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sábado, 12 de septiembre de 2015

El intercambio...


 
Me ahorré esta situación en esta ruptura, pero la viví en alguna ocasión.
Se trata de la devolución de objetos personales. A lo largo de los años, mi ex y yo hemos comprado cosas, y nos hemos prestado otras. 
En el momento de la ruptura, en algunas ocasiones se presenta la posibilidad de intercambiar esos objetos, y no quiero decir nada si entre estos objetos hay una propiedad a medias. Ahí si que la cosa se complica, no solo en el tiempo, sino también en dinero, y por supuesto el querer hacer daño al otro.
 Pero vamos a hablar de el intercambio de objetos normales, como un libro, una camiseta o fotos.
De verdad, en la medida de lo posible, evitad esta situación. Sobre todo si eres la persona dejada, no hará más que alimentar una esperanza de volver, aun cuando ya sepas que la relación está totalmente rota. Y si eres la persona que lo he dejado, tampoco te será fácil...
Me pasó hace unos años, que rompí una relación con un chico, no llevabamos mucho tiempo saliendo, pero yo tenía unos discos suyos.
Él insistía en quedar, seguramente con la esperanza de volverme a ver e intentar una reconquista. Yo me di cuenta en seguida que ese era su propósito. Asique le dije que lo mejor para los dos, pero sobre todo para él, sería que yo dejase sus discos en el bar de un amigo, y que él los recogiese cuando pudiese. Él se quedó muy cortado, pero yo insistí. "Por favor, no alarguemos esto más. Será peor..." 
Dejar los objetos en un lugar neutro o enviarlo por correo, es una buena solución. Pero si no queda otro remedio más que quedar, yo intentaría citarme en un lugar neutro, como un bar.
Sobre todo si soy la persona dejada, intentaría no alargar demasiado la situación. Por ejemplo, si nada más llegar me dice de tomarnos algo, le diría que no, que tengo prisa, que únicamente he venido a dejarle sus cosas y que él me devuelva las mías, pero que tengo que marcharme. Es decir, dejar mis cosas, que él me devuelva las mías e irme. Así, sin más. No darle opción a una charla, que sería fatal para nosotros.
No creo que sea buena idea alargar la situación mucho más, es doloroso, no conduce a nada y sobre todo alimenta nuestras ganas de volver...
También existe la situación que el intercambio se tenga que hacer en el propio domicilio. Este lugar no es neutro, y puede ser peligroso, ya que invita a quedarse más tiempo y a entablar una conversación. Ante esto yo aconsejaría acortar los tiempos lo máximo posible, que se lleve lo que se tenga que llevar lo antes posible.
Por supuesto, no sacar el tema de la ruptura en ningún momento, eso ya tiene que estar más que hablado.
 Ante la devolución de los objetos, yo no optaría por mandar a otra persona, eso demuestra cobardía, y sobre todo, sería meter a otra persona en el embrollo.
Hace unos años intentaron meterme en una devolución de objetos de una ruptura, la persona que me lo pidió estaba muy mal, no superaba la ruptura, pero le dije que no, que no me hiciera pasar por eso. Asique le aconsejé que le enviase sus cosas por correo, lo que le pareció muy bien, y así lo hizo.

No es fácil afrontar la devolución de objetos, pero tenemos que pasar por ello en algunas ocasiones, lo único que hay que hacer es el elegir el camino menos doloroso para nosotros.

lunes, 12 de agosto de 2013

Haciendo limpieza...

Seguramente, si llevábamos algun tiempo con nuestra pareja, tengamos regalos, recuerdos... que nos rodeen en nuestra casa.
Muchas personas, prefieren tirarlas, deshacerse de ellas. Yo soy más partidaria de meterlas en una caja y mantenerlas lejos de mi vista, por lo menos, por el momento.

Por que no recomiendo tirarlas?, muy sencillo. Porque cuando hayamos superado nuestra etapa de recuperación, nos hará ilusión releer esas cartas que un día nos escribieron, o mirar aquellas fotos en la que aparecíamos felices, o aquel collar tan bonito que nos regalaron en nuestro cumpleaños.
Si las tiramos, jamás podremos recuperarlas, y creedme, nos arrepentiremos de haberlo hecho.

Sin embargo, cuando haya pasado un tiempo, contemplaremos con ilusión lo que un día fue una bonita historia de amor.

Por qué debo hacer una limpieza de todos los regalos, recuerdos y fotos que tengo?, porque el verlos ahora mismo me hace mucho daño, y no me ayuda en absoluto en mi recuperación.
Por otro lado, porque es fundamental crear nuevos hábitos, de los que hablaré en un próximo post.

No es fácil el recoger todos sus objetos y tener que meterlos en una caja, porque eso significa que debemos asumir que la relación definitivamente se rompió. Seguramente necesitemos tiempo para poder hacerlo.
Hay que darse un tiempo para ello, pero tampoco hay que eternizarse: simplemente hay que hacerlo.

Qué pasa con aquellos objetos que son suyos y que nosotros tenemos?, hay que devolverlos lo antes posible, porque el quedarse con ellos alargará con un hipotética posibilidad de volver.
El problema es que para retornar esos objetos a su dueño, debemos quedar con él. Y eso no será bueno para nosotros.
Vamos a fantasear con un posible regreso, inconscientemente volveremos a engañarnos con un hipótetica reconquista. Que voy a hacer yo?, aunque suene frío y horrible, le enviaré sus cosas por correo. No quiero verle. No quiero estar cerca de él. No quiero sentirle cerca de mí. Si por el contrario se lo entrego en mano, correré el riesgo de una recaída que ahora mismo no me hace ningún bien.

Si esta persona tiene cosas nuestras, y las necesitamos o son importantes para nosotros, debemos pedírselas, preferiblemente por un sistema neutro que no dé pie a una posible vía de contacto que será fatal para nosotros, por ejemplo un email o un mensaje por el móvil.
Es aconsejable pedirle que nos envíen nuestras cosas por correo también.

Aunque suene duro es lo mejor, porque ahora únicamente tenemos que pensar en nosotros.