Comenté en un post anterior que había cruzado la línea roja, y que había cometido un error de principiante: buscar información de mi ex en Internet.
Tener información de este tipo no ayuda en nada, lo único que conseguimos es hacernos daño a nosotros mismos y estancarnos en nuestra recuperación.
Yo pasé una temporada bastante tocada a raíz de esto, no hundida, pero si tristona. Ver como tu ex ya ha rehecho su vida, ha formado una familia, cuando uno le ha costado tanto salir del agujero y seguir su camino.
Todos nuestros proyectos estaban ahí, en aquellas fotos, pero yo no formaba parte de ninguno de ellos. Yo era historia.
Sin embargo, en este post me gustaría centrarme en un detalle que me sorprendió, y que seguramente también os habrá sucedido alguna vez. Muchas de las fotos que estaban colgadas en su perfil, eran de lugares a los que también había ido conmigo antes.
Los mismos pueblos, las mismas calles, haciendo exactamente lo mismo que había hecho conmigo.
Ver aquellas fotos me sorprendió, me chocó. Como es posible que estuviera haciendo lo mismo con ella?.
Después de pensarlo, llegué a varias conclusiones.
En primer lugar, hay que partir del hecho que los lugares que hayamos compartido con nuestro ex están impregnados de esos recuerdos, de ese halo de único, de “solo nuestro”, que en realidad no es cierto. O en todo caso, se quedaron impregnados de ese halo únicamente para nosotros.
No quiere decir que ellos hayan olvidado aquella tarde maravillosa que pasaron con nosotros, no, en absoluto, seguramente no lo han olvidado, pero para ellos ha dejado de tener ese significado de “solo nuestro”, para convertirse en un espacio con un recuerdo o una vivencia a nuestro lado, y nada más.
Por otro lado, igual de cierto que para ellos ese lugar ha perdido el sentido especial que le damos nosotros, a la vez guardan un buen recuerdo de lo vivido y compartido, de lo contrario no llevaría a su nueva pareja allí.
No es extraño, y puede que haya sucedido, que nuestro ex haya querido, sobre todo al principio de su relación, repetir con su nueva pareja algunas cosas vividas junto a nosotros, porque le traen buenos recuerdos.
Con el tiempo, eso irá cediendo.
Pero como este blog se centra sobre todo en nuestras vivencias, y no en la de nuestros ex, no hablaré mucho más de lo que él piensa, hace o deja de hacer, ya no es asunto mío.
Lo más importante de todo esto es cómo me he sentido yo al ver esa fotos: contrariada, chocada, triste, desilusionada, sentimiento de estafa… Mi pasado volvió a mi presente a golpe de clic, en un instante todo había vuelto a estar delante de mí, pero sin mí…
Protegida en mi burbuja de “contacto 0”, la pared frágil de mi burbuja se rompió y me sentí vulnerable otra vez, con el mismo miedo a ser lastimada, herida… por la persona que más he querido y por la que más hecho en mi vida, todo sin él haber hecho nada.
He dejado pasar algunas semanas antes de escribir en el blog, para poder aclarar mis sentimientos, asentar el malestar y volver a seguir adelante.
Ahora que ha pasado el tiempo, unas pocas semanas, ya vuelvo con la misma energía de siempre, con la misma ilusión de siempre, y sobre todo con la lección bien aprendida: “cada minuto que le dedico a mi ex, es un minuto que me robo a mí misma”.