sábado, 21 de marzo de 2015

Mi ex en un pedestal (Parte I)


Este escueto título simplifica como tengo a mi ex. Y no me había dado cuenta de ello hasta que lo hablé con una amiga hace unos días.

Mi ex era una persona muy inteligente, una persona cauta que siempre tenía la palabra precisa, el gesto que nunca se salía de tono, siempre acorde a la situación y al momento.
Mi ex era una persona con las ideas muy claras, que sabía lo que quería y luchaba por ello.
Mi ex siempre tenía una sonrisa en la cara, siempre estaba de buen humor y pocas veces se enfadaba o perdía la calma.
Mi ex era una persona muy sociable, muy abierta y cercana.

Le gustaban los planes tranquilos: quedarse en casa jugando con la consola o a algún juego de mesa.
Le gustaban las reuniones con la familia y pasar la tarde con los suyos.
Le gustaba ver películas, ir al cine y hacer crónicas en su blog sobre el último videojuego o juego de mesa.

Además, era un chico muy guapo, alto, rubio, de enormes ojos verdes, vamos que llamaba mucho la atención...

Yo por el contrario tengo bastante carácter, si algo no me gusta o alguien no me cae bien, se me nota y no lo disimulo.
No siempre estoy de buen humor, puedo cambiar de estado ánimo con facilidad, y aunque soy una persona sociable, me cuesta mucho mantener las amistades.
Además, tampoco soy demasiado atractiva. Lo normal.

Es evidente que tengo a mi ex en un pedestal: Él es toda perfección, virtud y una persona absolutamente maravillosa. Si pongo a mi ex en esta situación, me estoy poniendo yo en unos cuantos escalones más abajo... 
Es decir, si él es más, yo soy menos.

Esto lo que me está generando es una sensación de que he perdido algo muy grande, algo muy valioso que seguramente yo no me merecía. Y que evidentemente lo he perdido por mi inaptitud y mi poca valía. 

Esto está entorpeciendo mi recuperación. No me está permitiendo pasar página con más facilidad. Porque tengo la sensación de que perdí el billete ganador de la Bonoloto...

Como me veo que esto me está produciendo un gran estancamiento, en el próximo post comentaré al detale qué estoy haciendo para combatirlo.

Os está pasando a vosotros también?...

miércoles, 11 de marzo de 2015

Los nuevos proyectos...

Mi vida no se ha acabado con mi ex. Mi vida continúa.
Con más o menos dificultades, pero continúa.

Comenté en un post anterior la importancia de tener nuevos retos, nuevos proyectos... algo que nos ilusione y nos saque de esta tristeza perpetua.

Quizás no sean grandes retos, pero ayudarán!. Lo mismo da si es conocer gente nueva, apuntarse al gimnasio, ir a clase de danza... o yo qué sé!. Lo importante es que sea algo que nos ilusione y nos motive. De lo contrario seguirá pasando el tiempo y nosotros seguiremos llorando amargamente la partida de nuestra ex pareja.

Debemos llenar ese hueco que ellos ocupaban con algo nuevo, evitar en la medida de lo posible estancarnos en las fases.

Por este motivo he estado tanto tiempo sin escribir, no por falta de ganas sino de tiempo.

Antes tenía dos trabajos, lo que me hacía totalmente imposible el poder escribir y tener tiempo para mí. Recientemente me he quedado con uno, y me gustaría contaros cómo me va...

Hace un año y medio que mi ex se ha marchado de mi vida. No quiero engañar a nadie, pero aún la situación no está superada al 100%.
Esto me desanima un poco, porque siempre pensé que pasado este tiempo lo tendría totalmente asimilado... Incluso cuando sé que él ha rehecho su vida con otra persona parece que la ruptura me está costando más de lo que yo hubiese esperado...

Le recuerdo mucho: lo que hacíamos juntos, lo que me decía, su forma de caminar... No puedo evitarlo. La diferencia está en que antes estos recuerdos me hacían daño y ahora simplemente son recuerdos e incluso algunas veces consiguen robarme una leve sonrisa. 



Ahora que tengo más tiempo para mí, me he apuntado al gimnasio y estoy estudiando idiomas otras vez. Y eso no solo me mantiene activa, sino también con esperanzas de rehacer mi vida (y no solo a nivel sentimental).

En el próximo post os hablaré de "subir al ex en un pedestal".

sábado, 13 de septiembre de 2014

Y tú quién eres?...

Después de un año sin haber mantenido ningún tipo de contacto con mi ex, hoy me pregunto que habrá quedado de él, que habrá quedado de la persona que me enamoré en su día.

Seguramente su esencia siga perdurando, pero es evidente que él ya no es el mismo. Yo tampoco.
Ambos hemos vivido situaciones diferentes, hemos crecido, hemos madurado y hemos elaborado la ruptura de maneras diferentes, él como dejador, yo, como dejada...

Estoy segura que si me sentase a hablar con él, notaría que ya no es la misma persona. y seguramente él notaría lo mismo de mí.

 

Aquello que nos unió, ya no está... 

Por qué comento esto?, porque después de haberlo visto con su nueva pareja, ahora tengo la sensación que ya no lo conozco, que ya no sé quién es... Lo siento lejano, diferente, en definitiva, no conozco a esa persona... 

Tengo la sensación que mi pareja era otra persona y no esa que vi aquella tarde... 

Medité sobre esta sensación que tengo, y creo que no es mala. Es una buena sensación... 
Si estoy sintiendo esto, eso significa que poco a poco me estoy alejando de aquella persona, que no me siento tan unida a él como antes.
Es como si cada día que pasa, esa persona fuera una extraña para mí, no sé muy bien cómo explicarlo. 

Es un sentimiento raro, porque al fin y al cabo hemos estado juntos más de 6 años, pero en el fondo esta sensación me gusta, y me gusta porque eso significada que estoy avanzando, que no estoy tan estancada como yo creía...

viernes, 5 de septiembre de 2014

Primer año sin él...


Se hizo esperar, parecía que no quería llegar, pero si, llegó... el primer año sin mi ex, el primer año sin su compañía, sin sus abrazos, sin sus besos... mi primer año escribiendo en este blog.
Mi primer año llorando las penas, desahogando mi dolor aquí, y compartiéndolo con vosotros que, con total seguridad, estáis pasando por lo mismo que yo...

Mi primer año llegó en plenas vacaciones. Los días previos yo estaba muy nerviosa y triste por la llegada del primer aniversario, pero sabía que era inevitable, y que con total seguridad sería muy beneficiosa para mí: ya no habrá más primeras vacaciones sin él, no habrá más primer cumnpleaños sin él, ni primeras Navidades sin su compañía... Ya no más.
Ahora es tan solo pensar en lo mal que estaba yo el año pasado por estas fechas, cuando apenas me había dejado, cuando la herida aún sangraba abundantemente.

Y es precisamente esto lo que me preocupa, el ver que ha pasado un año, y si, el dolor no es el mismo: he avanzado mucho, mi día a día nada o poco tiene que ver con el principio: noches enteras sin dormir, el agobio de querer recibir un mensaje, una llamada suya y que nunca llegaba... y pese a todo esto aún siento el dolor.

Siento el dolor de su partida, de su decisión de dejarme, de ver que ahora tengo que continuar mi vida sin él y no sé muy bien cómo se hace eso cuando teníamos tanto proyectos de futuro juntos...

Veo que avanzo, si, pero muy poco a poco. A veces me siento agotada por sufrir tanto, parece que esto no se acaba más, y me pregunto cuándo se acabará...

Tengo claro que mi mejora emocional y la reconstrucción de mi autoestima depende exclusivamente de mi, pero es complicado conseguirlo teniendo dos trabajos y no disponiendo de tiempo libre para poder hacer las cosas que me gusta y poder conocer gente nueva... aunque conservo a mis amigos, apenas puedo verlos.

Estoy consiguiendo sacarme poco tiempo al día, tiempo libre para mí, que normalmente no supera los 40 minutos, ya que enseguida tengo que irme a trabajar al otro trabajo.

En ese tiempo, aunque pequeño, pienso e intento tener mi propios proyectos de futuro. Tengo algunas cosas entre las manos, y a ellas me aferro para continuar con mi vida.
Mis proyectos de futuro son lo único que tengo ahora que me aminan y me mantienen un poco contenta.

Como comentaba, mi primer aniversario se produjo en plenas vacaciones. Ese día fue triste, no dejé de pensar en todo lo que había pasado aquel día: en su llamada, en lo que me dijo, en todo lo que vino después... Incluso estaba pendiente de la hora a la que me dejó...

Al día siguiente me sentí liberada: ya habia pasado, y continúe con mi viaje, tocada, triste, pero un poco mejor que el día anterior.

Y eso me alivió.

Sé que escribo poco, pero como comentaba antes, sufro de escasez de tiempo.
He decidido escribir al menos una vez a la semana, para contar cómo me va, lo que pienso y lo que estoy haciendo para salir adelante.

Me está costando superar esta ruptura, más de lo que yo pensaba inicialemente, pero entre que me he enterado que mi ex ha rehecho su vida con otra persona, mi vida estresante de trabajo... es complicado.
Asique esto me obligará a poner más de mi parte si quiero salir adelante... asique: manos a la obra y a trabajar!.

sábado, 12 de julio de 2014

El reencuentro...

Durante todo este tiempo siempre he imaginado sobre nuestro reencuentro: dónde será?, cómo será?, estaré yo lo suficientemente entera emocionalmente como para que no me afecte?, cuándo será?... y un sinfín de etcéteras...
Sobre todo me preocupaba sobre mi actuación: digna, tranquila, con la situación absolutamente superada, como una verdadera señora...

Pues nada de lo que imaginé fué lo que sucedió hace unas semanas.

Yo regresaba a casa en coche despues de uno de mis trabajos como cada día, con la clara intención de cambiarme de ropa e incorporarme al otro trabajo que tengo por las tardes.
Unas calles antes de llegar a mi casa, me voy acercando a un semáforo que está en rojo, y voy frenando el coche poco a poco. Unos cuantos metros antes de pararme completamente, veo un coche negro aparcado esperando que el semáforo se ponga en verde.

La marca del coche yo ya la conocía, y el color era idéntico. Acto seguido, como un reflejo me fijo en el número de la matrícula: no había dudas, el coche era el de mi ex.
Después de tantos meses desde nuestra ruptura, sin habernos visto y casi sin cruzarnos ni media palabra, me lo encuentro parado en un semáforo cerca de mi casa...

Me fui acercando muy lentamente, os aseguro que el corazón me latía a 1000 por hora, parecía que se me iba a salir de la boca, las manos me sudaban, y creo que me temblaban las manos y las piernas...

Al ir acercándome, tomé la decisión en una milésima de segundo de pararme a su lado, justo en el carril contiguo, pero sin mirarle, como si no le hubiera visto. No sé porqué tomé esa decisión...
Y así lo hice. Me paré a su lado. Os aseguro que tener a tu ex a unos pocos metros después de tanto tiempo impone muchísimo. Uno no sabe qué hacer, si mirar, no mirar, sonreir, estar serio... no sabe.

De reojo noto que él se mueve desde su asiento de conductor. Yo, que me mató la impaciencia y la curiosidad, giré la cabeza para mirar.
Yo lo vi a él, después de muchísimo tiempo, se había dejado la barba, se estaba riendo, partiéndose de risa con una persona que estaba sentada su lado.

Por el momento él no me había visto. Aprovechando la ocasión, me incorporo hacia delante para ver quién estaba con él.
Descubro que a su lado hay sentada una chica que jamás había visto. Los dos se estaban riendo.

En una centésima de segundo noto que mi ex se va a girar hacia mí, asique me echo hacia atrás, y miro hacia el frente, como si estuviera pendiente del semáforo.

De reojo noto que él me ha visto. Era evidente que me había visto, porque percibí que se me quedaba mirando.

El semáforo se pone en verde, yo acelero y me voy a casa.
Mientras estoy en el segundo trabajo, no dejo de darle vueltas a lo que he vivido, y no dejo de preguntarme quién será aquella chica...

Cuando llego de madrugada a casa, y ya no aguantando la curiosidad y rompiendo todas las reglas básicas de las que he hablado en este blog, entré en su perfil de Facebook.

Allí descubrí que esta chica es su actual pareja. No llevan mucho tiempo juntos, tan solo unos pocos meses.
Él no dudó en colgar fotos de ellos juntos viajando y compartiendo momentos.

En ese instante sentí una horrible sensación de vacío, me faltaba el aire y el corazón se me aceleró. Me invadió una enorme tristeza, una invasión de sensaciones muy confusas.

De esto han pasado unas semanas, y sigo sin poder terminar de asumir la noticia.
Me cuesta asumir que él ya está con otra persona, que ha rehecho su vida, que una nueva persona ocupe el lugar que hasta hace unos cuantos meses ocupaba yo.
Me cuesta asumir que mientras yo aún sigo llorando, triste e intentando superar la ruptura, él ya ha pasado página. Quizás esto último es lo que más me duele, que él haya pasado página.

Ahora mismo, por temas económicos tengo dos trabajos, salgo de uno, paso por mi casa, me cambio y me voy al otro y trabajo hasta las 12 de la noche, para repetir la operación al día siguiente.
Casi no tengo tiempo ni para pensar, estoy siempre triste, siento que esto está siendo demasiado duro para mí, y me cuesta sonreir.

Me agarro al hecho que el saber que él está con otra persona me ayudará a superar esta ruptura, porque si él ya ha pasado página, si él ya tiene pareja, si él ya se ha olvidado de mí, entonces ya no quedan esperanzas, ya no queda otra más que asumir que él no volverá, que mi relación se ha acabado.

He hablado muchas veces en este blog sobre la importancia de asumir la realidad, de asumir que la relación se ha terminado, porque solo de esa manera podremos superar la ruptura.
Yo lo he escrito muchas veces, y hoy lo estoy viviendo en mi propias carnes.
Por primera vez después de tanto tiempo, dejo de estar anestesiada para sentir la realidad, una realidad tremendamente dolorosa, pero real al fin y al cabo.

Ahora que estoy tocando fondo solo me queda levantarme de las cenizas y seguir adelante...