Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat… Son algunas de las vías que tenemos actualmente para comunicarnos con los demás. Pero también para enterarnos de sus vidas privadas. O lo que estas personas quieren que sepamos de ellas…
Yo
tengo Facebook, pero hace años que he dejado de publicar mi vida, cada
movimiento de lo que hago, lo que pienso y lo que dejo de sentir… en
cada momento. Únicamente lo utilizo para contactar con algunas personas
que están lejos y Facebook es mi única posibilidad de contacto con
ellas.
Todas estas redes sociales
están haciendo mucho daño, porque se combina la sed de querer saber de
los demás con el puro exhibicionismo. Un cóctel mortal.
Partimos
de la base que lo que se enseña es lo que los demás quieren que veamos:
un viaje, una reunión divertida con amigos, un concierto fascinante,
unos hijos y un marido o mujer maravillosos… en definitiva: una vida de
éxito.
Realmente todo el mundo vive así?, yo creo que no.
Nadie
en las redes sociales va a publicar que le han despedido, que su pareja
le es infiel, que su hijo es un demonio, o que su trabajo es un asco.
Nadie.
Todos tenemos nuestras miserias, algunos más, otros menos…
Mientras
los más activos en la redes sociales muestran una vida llena de
felicidades y éxito, están los que, ávidos de cotillear la vida ajena,
se dedican a comparar su vida con la de los demás, y esto suele suceder
con quienes no están demasiado contentos con sus vidas, o creen que son
infelices, o simplemente no están pasando por el mejor momento. Y
evidentemente el “cotilla” suele perder.
El ver que nuestra vida no es ni remotamente parecida a la de los demás nos hace sentir desgraciados.
Asique de lo que se publique en las redes sociales, creeros la mitad, y quizás estoy siendo demasiado benévola…
Incluso
si la información nos llega de terceros, de personas comunes… hay que
tener claro que esa información llega ya muy filtrada.
Esto
es totalmente aplicable a nuestro ex. Sobre todo si ha roto con
nosotros recientemente, no va a publicar que no está pasando por un buen
momento anímico porque ha roto con su pareja más que nada porque eso
significa un fracaso a nivel personal, se dedicará a colgar fotos o
hacer comentarios de sus nuevos amigos, de ese viaje maravilloso… Y eso
nos hace sentir que el habernos quitado del medio es lo mejor que le ha
podido pasar en su vida.
Una vez más os digo: no todo lo que reluce es oro.
Nos llevan ventaja.
Ellos
decidieron romper con nosotros, el momento, las maneras, los motivos
que dieron… Y cuando tomaron la decisión ya estaba bien meditada.
A
nosotros, en cambio, nos ha tocado escavar desde abajo para ir saliendo
del pozo poco a poco, de esa situación de penumbra y oscuridad…
No
hay que olvidar nunca que la decisión la han tomado ellos, y nosotros
hemos tenido que adaptarnos a una decisión tomada por otro, no
consensuada. Y la perspectiva, evidentemente, no tiene nada que ver…
Incluso,
puede que hubiese una tercera persona en el medio, que ha hecho que su
duelo sea más llevadero que el nuestro, que estamos solos…
En
este sentido nuestro estado anímico juega un papel fundamental. Estamos
en un momento de recuperación, de reconstrucción, pero no estamos
acabados: la vida continúa sin nuestro ex.
Es
difícil tener que aceptar esa realidad, pero yo os pregunto: tenemos
otra alternativa?, nos han dejado elegir otro camino que no sea asumir
que la relación se rompió?.
Las circunstancias, las posibilidades y las capacidades de cada uno...
Juegan
un papel importantísimo. Mi ex se marchó a otra ciudad, y las ayudas que
él recibió por parte de su familia ya las hubiera querido yo para mí…
No
es lo mismo luchar solo que acompañado, y no es lo mismo tener
facilidades que no tenerlas. Se juega en ligas distintas. No es justo ni
injusto, es así. Y esto no solo es aplicable a la vida en general, sino
también a nuestros ex.
Cada uno
de nosotros partimos de circunstancias en la vida muy diferentes, y lo
digo a nivel social, económico, de educación… lo que afectará
evidentemente a lo que podamos alcanzar.
Sin
embargo, los que hemos llegado hasta aquí sin ayuda y en situaciones un
poco adversas, deberíamos estar orgullosos de nosotros mismos por haber
luchado y haber conseguido lo que hemos conseguido!. Aun cuando
anímicamente estábamos muy afectados, no bajamos los brazos, y aunque
hemos tropezado muchas veces, continuamos nuestro camino. Lo que hoy
tenemos (nuevos amigos, nuevas aficiones, el habernos conocido más a
nosotros mismos, el valorarnos un poco más, el haber superado una
situación difícil… ) es gracias a nuestro esfuerzo.
No
solo las oportunidades que se nos presenten a lo largo de la vida
jugarán un papel importante, también la capacidad que tenga cada uno de
saber elegir correctamente las oportunidades que le interesan y las que
no, y de las que elija obtener los mejores beneficios.
Si
a nuestros ex, como a cualquier otra persona, han llegado donde han
llegado, varios factores han jugado a su favor o en su contra, al igual
que a nosotros mismos.
En
realidad, cada uno se encuentra donde quiere estar o donde ha podido
estar en función de sus oportunidades y capacidades individuales. Y
también, por qué no decirlo, de la suerte.