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martes, 14 de agosto de 2018

Las secuelas...

Inevitablemente, un duelo que se ha dilatado en el tiempo, si o si, deja un rastro, una secuela en nuestra experiencia personal.
Yo no he sido muy consciente hasta que punto esas secuelas han dejado huella en mí, hasta que me he en visto en determinadas situaciones que me han recordado todo lo vivido estos años.

Recientemente, he conocido a una persona, una persona a quien le he gustado y con quien me siento a gusto. Por su parte, él viene de una separación traumática, difícil, como yo… Pero a él parece no haberle afectado demasiado. O eso es lo que me transmite…
La cuestión es que, por miedo, inseguridades, por recordar lo vivido todos estos años antes, durante y después de la ruptura, no me fío de él. Sabiendo que es una buena persona, pues es lo que percibo en cada momento, sigo sin sentirme segura a su lado.
Continuamente pienso que esta relación, que no ha hecho nada más que empezar, será un fracaso.
Miles de fantasmas se me acercan y me dicen al oído que, con total seguridad, esta persona me traicionará, o bien con otra persona o bien porque tenga una doble vida o porque hay algo que me oculta y no me lo quiere decir.
Lo cierto es que si lo pienso fríamente, esta persona no me ha transmitido nada de eso, pero los fantasmas siguen ahí.

Esta persona, se ha dado cuenta de mis inseguridades, pues así me lo ha expresado. Sabe que tengo miedo, sabe que no me fío al 100% de él. Conoce mi historia, y aunque no le parece algo tan terrible como para que me haya dejado estos miedos, de momento, lo respeta y me deja mi espacio.

No pensé en ningún momento que me encontraría tan asustada, tan insegura… ante una nueva relación. Y tampoco puedo negar que el sentirme de esta manera me llena de rabia, mucha rabia, porque me veo a mí misma muy débil, muy frágil y desprotegida, una situación que la vivo como algo increíble, teniendo en cuenta que mi ex me dejó hace ya varios años, tendría que tenerlo más que superado. Tendría que ser capaz a estas alturas, de permitir que alguien nuevo entre en mi vida, dejar que esa persona me conozca y dejar que esta relación siga su curso, para bien o para mal.
Pero en lugar de eso, mis miedos continuamente están boicoteando esta nueva historia y me despiertan pesadillas del pasado.

Controlar estas inseguridades por mi parte es difícil, pero no imposible. Por el momento, he sabido reconocer cuando entro en estado de pánico y me esfuerzo por ponerles remedio, aunque no siempre lo consigo.
Me he dado cuenta que entro en pánico cuando esta persona me propone situaciones que indican que la relación se va formalizando, como por ejemplo, cuando me dice que me quiere presentar a su familia, o cuando quiere que conozca a sus amigos.
Estas situaciones me recuerdan a cuando yo empecé con mi ex, hace ya muchos años, y me saltan todas las alarmas. Sin embargo, en lugar de evitarlas, las afronto, no exenta de miedo y de inseguridad, pero es que no quiero seguir alimentando el “monstruo” que no me deja avanzar en mi vida.

Como esta persona se ha dado cuenta de esto, le he pedido que sea paciente conmigo, que necesito tiempo, que vengo de un período de mucho dolor, de mucha soledad, y necesito adaptarme nuevamente a la vida después de haber salido del túnel de un duelo por ruptura sentimental. Parece que por el momento, él, lo entiende…