Me ahorré esta situación en esta ruptura, pero la viví en alguna ocasión.
Se trata de la devolución de objetos personales. A lo largo de los años, mi ex y yo hemos comprado cosas, y nos hemos prestado otras.
En el momento de la ruptura, en algunas ocasiones se presenta la posibilidad de intercambiar esos objetos, y no quiero decir nada si entre estos objetos hay una propiedad a medias. Ahí si que la cosa se complica, no solo en el tiempo, sino también en dinero, y por supuesto el querer hacer daño al otro.
Pero vamos a hablar de el intercambio de objetos normales, como un libro, una camiseta o fotos.
De verdad, en la medida de lo posible, evitad esta situación. Sobre todo si eres la persona dejada, no hará más que alimentar una esperanza de volver, aun cuando ya sepas que la relación está totalmente rota. Y si eres la persona que lo he dejado, tampoco te será fácil...
Me pasó hace unos años, que rompí una relación con un chico, no llevabamos mucho tiempo saliendo, pero yo tenía unos discos suyos.
Él insistía en quedar, seguramente con la esperanza de volverme a ver e intentar una reconquista. Yo me di cuenta en seguida que ese era su propósito. Asique le dije que lo mejor para los dos, pero sobre todo para él, sería que yo dejase sus discos en el bar de un amigo, y que él los recogiese cuando pudiese. Él se quedó muy cortado, pero yo insistí. "Por favor, no alarguemos esto más. Será peor..."
Dejar los objetos en un lugar neutro o enviarlo por correo, es una buena solución. Pero si no queda otro remedio más que quedar, yo intentaría citarme en un lugar neutro, como un bar.
Sobre todo si soy la persona dejada, intentaría no alargar demasiado la situación. Por ejemplo, si nada más llegar me dice de tomarnos algo, le diría que no, que tengo prisa, que únicamente he venido a dejarle sus cosas y que él me devuelva las mías, pero que tengo que marcharme. Es decir, dejar mis cosas, que él me devuelva las mías e irme. Así, sin más. No darle opción a una charla, que sería fatal para nosotros.
No creo que sea buena idea alargar la situación mucho más, es doloroso, no conduce a nada y sobre todo alimenta nuestras ganas de volver...
También existe la situación que el intercambio se tenga que hacer en el propio domicilio. Este lugar no es neutro, y puede ser peligroso, ya que invita a quedarse más tiempo y a entablar una conversación. Ante esto yo aconsejaría acortar los tiempos lo máximo posible, que se lleve lo que se tenga que llevar lo antes posible.
Por supuesto, no sacar el tema de la ruptura en ningún momento, eso ya tiene que estar más que hablado.
Ante la devolución de los objetos, yo no optaría por mandar a otra persona, eso demuestra cobardía, y sobre todo, sería meter a otra persona en el embrollo.
Hace unos años intentaron meterme en una devolución de objetos de una ruptura, la persona que me lo pidió estaba muy mal, no superaba la ruptura, pero le dije que no, que no me hiciera pasar por eso. Asique le aconsejé que le enviase sus cosas por correo, lo que le pareció muy bien, y así lo hizo.
No es fácil afrontar la devolución de objetos, pero tenemos que pasar por ello en algunas ocasiones, lo único que hay que hacer es el elegir el camino menos doloroso para nosotros.
Ante la devolución de los objetos, yo no optaría por mandar a otra persona, eso demuestra cobardía, y sobre todo, sería meter a otra persona en el embrollo.
Hace unos años intentaron meterme en una devolución de objetos de una ruptura, la persona que me lo pidió estaba muy mal, no superaba la ruptura, pero le dije que no, que no me hiciera pasar por eso. Asique le aconsejé que le enviase sus cosas por correo, lo que le pareció muy bien, y así lo hizo.
No es fácil afrontar la devolución de objetos, pero tenemos que pasar por ello en algunas ocasiones, lo único que hay que hacer es el elegir el camino menos doloroso para nosotros.