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martes, 1 de noviembre de 2016

Cuando las palabras hacen daño...



Alguna vez me he preguntado si mi ex fue consciente en algún momento de las malas maneras que tuvo conmigo después que me dejó.
Es imposible tener la respuesta certera de ello, ya que no estoy dentro de su cabeza. Puedo pensarlo, analizarlo y sacar MIS conclusiones, que estas poco o nada pueden tener que ver con la realidad que él vivió de verdad, pero me gustaría hoy hacer un esfuerzo y pensarlo con vosotros, porque seguramente os ayudará en vuestra recuperación si habéis vivido lo que viví yo en su momento.

Cuando él me decía todas esas cosas tan hirientes por teléfono (para recapitular este tema pinchad AQUÍ  y AQUÍ ) después se daba cuenta del daño que me hacía?, era él plenamente consciente de los disparates, de las maneras poco elegantes que tenía conmigo durante la post-ruptura?, realmente se daba cuenta que estaba siendo innecesariamente cruel con una persona que no se había portado mal con él?... No solo me hizo daño con sus comentarios, que fueron muchos, sino también con la manera de decirme las cosas: borde, con desdén, algunas veces alzándome la voz… Tampoco faltaron los desplantes y el desprecio.
En su momento no me di cuenta, pero después que pasó el tiempo fui consciente que se portó mal, muy mal conmigo. Pero, fue él realmente consciente de su comportamiento?, quiero decir, si en algún momento él se arrepintió y se sintió mal por habérmelo hecho?.
En mi caso, debo partir del hecho innegable que él jamás me pidió disculpas por nada. Con lo cual me lleva a pensar que nunca sintió arrepentimiento por su parte, pero por qué no se arrepintió?, es que yo realmente me merecía ese trato?, que le había hecho yo tan grave que justificara ese comportamiento?. Quizás nunca se arrepintió porque en el fondo no era consciente de ello.
Quiero decir, que no era consciente que me estuviera tratando mal, simplemente su mente lo borró todo.

Como ejemplo para que me entendáis, comentaré lo que sucedió a una vieja amiga. Estuvo años con su novio, con el cual convivía. Él nunca le pegó, y sin embargo la maltrataba con palabras. Le decía que era una inútil, que él había tenido que conformarse con alguien como ella, que no servía para esto o para lo otro…

Pueden pegarte un puñetazo en la cara, te curarás de las heridas, te levantarás y seguirás adelante, pero si te maltratan con palabras (ya seas hombre o mujer) el dolor te durará toda la vida. Es un aún peor.

Esta amiga no lo dejaba por miedo. Le tenía pánico. Era tal el control que él ejercía sobre ella que no era capaz de tomar la decisión de abandonarle. Hasta que un día ese día llegó, se armó de valor y rompió la relación.
Años después, en situaciones muy diferentes, volvieron a verse.
Mi amiga le recordó sus palabras, y la reacción de él fue de sorpresa: “En serio yo te dije eso??, pero como aguantaste tantos años a mi lado?”. Y estoy segura que él no le estaba mintiendo, simplemente no se acordaba, lo había borrado de su mente.

Desconozco el mecanismo psicológico que se activa en una persona para borrar algo del pasado, pero yo creo que a mi ex le pasó algo similar. En alguna ocasión yo le reprochaba algunas cosas que me había dicho, y me decía que no se acordaba. Y estoy segura que era sincero conmigo, que no se lo estaba inventando, realmente no lo recordaba.
Aquellos momentos fueron muy confusos para ambos, teníamos las emociones muy revueltas, y además estoy segura que él se sentía culpable por tomar la decisión que estaba tomando. En ese estado de confusión, creo que soltaba lo que sentía sin filtros, tal y como él las sentía en ese momento. No creo que mi ex tuviese el objetivo de hacerme daño, no tiene motivos para ello ya que yo nunca me porté mal con él.

Si hoy me encontrase con mi ex, después de muchos años, estoy segura que él tampoco recodaría nada de las cosas que me dijo en su día. Estoy segura que no podría negármelo, pero tampoco podría afirmármelo.

Cuando uno se encuentra en esta situación, en la que ha sufrido tanto por las palabras del otro, y la otra persona no es capaz de recordar, qué se hace?. Porque para quien soltó aquellas palabras aquello nunca sucedió… pero para quien recibió aquellas frases tan dolorosas aquello ocurrió, y ocurrió de verdad, no se lo ha inventado.

Ante esta situación esperar una disculpa es una espera inútil que nunca sucederá. No podemos  esperar una disculpa de algo que no sucedió para la otra persona.
Cómo se gestiona esto?, cómo se gestiona el perdón?, cómo se puede olvidar aquellas palabras tan crueles?... Ha pasado tiempo y aun no he sido capaz. Aun teniendo asumida y superada la ruptura, el recordar aquellas palabras tan hirientes me llena de rabia, de dolor, de impotencia.

En muchas ocasiones he intentado imaginarme la situación en la que nos volvemos a ver, y yo le recuerdo las cosas tan desagradables que me dijo, y él aunque no es capaz de recordar, me pide disculpas por ello, por el daño que me ha causado injustamente.
Esto me calma, aunque sea durante un tiempo, y me ayuda a seguir adelante. Pero pasado un tiempo, vuelvo a recordarlo otra vez y a preguntarme: por qué lo hizo?... 

No sé porqué, pero hoy he vuelto a sentirme así, buscando despeseradamente un perdón, un "siento haberte dicho aquello", mientras me lleno de rabia, de odio y de rencor por todo lo que en su día tuve que escuchar de sus labios...

lunes, 16 de mayo de 2016

Yo no me lo merezco... (Parte II)

Durante los meses previos a la ruptura, ya había sufrido algún que otro desplante por su parte, malas contestaciones, frialdad, distanciamiento, falta de interés...
En mi caso particular, no fue fácil achacar este compartamiento a una crisis de pareja, ya que por aquel entonces él tenia muchos problemas en el trabajo, de hecho la misma semana que me deja, renuncia a su trabajo, se marcha de la ciudad donde estaba viviendo y se vuelve a casa de sus padres.
Mucho cambio en poco tiempo. Por eso en mi caso no fue fácil verlo, aunque señales daba...

Pese a estar sufriendo desplantes por su parte meses antes de la ruptura, lo díficil, lo gordo, y lo lamentable vino después, después que me dejó.

A mí mi ex me dejó por teléfono. No dudo que romper con alguien es difícil, tener que afrontar la situación cara a cara es todo menos fácil. Pero en qué posición me dejaba a mí?, quiero decir, si te dejan por teléfono, por mensaje o por email, cómo se siente el dejado?. Pues en mi caso sentí que no valía nada, que ni siquiera era merecedora de una explicación cara a cara, que ni siquiera me merecía una charla sincera por su parte. Me despachaba por teléfono, como una llamada de venta de telemarketing, como si los últimos 6 años de mi vida no hubieran merecido la pena.
Romper una relación con alguien no es un camino de rosas, pero si se exigen buenas maneras y elegancia. Pero sobre todo, respeto, por lo vivido, por lo compartido...
Darle a la otra persona la oportunidad de poder preguntar, de poder entender el motivo por el cual te dejan es fundamental para evitar problemas posteriores.
En mi caso desgraciadamente no fue así.

Pero lo peor vino después de esa llamada. Durante una semana intenté quedar personalmente con él, porque había muchas cosas que no me quedaban claras. Se negaba. Me daba largas continuamente.
Hasta que no le quedó otra que quedar conmigo.
Se iba a casa de sus padres, y tenía que pasar por mi ciudad. Esa fue mi oportunidad.

Para que entendais en el lugar que me dejaba, había líneas regulares de autobuses que salían de mi ciudad hacía donde vivían sus padres. Uno cada hora. Pues bien, él sacó el billete de las 8 de la tarde, podía haber sacado más tarde, pero no, sacó a esa hora, el motivo?, porque conmigo queda a las 7... es decir, que me da un margen de menos de una hora para poder hablar, margen que evidentemente acortó en solo 20 minutos, ya que se dedicó a hablar de tonterías durante más de 30 minutos, evitando el tema de la ruptura a toda costa, para largarse 15 minutos antes de que saliera el autobús.Total, casi no se habló de nada.

La corta charla que tuve con él no tuvo desperdicio. De su boca escuché cosas que jamás olvidaré. Cosas a las que me aferré para superar la ruptura.
Cuando le pregunto qué va ser de nosotros, que pasará con nuestra relación, me responde que ya me lo ha dejado bien claro, que no lo va a repetir más veces, que esto es lo que hay. Por supuesto me lo dice de muy malas maneras, con una frialdad que a mí me dejó totalmente descolocada, con un desprecio que jamás olvidaré...
Cuando le digo que no sé que voy a hacer sin él (por favor, tened en cuenta el contexto de esta frase, yo estaba destrozada y hacía menos de una semana que me había dejado por teléfono, con unas explicaciones bastante pobres), su respuesta fue: Y a mí que me cuentas??, ese es tu problema!!.
El tono con el que me dijo la frase, el desprecio, la frialdad... se me quedó grabado para siempre en mi mente. Yo no podía creer que la persona que tenía delante de mí hubiese estado conmigo durante más de 6 años... Simplemente increible.

Después de aquello recibía llamadas o mensajes una vez por semana. Siempre que hablaba con él me trataba con desprecio, con frialdad... En una ocasión me soltó un rosario de quejas hacía mí, me dijo cosas muy duras, que jamás olvidaré, cosas de las que nunca se había quejado en más de 6 años de relación, pero me las soltaba sin anestesia, después de haberme dejado... cosas que yo ya no podía cambiar, cosas que yo ya no podía mejorar, porque ya me había dejado.
Creo que no hay nada más ruin que te hagan eso, que se quejen de ti cuando ya no puedes hacer nada, porque estás fuera de la relación.
Mientras yo escuchaba ese rosario de quejas no podía parar de llorar, no podía parar de llorar por la impotencia, por la injusticia y porque evidentemente me estaba haciendo daño, no solo con lo que estaba escuchando, si no también con la manera que tenía de decírmelas. A él poco le importó que me estuviera lastimando, simplemente me dijo que no volvería a llamarme. Y cumplió su promesa.

En otra ocasión, hacía meses que no teníamos ningún contacto el uno con el otro, ni llamadas, ni mensajes, ni nada. Pues bien, aquella vez fui yo quien contactó con él, hablamos por mensaje, y yo notaba que tardaba muchísimo en contestarme, y por supuesto cuando lo hacía lo hacía con monosílabos.
Cuando le pregunto si puede hablar, si está ocupado, que si quiere hablamos en otro momento, me responde que si, que está muy ocupado porque está jugando a un videojuego en la consola... Me sentí tan humillada, tan despreciada, que automáticamente colgué la comunicación y esa fue la última vez que hablé con él.
No es de recibido que después de 6 años de relación te traten así.

Yo no fui una novia perfecta, soy humana y me equivoco. Pero tengo clara una cosa: Yo lo quise muchísimo, más de lo que realmente yo me imaginaba, daba por él lo que fuera, y si tenía que hacer 1200 km. en un fin de semana para poder verlo lo hacía.
Si, muchas cosas las hice mal, pero no lo hice queriendo, si no porque no me daba cuenta, y porque jamás él se quejó.
Nunca le mentí, nunca lo engañé, siempre lo apoyé en todo, y siempre estuve a su lado, en las malas, en las buenas y en las regulares. Por eso no entiendo ese trato que recibí por su parte después de haberme dejado, ese desprecio, esas malas maneras, porque si bien yo me equivoqué en algunas cosas, y admito mi error, no es suficiente y en ningún caso justifica el trato humillante y lamentable que recibí después.

Yo no me lo merecía.