sábado, 17 de octubre de 2015

Los motivos...

Cuando una persona decide romper una relación, los motivos que puede dar son muy variados. Algunos pueden ser verdad, otros verdades a medias y otros mentiras rotundas.

Las verdades hay que aceptarlas, no queda otra. Simplemente es lo que hay... Y hay que agradecer su sinceridad, que no nos haya mentido.
Otra cosa diferente es que nos creamos estos motivos o no. Pero ahí ya entra en juego nuestra imaginación y nuestra desesperación por descubrir lo que nos están ocultando. Y en muchas ocasiones no hay nada más, todo es producto de nuestra imaginación, pero sobre de nuestro dolor. A mí también me pasó.

Esto ocurre cuando la decisión que ha tomado la otra persona nos provoca un enorme dolor, y no queremos aceptarlo, entonces empezamos a imaginarnos situaciones rocambolescas sobre lo que pudo haber pasado. Pero todo forma parte de nuestra imaginación. En realidad luchar contra esto es difícil, porque forma parte de las fases de recuperación. Lo bueno es que poco a poco lo vamos superando, pero no os engañaré, hasta que llegue ese momento no se pasa nada bien...

Otra situación que nos podemos encontrar son las verdades a medias. En este caso sabemos de sobra que no nos está diciendo toda la verdad. Disfraza parte de la realidad con la mentira.
Puede ser que haga esto por no hacernos daño, y una manera de endulzar la situación sea contando pequeñas mentiras.
Esto es absurdo!. A ver querido ex si te enteras: me estás dejando!, no hay manera de que no sufra!, asique deja de ehar azucar al café y dime la verdad!.
Pero generalmente ellos saben que están haciendo daño, y no pueden evitarlo, e intentan por todos los medios que la realidad de la ruptura no sea tan dolorosa para nosotros.

Pero también puede que disfrace la realidad con parte de fantasía para ocultar un engaño, generalmente una infidelidad. Y esto si que duele!.

Lo mismo ocurre si te cuentan una mentira total. Y lo peor viene cuando te enteras de esa mentira!. Ahí amigos!, agarraos que vienen curvas...

Esta es la peor de todas. No solo te han dejado, si no que también te han engañado. Aquí  la estafa es doble, y a la furia de sentirte estafado, se une la rabia por sentirte tan estúpido por habértelo creido.
Y si en su momento no te creiste la mentira que te dijo, también te sientes estúpido porque ves como tu ex pareja te subestima, creyendo que serás tan bobo de créertelo.

A mí mi ex disfrazó la verdad con una excusa, e intentó por todos los medios que me lo creyera. Evidentemente yo sabía que no me estaba contando toda la verdad, tenía la sensación que me estaba ocultando algo, pero no podía demostrarlo. Sin embargo yo sentía ese come-come por dentro que me decía que había algo más.
Jamás lo pude demostrar por mis medios, pero el tiempo terminó dándome la razón: él no me estaba diciendo toda la verdad.

Qué hacer cuándo vemos que nos está contando una historia que no es cierta?, bueno, yo soy de la idea de decírselo, de ser sincera con él. Que por lo menos se den en cuenta que no somos tan estúpidos como ellos creen. Y además que eso nos ayuda a descargar tensiones y a liberar nuestros demonios internos.

Y si nos enteramos pasado un tiempo?. Bueno, en este caso depende de cuánto tiempo haya pasado. Si yo me entero que me ha engañado después de un año de ruptura, seguramente no le diría nada. Qué mas da?, ha pasado tiempo ya. Lo que debo hacer ahora es centrarme en mi recuperación y digerir el engaño, que no es fácil. Digamos que a nuestra recuperación se le suma una fase más. Hará que retrase la superación del duelo, pero no hay otra opción... Aquí volveremos a la fase de la rabia, el odio y la venganza. Y vuelta a empezar... Aunque todo depende del grado del engaño.
Ahora si no ha pasado tanto tiempo seguramente se lo diría.

Ya os digo que depende de cuánto tiempo haya pasado desde la ruptura. Pero tened claro que descubrir un engaño no es fácil de digerir, porque a la mentira, se le añade que precisamente sale de la boca de la persona que ha sido tu pareja, por la que has sentido y vivido mucho. Y eso duele.

domingo, 4 de octubre de 2015

Las cosas no van nada bien...


 

Uno está cansado de la frialdad, del distanciamiento, de la sensación de "estoy contigo por rutina", por parte de nuestra pareja.

Pero uno no es tonto, sabe que si plantea la cuestión corre el gran riesgo de que sobre la mesa, se ponga una posible ruptura. Y eso amigos, no nos engañemos, da mucho mucho mucho miedo, sobre todo si seguimos queriendo a nuestra pareja.

Yo me encontré con este dilema en su momento, y me entró el pánico y nunca plantée nada, asique fue él quien se me adelantó...

Podemos estar en esta situación del "silencio" durante mucho tiempo, hasta que una de las dos partes decida mover ficha. Tal y como me pasó a mí, pero no necesariamente tiene que moverse ficha para romper la relación, también se puede hacer algo para resolver el problema.

 En cualquier caso, lo que os quiero decir es que no se puede estar estancado en una situación que es desagradable. Tarde o temprano se evoluciona hacia un lado u otro (ruptura o solución).

No importa quien dé el primer paso, lo importante es que se dé.

Sea quien sea quien plantee una charla, por favor, intentad no poneros nerviosos. Me explico. No estéis a la defensiva, es importante en este punto que nuestra pareja esté cómoda para que hable claramente y nos diga qué siente. Si reprochamos, si discutimos, no conseguiremos más que un mayor distanciamiento, porque la otra persona al sentir un clima hostil tenderá a cerrarse, y os digo por experiencia que no es bueno.
Si la otra persona se cierra no podremos saber qué es lo que pasa exactamente, qué es lo siente y lo que piensa de la relación y de nosotros.
Sé que no ponerse nervioso es difícil, pero tenéis que intentar que el otro no se sienta incómodo para que pueda poner todas las cartas encima de la mesa.

Otro punto fundamental, que se pasa habitualmente por alto, es la actitud que tiene el otro.
Vale, tú tienes claro que quieres continuar con la relación, pero... y el otro?...
En esta situación observad, escuchad muy claro lo que hace y dice la otra parte. Muchas veces la comunicación no verbal podrá ayudarnos a entender y a descifrar que interés tiene en seguir o no con la relación.

Si al plantearse la charla veis que vuestra pareja propone soluciones o la veis preocupada por la situación, o se implica con vosotros, esa es buena señal, quiere decir que quiere continuar a vuestro lado. Por lo menos de momento... Y me explico.
Muchas veces cuando se plantea una charla en la que se exponen los puntos por lo cuales la relación no va bien, en ocasiones pilla de sorpresa al otro, quiero decir, que ha dejado de querer si, pero aun no ha meditado sobre una posible ruptura. Esta charla le pilla totalmente de sorpresa y la idea de romper le da pánico aún. De ahí ese interés en resolver los problemas.
Pero si en el fondo no os quiere, tarde o temprano volverá a la actitud de antes y quizás, ya si en esta ocasión, se plantee romper.
Pero para esta segunda opción tenemos que esperar un poco más de tiempo, para ver como se desarrollan los acontecimientos. El tiempo nos dará la respuesta.

Por el contrario si veis que la otra parte no pone interés en resolver los problemas, amigos, preparaos para una ruptura, ahora o más adelante.
Veis que no propone soluciones, que todo le da igual, que no pone mucho interés. Es evidente que no tiene ganas de seguir. Puede que las respuestas sean monosílabos, que no os mire a la cara, que ante las preguntas conteste con evasivas... Esto es una mala señal...

Pero ante esto, de verdad que queréis tener una persona así a vuestro lado?...