrible, porque a la tristeza propia de una ruptura, se le suma la culpabilidad de que nos hayhan dejado de querer.

Pero el dejador tampoco se queda atrás. El dejador siente culpabilidad de romper, de dejar a una persona a la que ha querido, y que en muchas ocasiones no es la responsable de que se haya dejado de querer.
El dejador sabe que está rompiendo una relación en la que se ha puesto ilusión, en la que seguramente había proyectos de futuro, y se siente totalmente culpable de dejar a una persona hecha polvo.
No es nada agradable ver a la persona a la que has querido tanto, con la que tanto has compartido, llorando sin cesar y pidiéndote una segunda oportunidad que segurantemente nunca le darás. No es fácil.

La culpa del dejador puede manifestarse de varias maneras:

1. Lo reconoce. Generalmente lo hace de manera verbal con un "lo siento mucho". Lo dice a las claras que se siente culpable de romper la relación.

2. No lo dice verbalmente, pero se muestra demasiado amable. Como entiende la posición del dejado, intenta ayudarle, le llama por teléfono para saber como está, está muy pendiente del dejado. No es raro que plantee una relación de amistad con su ex pareja para quitarse culpas.

3. Reacciona con violencia. No dice que se sienta culpable porque no puede o no sabe expresarlo, o simplemente no sabe que siente esa culpabilidad. Como tiene esa bomba de relojería dentro de sí mismo y no sabe como gestionarla, reacciona con violencia, con malas maneras, tratando mal al dejado, porque en el fondo, para él, el dejado es el responsable de su malestar (culpabilidad).
Cuando un dejador reacciona con violencia, muchas veces es la manifestación de la frustración de no saber como gestionar el sentimiento de culpabilidad. Y que mejor que descargar en la persona que está provocándole ese sentimiento...

4. Echándole la culpa al dejado de todo. Es bastante común, y a mí me ha pasado, que el dejador le echa la culpa de todo al dejado. "Te dejo porque eres de esta manera o de otra (cuando el dejado siempre ha sido así, no ha cambiado)", "te dejo porque siento que no me quieres"...

Me gustaría pararme detenidamente en este último punto. Por qué el dejador le echa la culpa de todo al dejado?. Puede que en algunos casos tenga razón, que el dejado haya sido advertido de su comportamiento en muchas ocasiones y éste no haya cambiado. O puede (como ha sido mi caso) que se entere en ese preciso momento que a su ex le molestaban determinadas actitudes de uno...
No niego que efectivamente algunas actitudes nuestras les molestasen, pero no es nada raro enterarse de este tipo de cosas una vez te han dejado. Algo que le quita totalmente la razón al dejador, porque si nunca se ha quejado, a qué viene ahora esto?...
En realidad hay parte de razón en estas quejas, quiero decir, efectivamente le molestaban determinadas cosas nuestras, pero también hay buena parte de excusas.

En este caso el dejador, en lugar de decirle al dejado abiertamente que lo deja porque no lo quiere, se busca excusas para justificar la decisión que está tomando.
Y para justificarse se pueden buscar la excusas más tontas que os podais imaginar. Hace poco hablaba con una chica que me contaba que su ex pareja la había dejado con el pretexto de que a ella no le caían bien los amigos de él... Sin comentarios.

También el dejador puede echar la culpa al dejado por una cuestión de falta de madurez. Quiero decir, "no asumo mi responsabilidad de romper porque no puedo, pues que lo asuma otro!". 
Es fácil echarle la culpa al de lado antes que asumir nuestra propia culpabilidad por lo decidido.

El problema de estas excusas, es que sobre todo al principio, causan mucho daño al dejado. Si éste ya de por sí se siente mal por haber sido abandonado, se siente aún peor por verse el culpable de haber provocado tal situación. Es necesario que pase cierto tiempo para darnos cuenta del "engaño", que no hemos sido nosotros los únicos culpables, y que es mejor cambiar la palabra "culpable" por "responsable", que es más apropiada.

Ambas partes han sido las responsables de haber llegado a la situación que se ha llegado, cada una en su justa medida deberá asumir su parte de responsabilidad. No os creais todo lo que os dicen, que nosotros no somos ni tan perfectos ni tan malos como se nos quiere hacer creer, ni ellos tan buenos ni tan culpables. Aquí cada debe asumir su papel, su parte del pastel.

viernes, 24 de marzo de 2017

Una misma ruptura, dos puntos de vista diferentes...

Como todo en la vida, siempre que existe un hecho, hay tantos puntos de vista diferentes como personas haya involucradas... Siempre es así, y una ruptura no iba a ser distinto.
Para colmo, en una ruptura casi siempre hay dos papeles bien definidos: el dejado y el dejador. Mientras el primero, a ojos de los demás, es la víctima, el que sufre, el pobrecito... el otro, el dejador, es el malo de la película, y ni que decir tiene si encima nos ha dejado por otra persona!, además de malo es un mentiroso, un infiel y un desleal!.

Es evidente que si en una separación preguntamos por separado a las dos partes cómo han vivido y sentido la ruptura, obtendremos dos respuestas totalmente distintas.Y no me refiero al hecho básico que uno es el dejado y el otro el dejador, si no que me refiero a los motivos de la separación, de las maneras, de lo que se dijo, de las reacciones...

Intentaré explicarme un poco mejor con un ejemplo que me sucedió a mí.
Mi ex, aparentemente, me deja porque llevaba tonteando con otra chica desde hacía unos meses, no tenía ninguna posibilidad de salir con ella, de hecho, cuando ella se entera de las intenciones de mi ex, automáticamente no quiere saber nada con él, y dejan de verse.
Él, justificó esta situación, que insisto, venía repitiéndose desde hacía unos meses sin yo saberlo, diciéndome que la relación entre nosotros no estaba bien, que nunca pasó nada entre ellos y que rompía conmigo porque claro, había sido desleal y la relación no podía continuar.
Es decir, él, que me había estado mintiendo durante meses y no se había portado bien conmigo, justifica su comportamiento, le da la vuelta a la tortilla y queda como el bueno de la película. Evidentemente, esta  no es ni mucho menos mi visión de la misma situación, ya que dificilmente yo puedo justificar una deslealtad como esa, sea cual sea el motivo que la originó.

Por su parte, en su día me echó en cara un montón de cosas malas de mí que en 6 años y medio de relación jamás se había quejado, como que yo nunca lo llamaba por teléfono, no era afectuosa con él o que nunca le había dicho que lo quería. Es decir, que si fuera él y no yo quien escribiera en este blog, seguramente la versión de mi separación sería complemente distinta, aun cuando estamos hablando de la misma ruptura y de la misma relación... Insisto, separando la situación obvia que él es el dejador y yo la dejada.

Es evidente que él tenía su punto de vista de las cosas. Y yo tengo las mías... Pero, quien dice la verdad?, él?, yo?, ninguno?, los dos?... Cuánto exageró él y cuánto exageré yo?.
Él, movido por alejarse del papel del malo de la ruptura, cuanto minimizó sus malos actos y cuanto resaltó los míos?, y yo, debido al dolor provocado por la ruptura, cuánto resalté su parte mala y cuánto minimicé mis errores?...
Está claro que ninguno de los dos tiene la verdad absoluta, pero cada uno ha vivido la ruptura a su manera y eso es algo innegable.
A mí personalmente me hubiera gustado el haberme sentado con él y haber hablado de este tema tranquilamente, y no en una estación de autobuses deprisa y corriendo y de mala gana, porque tengo claro que hubiera ayudado a evitar malos entendidos y situaciones e interpretaciones equivocadas por ambas partes. Pero él se negó. Y con las dudas me quedaré de porque hizo las cosas que hizo, o porque me dijo lo que me dijo.

Ya hablé en su día de la importancia de los buenos cierres, aquí tenéis un motivo más: compartir puntos de vista, sentimientos, interpretaciones y evitar ideas erróneas de una misma situación. Yo creo que esto ayuda a hacer un buen cierre de la relación.
Pero que pasa cuando la otra parte se niega a charlar?, pues que no queda otra que cerrar la relación por ti mismo, con TUS interpretaciones, con TUS visiones, con TUS sensaciones...que nada o poco pueden tener que ver con la realidad.

Muchas veces me pregunto, cuánto hay de realidad en lo que yo viví, cuánto hay de exagerado en mis interpretaciones o vivencias?, y sobre todo, hasta que punto me habré creído yo mis propias interpretaciones equivocadas, haciéndolas verdaderas y absolutas?... Muchas cosas sé que pasaron, no me las inventé, pero hasta que punto se desvirtuaron por los sentimientos confusos que yo tenía en el aquel momento?. Es imposible saberlo, más teniendo en cuenta que seguramente si le preguntase a mí ex, él me contaría una versión completamente diferente de la misma situación...
Y aquí viene otra pregunta: hasta que punto me habrá dejado él como la mala de la película cuando comunicó nuestra ruptura a su familia y amigos?, porque claro, él también tiene su propia visión de las cosas, que también las creerá como verdaderas y absolutas como yo las mías. Y hasta que punto habrá ocultado ciertas informaciones de manera totalmente inconsciente (la deslealtad de la que hablaba al iniciar este hilo por ejemplo) para evitar quedar como el malo minimizando sus errores y ensalzando los míos?. Una vez más: imposible saberlo sin una charla sincera y honesta por ambas partes.

Al final, los que no hemos tenido la posibilidad de esa charla, nos quedaremos con la duda, nos veremos, una vez más, obligados a resolver todo solos...