Una vez mi ex me había dejado y ya no manteníamos ningún tipo de contacto, los pensamientos sobre él invadían mi mente mañana, tarde y noche. Parecía que lo tenía incluso más presente ahora que cuando aún estábamos juntos…
Y hasta tal punto esto fue así, que limitaba mi toma de decisiones para poder rehacer mi vida y superar la ruptura, porque continuamente ponía por delante las necesidades de él, sus impresiones o sus gustos…, frente a los míos.
Durante muchísimo tiempo manejaba con cuidado todas las publicaciones que yo hacía en Facebook, las fotos que publicaba… por si él pudiese verlo. Aunque yo no tenía perfil de Facebook cuando estaba con él, pues abrí la cuenta después que él me dejó, si tenía temor a que él me buscase por la red y viese lo que yo había colgado en la red social.
Lo mismo me ocurrió con Whatsapp. Siempre cuidadosa de la foto que tenía de perfil para evitar dar más información de la debida a él.
Jamás lo bloqueé de ninguna red social (excepto en Whatsapp hace cosa de dos meses), con el temor de lo que él pudiera pensar de mí, por si él pudiese sentirse ofendido.
Siempre cuidadosa, siempre temerosa, de que él pudiera tener una mala impresión de mí, o se sintiera molesto por cualquier movimiento mío.
Incluso cuando manteníamos cierto contacto al principio de la ruptura, y estando yo rota de dolor, manejaba mis palabras hacia él con sumo cuidado, no vaya ser que él se fuera a molestar, sentirse incómodo o enfadado conmigo.
Pasado un tiempo, llegué al extremo de no querer salir con ningún otro chico, por tener la sensación de que si lo hacía, le estaría siendo infiel a mi ex, por lo que mi vida amorosa estaba absolutamente estancada.
Todo lo que hacía que podía llegar a sus oídos, sus ojos… lo manejaba son muchísimo cuidado, porque prevalecía lo que él pudiera sentir, frente a mis necesidades, gustos o sentimientos. Una vez más, se ponía de manifiesto mi falta de autoestima.
Para mí, él era una persona extraordinariamente valiosa, y yo, había tenido la inmensa suerte de poder haber estado con él. Es decir, si él era más, yo era menos. Si él era una persona maravillosa, yo era un ser que no merecía la pena. Mi inconsciente colocaba a mi ex y a mí misma en dos posiciones totalmente distintas, cuando, en realidad, ninguno de los dos era más que el otro.
Como yo no tenía derecho a rehacer mi vida, pues, era más importante él que yo, incluso cuando ya no estábamos juntos, centraba muchos esfuerzos en que él siempre tuviera una buena imagen de mí, que él nunca se molestase o enfadase, ponderando así su valor, poniéndolo en un altar y alimentando su idealización dentro de mi mente.
Tened en cuenta que cada minuto que le dedicamos a nuestros ex, es un minuto que nos lo estamos robando a nosotros mismos. Y no solo en nosotros, sino también en nuestra recuperación.
La otra persona nos ha dejado por propia voluntad, nosotros no les hemos echado de nuestras vidas. Si bien es cierto que pueden sentir curiosidad sobre nosotros en algún momento dado y consultar alguna red social, es igualmente cierto que los dejados ya no formamos parte de sus vidas, y tanto derecho tenemos de rehacer la nuestra como ellos la suya.
Que pueden sentirse molestos por algún comentario?, alguna foto?, porque les hemos bloqueado de Facebook o de Whatsapp?, no lo niego. Pero te has parado a pensar en los comentarios dolorosos, los engaños y las malas maneras que tu ex ha tenido contigo?, no es válido eso?, no nos ha dolido a nosotros también?, o solo importa lo que sienten y piensan ellos?.
No debemos vernos como víctimas, como pobres personas sin valor, que han sido dejadas porque no merecen la pena. Nosotros también tenemos nuestras cualidades, nuestros puntos fuertes que la otra parte no ha sido capaz de ver y valorar.
No podemos seguir alimentando este tipo de relación del “tú eres más que yo”, porque además de no ser cierto, pues es una construcción que ha creado nuestra mente para seguir alimentando nuestra falta de autoestima, tampoco nos deja seguir con nuestro camino.
Si a mi ex le molesta que yo lo haya bloqueado de alguna red social, más me ha molestado a mí que me engañase y me dejase por teléfono, por ejemplo.
Hay que partir de la base que ellos no son perfectos, también han cometido errores, y estamos en nuestro derecho, puesto que nos han dejado, de no solo rehacer nuestras vidas, sino también de echarlos de ella borrando su número, bloqueándolo de alguna red social…, porque al fin y al cabo han sido ellos los que han decidido irse por propia voluntad. Tenedlo claro.