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viernes, 21 de marzo de 2014

La imposibilidad de amar...

Al principio ni lo pensaba, y ahora que me lo planteo me da cierto pánico.

Me refiero al hecho de rehacer mi vida, a conocer a otra persona, a volver a enamorarme...

Si, mi ex se ha marchado, se ha ido porque ha querido, pero eso no significa que yo no tenga derecho a volver a conocer a alguien.

Lo que sucede es que después de una ruptura, uno sale escaldado y muy dolorido.

Además, o por lo menos en mi caso es así, pienso que si una nueva persona entrase en mi vida, va a ocupar un espacio que en realidad no le corresponde, sino que ese lugar le corresponde a mi ex.
Esto lo que quiere decir es que aun no estoy preparada como para iniciar una nueva relación.

Soy de la idea de no comenzar una nueva relación hasta que no se haya sanado la herida de la anterior ruptura, y eso, querramos o no, lleva su tiempo y su proceso.

Hace muchos años, en una ruptura anterior, me vi en esa situación: A los 6 meses de que mi ex me dejara, me vi en la triste situación de estar besándome en el asiento trasero de mi coche con un chico al que apenas conocía y por el que no sentía absolutamente nada. Sólo lo hice por llenar el vacío tan grande que me había dejado mi ex...
Cuando me di cuenta de la situación, me sentí tanta triste, sola y desdichada, que preferí no continuar y pedirle a esta persona que se bajara de mi coche...

No quiero que se repita de nuevo esta experiencia.

Soy consciente de que me he construido una armadura que protege mi corazón, ahora dolorido y maltrecho, que hace que mis sentimientos estén a salvo de posibles golpes.
He contruido mi armadura de la mejor manera que he podido, he intentado que gruesa y resistente, y eso hace que me sienta muy segura y tranquila: nadie me hará daño.

Pero esta armadura tan gruesa, me aleja de poder sentir nuevamente, ya que no permite que una nueva persona entre en mi vida.
Soy plenamente consciente que esta armadura algún día tendrá que caer. Tendré que ser capaz de destruirla para poder volverme a enamorar. De lo contrario y con el tiempo, mi corazón se convertirá en algo seco, frío y seguramente tender problemas para volver a sentir con plenitude y normalidad.

El duelo lleva su tiempo, y debo ser paciente para conseguir mi recuperación, que sera lo que me permita el poder rehacer mi vida sentimental si llegado el caso me interesa hacerlo.

Mi armadura aquí sigue, brillante y reluciente, aún se sigue construyendo día a día, y espero que en un futuro no muy lejano, yo sea capaz de llenarme de fuerzas e ir rompiéndola poco a poco, agrietándola y debilitándola hasta romperla por completo.