Es una sensación extraña. No lloro por la ruptura, no sufro cada día por ello, y sin embargo, siento que ha dejado una huella en mí.
No sé muy bien como explicarlo. Es como si mi corazón hubiese cerrado la herida, si, pero en su lugar hubiese quedado una gran cicatriz, que aunque no me duele, siento que está ahí.
Aún así, mi vida continúa, y eso me mantiene animada. Una vez que uno ha pasado por todas las etapas de la ruptura, y ha asumido cada una de ellas, después de todo ello toca empezar otra vez.
Toca volver a hacer amigos, a conocer gente nueva, en definitiva elegir un nuevo camino. Y lo digo lejos de cualquier pretensión de miedo, tristeza o sentimiento negativo. Más bien todo lo contrario.
Si tengo claro que no quiero buscar pareja, no tengo interés en una nueva relación por el momento. Tampoco me agobia el no tenerla. Simplemente no me apetece. Eso llegará más adelante, cuando me sienta preparada para enamorarme otra vez.
Estoy ilusionada de empezar esta nueva andadura. Y sobre todo, me siento contenta de haber superado esta situación y de ser capaz de volver a empezar.
El único problema que se me plantea, es dónde conocer gente?, cómo hago para hacer nuevas amistades?. La verdad es que no sé muy bien por donde empezar.
Sé que no se trata de ponerse un cartel en la frente diciendo que uno busca amigos, y esperar pacientemente a que estos lleguen.
Pero si soy sincera no sé muy bien cómo hacerlo...
Os iré contando como me va en mi búsqueda...
Estás pasando por una ruptura sentimental?, no sabes qué hacer?, no entiendes cómo te sientes?... En este blog, comentaré mis propias experiencias vividas por mí, ya que me han dejado recientemente. Espero, puedas sentirte comprendido y aliviado en este largo y duro caminar...
sábado, 5 de septiembre de 2015
sábado, 29 de agosto de 2015
Recapitulando
Comentaba en un post anterior, que hace poco cumplí los dos años de ruptura.
Y sin embargo, después de haber pasado por todo lo que pasé, recién ahora puedo decir que estoy intentando rehacer mi vida.
Madre mía!, cuánto tiempo he necesitado!.
Ahora comienzo una nueva etapa, una etapa que no será fácil, pero que afronto con ilusión.
Después de mi ruptura nada fue igual. Al desengaño amoroso hay que sumarle la separación de mis padres, los problemas económicos, el abandono de mis amigos, el infierno que se había convertido mi trabajo... todo en muy poco tiempo.
Cuando uno está débil emocionalmente, no sabe muy bien cómo afrontar todo esto que viene encima. Y os aseguro que no fue poco.
Cuando mi ex me dejó, no tardaron en llegar los problemas en la oficina. Cambiaron al jefe de departamento y convirtió mi empleo en un infierno. Bueno, el mío y el de mis compañeros.
Mi horario era de 9:00 hs. a 18:30hs., pero jamás se cumplió. Era tal el exceso de trabajo, que yo comenzaba a las 7:30hs. y terminaba a las 23:00hs. Y nunca llegaba... Pese a que trabajaba de lunes a domingo. No tenía día de descanso.
Pero eso no era lo peor. Los trabajadores sufríamos constantes amenazas de despido, nos sometían a reuniones durante horas, cuya única misión era humillarte delante de otro superior.
Siempre había quejas de tu trabajo, por muy bien que lo hicieras.
Un infierno. Un infierno que fue peor porque mientras yo padecía estas calamidades, la situación de la ruptura no dejaba de matillarme la cabeza.
No contenta con esto, a los 2 meses de la ruptura mis amigos empiezan a alejarse de mí. Ya no me llaman tanto ni se preocupan por mi situación.
Cuando mi ex me dejó, todo el mundo me llamó. Yo creo ahora que fue un poco por cotilleo.
Al principio todos quieren ayudarte, pero cuando ven que la cosa va para largo, la gente lo que ve en ti en un problemas con patas. Y se aleja.
A la semana de haber roto, yo tuve que escuchar de sus labios ese "tienes que pasar página ya". Me resultó Kafkiano en su momento, y ahora que ha pasado el tiempo mucho más.
Es evidente que la persona que dice eso, no te comprende, y seguramente no ha pasado por lo mismo...
Mi círculo de amistades se fue alejando, hasta que desaparecieron por completo meses después.
La guinda de la tarta la puso la separación de mis padres, después de 32 años de casados. No había pasado ni un año de la ruptura.
Los meses previos a la separación fueron un infierno. Vivir en casa era un tormento, había muy mal rollo y el aire se cortaba con un cuchillo.
La cosa se relajó cuando mi padre se fue, aunque su marcha fue triste y no exenta de polémica. Sin embargo, las reacciones de los familiares no tuvo desperdicio, y a la ya angustiosa situación, no hicieron mas que empeorarla. No recibimos ayuda de nadie.
Mi madre y yo nos quedamos solas. Física y mentalmente.
De más está decir, que el estado ánimo de mi madre era un desastre. Estaba todo el día tirada en la cama llorando, deprimida, sin ganas de nada. Yo llegaba de mi trabajo - infierno, con la cabeza a punto de estallar por la ruptura, y me encontraba en este estado a mi madre. Y yo tenía que tirar de ella como buenamente podía para animarla. No siempre lo conseguía.
A raíz de todo ello, comenzaron los problemas económicos. No llegábamos a final de mes. Hubo que apretarse mucho el cinturón y yo tuve que buscarme otro trabajo.
A esto hay que sumarle que la mitad de los electrodomésticos de la casa dejaron de funcionar, electrodomésticos importantes como la lavadora, la caldera de agua o la vitrocerámica.
No había forma de postponer su compra, asique a nuestra ya triste situación económica había que sumarle unos gastos extras que no estaban previstos.
Y por supuesto, entre medias, surgían problemas del día a día, que cuando uno está bien los afronta sin problemas, pero como uno está tambaleante, reacciona como puede, a veces no de la mejor manera posible, y hace que la vida sea un infierno.
Y sin embargo, después de haber pasado por todo lo que pasé, recién ahora puedo decir que estoy intentando rehacer mi vida.
Madre mía!, cuánto tiempo he necesitado!.
Ahora comienzo una nueva etapa, una etapa que no será fácil, pero que afronto con ilusión.
Después de mi ruptura nada fue igual. Al desengaño amoroso hay que sumarle la separación de mis padres, los problemas económicos, el abandono de mis amigos, el infierno que se había convertido mi trabajo... todo en muy poco tiempo.
Cuando uno está débil emocionalmente, no sabe muy bien cómo afrontar todo esto que viene encima. Y os aseguro que no fue poco.
Cuando mi ex me dejó, no tardaron en llegar los problemas en la oficina. Cambiaron al jefe de departamento y convirtió mi empleo en un infierno. Bueno, el mío y el de mis compañeros.
Mi horario era de 9:00 hs. a 18:30hs., pero jamás se cumplió. Era tal el exceso de trabajo, que yo comenzaba a las 7:30hs. y terminaba a las 23:00hs. Y nunca llegaba... Pese a que trabajaba de lunes a domingo. No tenía día de descanso.
Pero eso no era lo peor. Los trabajadores sufríamos constantes amenazas de despido, nos sometían a reuniones durante horas, cuya única misión era humillarte delante de otro superior.
Siempre había quejas de tu trabajo, por muy bien que lo hicieras.
Un infierno. Un infierno que fue peor porque mientras yo padecía estas calamidades, la situación de la ruptura no dejaba de matillarme la cabeza.
No contenta con esto, a los 2 meses de la ruptura mis amigos empiezan a alejarse de mí. Ya no me llaman tanto ni se preocupan por mi situación.
Cuando mi ex me dejó, todo el mundo me llamó. Yo creo ahora que fue un poco por cotilleo.
Al principio todos quieren ayudarte, pero cuando ven que la cosa va para largo, la gente lo que ve en ti en un problemas con patas. Y se aleja.
A la semana de haber roto, yo tuve que escuchar de sus labios ese "tienes que pasar página ya". Me resultó Kafkiano en su momento, y ahora que ha pasado el tiempo mucho más.
Es evidente que la persona que dice eso, no te comprende, y seguramente no ha pasado por lo mismo...
Mi círculo de amistades se fue alejando, hasta que desaparecieron por completo meses después.
La guinda de la tarta la puso la separación de mis padres, después de 32 años de casados. No había pasado ni un año de la ruptura.
Los meses previos a la separación fueron un infierno. Vivir en casa era un tormento, había muy mal rollo y el aire se cortaba con un cuchillo.
La cosa se relajó cuando mi padre se fue, aunque su marcha fue triste y no exenta de polémica. Sin embargo, las reacciones de los familiares no tuvo desperdicio, y a la ya angustiosa situación, no hicieron mas que empeorarla. No recibimos ayuda de nadie.
Mi madre y yo nos quedamos solas. Física y mentalmente.
De más está decir, que el estado ánimo de mi madre era un desastre. Estaba todo el día tirada en la cama llorando, deprimida, sin ganas de nada. Yo llegaba de mi trabajo - infierno, con la cabeza a punto de estallar por la ruptura, y me encontraba en este estado a mi madre. Y yo tenía que tirar de ella como buenamente podía para animarla. No siempre lo conseguía.
A raíz de todo ello, comenzaron los problemas económicos. No llegábamos a final de mes. Hubo que apretarse mucho el cinturón y yo tuve que buscarme otro trabajo.
A esto hay que sumarle que la mitad de los electrodomésticos de la casa dejaron de funcionar, electrodomésticos importantes como la lavadora, la caldera de agua o la vitrocerámica.
No había forma de postponer su compra, asique a nuestra ya triste situación económica había que sumarle unos gastos extras que no estaban previstos.
Y por supuesto, entre medias, surgían problemas del día a día, que cuando uno está bien los afronta sin problemas, pero como uno está tambaleante, reacciona como puede, a veces no de la mejor manera posible, y hace que la vida sea un infierno.
sábado, 22 de agosto de 2015
De vuelta de las vacaciones
Hola a tod@s!!, acabo de regresar de las vacaciones!. He estado unas
semanas fuera, disfrutando, descansando y desconenctado. Cosa que
siempre viene muy bien!.
Ahora toca vuelta a la rutina y a la realidad.
Durante mis vacaciones, cumplí los 2 años de ruptura. Me parece absolutamente increible que haya pasado tanto el tiempo, aunque en algunos momentos he tenido la sensación que pasaba demasiado lentamente...
Aquel día claro que me acordé. Y reconozco que no fue un día cualquiera, pero tampoco me afectó demasiado emocionalmente. Yo me dediqué a disfrutar de mis merecidas vacaciones.
Si me ocurrió algo llamativo. Un día, mientras estaba desayunando, estaba mirando el móvil y éste se apagó súbitamente. No volvió a encenderse. Tuve que mandarlo a reparar. Mientras tanto, estuve usando un móvil que me prestaron. Tuve que instalar el Whats'up en el teléfono prestado a la espera de tener el mío nuevo.
Fue ahí cuando empecé a chequear mis contactos, para ver que no había perdido ninguno, y descubrí, no sin sorpresa, que mi ex me había bloqueado en el Whats'up.
Yo nunca borré su número, por el simple motivo que si algún día él contacta conmigo saber quién es, ya me ha pasado en otras ocasiones con otras personas. En ningún caso he mantenido su número para saber qué es lo que hace, llamarle o mandarle un mensaje. Nunca le he mirado en el Whats'up en el último año. No me interesa lo que hace.
Desconozco hace cuando tiempo que me ha bloqueado, y mucho menos el motivo por el que lo ha hecho. Me quedé pensando en aquello, y de alguna manera me hizo sentir la mala de la historia, pero después pensé que por algo lo habrá hecho y "vete tú a saber...".
Es sumamente complicado entender y estar dentro de la mente de otra persona... Y sobre todo, una pérdida de tiempo...
Ahora toca vuelta a la rutina y a la realidad.
Durante mis vacaciones, cumplí los 2 años de ruptura. Me parece absolutamente increible que haya pasado tanto el tiempo, aunque en algunos momentos he tenido la sensación que pasaba demasiado lentamente...
Aquel día claro que me acordé. Y reconozco que no fue un día cualquiera, pero tampoco me afectó demasiado emocionalmente. Yo me dediqué a disfrutar de mis merecidas vacaciones.
Si me ocurrió algo llamativo. Un día, mientras estaba desayunando, estaba mirando el móvil y éste se apagó súbitamente. No volvió a encenderse. Tuve que mandarlo a reparar. Mientras tanto, estuve usando un móvil que me prestaron. Tuve que instalar el Whats'up en el teléfono prestado a la espera de tener el mío nuevo.
Fue ahí cuando empecé a chequear mis contactos, para ver que no había perdido ninguno, y descubrí, no sin sorpresa, que mi ex me había bloqueado en el Whats'up.
Yo nunca borré su número, por el simple motivo que si algún día él contacta conmigo saber quién es, ya me ha pasado en otras ocasiones con otras personas. En ningún caso he mantenido su número para saber qué es lo que hace, llamarle o mandarle un mensaje. Nunca le he mirado en el Whats'up en el último año. No me interesa lo que hace.
Desconozco hace cuando tiempo que me ha bloqueado, y mucho menos el motivo por el que lo ha hecho. Me quedé pensando en aquello, y de alguna manera me hizo sentir la mala de la historia, pero después pensé que por algo lo habrá hecho y "vete tú a saber...".
Es sumamente complicado entender y estar dentro de la mente de otra persona... Y sobre todo, una pérdida de tiempo...
sábado, 18 de julio de 2015
Cuando el pasado ya no afecta...
Hace unos días recibí la llamada de mi padre muy preocupado.
Resulta que en su edificio, había reventado una tubería de agua en la zona del garaje, y por desgracia su trastero se llevó la peor parte... De todos los trasteros del edificio el suyo fue el que más daños sufrió.
Mi padre estaba especialmente preocupado porque en su trastero había algunas cajas mías. Me pidió que fuera a ver en qué estado se encontraban. Y hasta allí fui.
Y efectivamente las mías no terminaron bien paradas. Al estar en el suelo fueron las que más mojadas estaban.
En el interior de esas cajas empapadas, se encontraban todas las cosas que mi ex me había regalado, fotos, cartas... en definitiva, recuerdos.
Según las iba cogiendo del suelo, éstas se deshacían y dejaban caer todo lo que había en su interior. Vi desparramados por el suelo cosas que hacía tiempo que no veía.
Cuando las empaqueté en su momento, sentí auténtica tristeza. Yo había tardado mucho tiempo en hacer esa necesaria limpieza emocional: quitar todas sus cosas de mi vista, sus recuerdos, sus regalos... y el día que me sentí con fuerzas, lo hice con una sensación de superación, pero también de tristeza, porque irremediablemente lo nuestro se había terminado.
Lo empaqueté todo en cajas y las quité de mi vista, y reconozco que fue a partir de entonces cuando empecé a sentir que asumía realmente la situación, que asumía que nada tenía marcha atrás, que la ruptura era una realidad.
Todo aquello terminó en el trastero de la casa de mi padre, y allí se quedó. Hasta el otro día...
Lo más sorprendente de todo, es que al levantar las cajas mojadas todas las cosas se caían al suelo, y en lugar de invadirme una sensación de tristeza y nostalgia, de mi rostro nacía una sonrisa de un buen recuerdo pasado.
No vi todo aquello con melancolía como antes, si no que parecía que aquello ya no me hacía daño.
Estaba rodeada de un pasado muy doloroso para mí, y sin embargo, no me afectaba.
Yo me dediqué a levantarlo todo del suelo y guardarlo en otro lugar.
Después de todo este tiempo de haberlo pasado tan mal, de haber aprendido, lo habré superado?...
Resulta que en su edificio, había reventado una tubería de agua en la zona del garaje, y por desgracia su trastero se llevó la peor parte... De todos los trasteros del edificio el suyo fue el que más daños sufrió.
Mi padre estaba especialmente preocupado porque en su trastero había algunas cajas mías. Me pidió que fuera a ver en qué estado se encontraban. Y hasta allí fui.
Y efectivamente las mías no terminaron bien paradas. Al estar en el suelo fueron las que más mojadas estaban.
En el interior de esas cajas empapadas, se encontraban todas las cosas que mi ex me había regalado, fotos, cartas... en definitiva, recuerdos.
Según las iba cogiendo del suelo, éstas se deshacían y dejaban caer todo lo que había en su interior. Vi desparramados por el suelo cosas que hacía tiempo que no veía.
Cuando las empaqueté en su momento, sentí auténtica tristeza. Yo había tardado mucho tiempo en hacer esa necesaria limpieza emocional: quitar todas sus cosas de mi vista, sus recuerdos, sus regalos... y el día que me sentí con fuerzas, lo hice con una sensación de superación, pero también de tristeza, porque irremediablemente lo nuestro se había terminado.
Lo empaqueté todo en cajas y las quité de mi vista, y reconozco que fue a partir de entonces cuando empecé a sentir que asumía realmente la situación, que asumía que nada tenía marcha atrás, que la ruptura era una realidad.
Todo aquello terminó en el trastero de la casa de mi padre, y allí se quedó. Hasta el otro día...
Lo más sorprendente de todo, es que al levantar las cajas mojadas todas las cosas se caían al suelo, y en lugar de invadirme una sensación de tristeza y nostalgia, de mi rostro nacía una sonrisa de un buen recuerdo pasado.
No vi todo aquello con melancolía como antes, si no que parecía que aquello ya no me hacía daño.
Estaba rodeada de un pasado muy doloroso para mí, y sin embargo, no me afectaba.
Yo me dediqué a levantarlo todo del suelo y guardarlo en otro lugar.
Después de todo este tiempo de haberlo pasado tan mal, de haber aprendido, lo habré superado?...
sábado, 4 de julio de 2015
Un gancho, un hook... y vuelta a levantarse
Superar una ruptura no está exenta de dificultades, de malos momentos, de sensaciones de soledad y tristeza... pero no es menos cierto que no haya instantes de autentica algría al comprobar que hemos superado una etapa. Cuando nos damos cuenta que lo que nos dolía antes, ahora ya ni nos afecta.
Ahora que ha pasado tiempo desde que mi ex decidió dejarme, hace ya casi 2 años, veo la situación con más claridad.
Recuerdo al principio, esa sensación de falta de aire, de desorientación, de no entender nada... a pasar a una etapa de más calma, de mas indiferencia, en definitiva, de más madurez.
Porque si, no podemos negarlo, esta vivencia nos ha hecho crecer. Ya no somos los mismos de antes, sobre todo si digerir la ruptura nos ha llevado bastante tiempo.
Aunque en su momento yo no lo veía así, cada vez que me enteraba de una noticia que me hacía daño, pasaba una mala temporada, pero esto me ponía en su sitio y me hacía tocar la realidad.
Por ejemplo, cuando mi ex me dejó decidió, pese a que yo le rogué que no lo hiciera, no volver a llamarme ni a tener contacto conmigo, con el pretexto de que cuando lo hacía yo me ponía triste.
Pues bien, el hecho de ver que él tomó esa decisión sin tenerme en cuenta y que la tomó con cierta facilidad, me hizo daño, pero después de superar el bache me ayudó a comprender que efectivamente él ya no me quería, porque una persona que te quiere jamás haría eso.
Lo mismo sucedió el año pasado cuando me enteré que ya estaba con otra chica. Esto me abrió los ojos y me hizo comprender que él ya había pasado página. Que él estaba rehaciendo su vida.
Me dolió, si, muchísimo, pero superado el bache dejó de hacerme daño y de importarme.
Lo mismo ocurrió cuando me enteré que se fue a vivir con ella.
Que quiero decir con todo esto?, pues que si estais pasando por esos momentos en los que os enterais de malas noticias, os llegan comentarios dañinos o cualquier motivo que os haga sentir que no vais a poder con tanto dolor, pensad en lo que os estoy diciendo.
Tomadlo como una etapa de superación, de un momento que os ayudará crecer, a pasar página, a superarlo y a seguir adelante.
No penseis que es el final del mundo, tomadlo como un reto a superar.
De verdad, creed en lo que os estoy diciendo, porque a mí me sucedió, y fue lo que me ayudó a seguir adelante con mi camino.
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