Inteligente, sensato, sociable, siempre con la palabra precisa en el momento adecuado, una persona de ideas muy claras, guapo, alto, con grandes capacidades, cariñoso... así veía yo a mi ex.
Si bien lo veía así cuando estábamos juntos, cuando él me dejó estos sentimientos se acrecentaron exponencialmente.
Estando con él, yo tenía la sensación que no podía tener más suerte en la vida de poder estar con una persona como él. Me había tocado el Gordo de Navidad!. Llegaba incluso a pensar que una persona como yo no merecía tener a su lado a una persona como él. Y cuando me dejó, tenía la sensación de haber perdido un diamente en bruto, un lingote de oro de valor incalculable.
Así tuve que digerir mi ruptura, con la sensación de una enorme pérdida, imposible de reemplazar.
Realmente él era así?, que me estaba pasando?. Pues, que estaba idealizando a mi ex.
Durante una relación, hasta cierto punto es normal idealizar a la pareja, simplemente porque estás enamorad@ de esa persona, y los defectos se minimizan.
Pero las personas no somos perfectas y todos, absolutamente todos tenemos defectos. Créeme que tu ex no está exento de ellos.
Durante nuestra relación yo lo tenía idealizado, sobre todo al principio, y después comencé a ver defectos en él, que si bien no me gustaban convivía con ellos porque desde mi punto de vista no eran graves y porque partía del hecho indiscutible que él era ante todo un ser humano.
Este proceso que acabo de describir debería ser el normal en las parejas, primero idealizar bajo los efectos del enamoramiento inicial para después dar paso a una visión más realista de esa otra persona.
Aprender a convivir y aceptar los errores del otro son esenciales para que una relación sana funcione.
Cuando él rompe la relación, esa idelización se multiplicó por 10. Simplemente dejé de ser ver esos defectos que él tenía. Que está pasando aquí?.
1. Falta de autoestima. Partiendo de la base que los dejados muchas veces podemos sufrir una baja autoestima por la ruptura, se puede aplicar la fórmula matemática del más es menos: él/ ella es más (idelización), pues yo soy menos.
Cuanto más ensalce a mi ex, cuanto más alto lo ponga en un pedestal, más pequeñ@ soy yo, más insignificante, menos valioso soy.
Cuanto más alto esté mi ex, más bajo estaré yo, y así seguiré alimentando mi falta de autoestima.
Al final tendremos la sensación que nuestro ex tenía razón en habernos dejado, porque somos poca cosa, no merecemos estar con una persona como ellos.
2. Recordar la ausencia. Mi inconsciente me recuerda una y otra vez lo que he perdido. Y lo hace recordándome lo tan valioso que ya no tengo.
Mi inconsciente me juega malas pasadas, y me recuerda que esa persona ya no está, y lo hace haciendo hincapié en el agujero tan grande que me ha dejado su lejanía.
3. La culpabilidad. Partiendo del hecho que los dejados nos sentimos muy a menudo culpables de la ruptura, el idealizar a la ex pareja nos hace sentir más culpables aún.
Como ellos son tan perfectos (desde nuestro punto de vista), no se habrán equivocado en tomar la decisión de romper la relación con nosotros.
Nos vemos como personas indeseables, molestas y principales responsables de la ruptura, como por ejemplo pensar que nos dejó porque no fuimos lo suficientemente atentos en la relación, o cariñosos o divertidos, mientras que ellos parece que no han tenido ninguna responsabilidad sobre la relación o la ruptura. Les quitamos esa parte de responsabilidad que es de ellos también para asumir nosotros la culpabilidaad de la separación y así seguir alimentando nuestro sentimiento de culpables.
No es raro que no asumamos que la otra parte también tiene buena parte de responsabilidad sobre el funcionamiento de la relación, concretamente el 50%.
4. Idealizar la relación. Es evidente que si nos han dejado era porque la relación no iba bien. Puede que no lo hayamos querido ver, pero el que deja siempre da señales.
Cuando estamos dentro de la relación es difícil ver los fallos que hay, y sin embargo, una vez fuera de ella, lo vemos todo con gran claridad.
A mí me pasó, y cuando había transcurrido bastante tiempo desde la ruptura, me pregunté una y otra vez cómo era posible que yo no hubiese visto su frialdad, su distanciamiento?...
Al igual que idealizamos al ex, también idealizamos la relación.
5. La idealización me impide cerrar la puerta. Mientas idealizo a mi ex, y pienso en lo maravilloso que fue, lo guapo que era, lo inteligente que parecía... estoy evitando cerrar una puerta de un pasado que ya no es. Sigo teniendo presente a mi ex en mi vida, y esto me impide rehacer mi camino.
Cuanto más lo idealice, más impediré que otra persona entre en mi vida, porque ningun@ será tan bueno, tanto guapo, tan inteligente... como mi ex.
Es evidente en este caso que la ruptura no está superada y aun quedan flecos por cortar.
6. Nos dejan huella las emociones más intensas. Seguramente no recuerdes que comiste ayer, pero si recuerdes el primer beso que te dió tu ex, o aquella tarde tan romántica de paseo mientras compartían confidencias, o el día que te dejó... Siempre recordamos aquellas experiencias y sensaciones intensas, son las que más huella nos dejan, y extrapolamos las cualidades y las emociones vividas, idealizando a la otra persona y a la relación.
No es raro deformar la realidad que vivimos mezcladas con las sensaciones que obtuvimos de aquellas experiencias, y esto engloba a nuestro ex y a nuestra relación.
Es sumamente fácil caer en la idealización y sumamente difícil salir de él. Yo lo sufrí durante mucho tiempo. Tuvieron que pasar unos cuantos años para darme cuenta que estaba atrapada en una trampa que yo misma había creado y que no me dejaba seguir avanzando en mi recuperación.
Es importante poder reconocer cuanto antes esta sensación para poder seguir avanzando. Os aseguro que no es fácil salir de él y que supone un enorme esfuerzo por nuestra parte, pero no es imposible.