He vivido esta situación en un par de ocasiones, y amigas mías también...
Podría parecer que los hombres le tienen más fobia al compromiso que las mujeres, sin embargo, en los últimos años, se está dando vuelta la tortilla.
El miedo al compromiso se produce por una inseguridad. Esto está claro.
Realmente, poco podemos hacer aquí con esto, ya que el encontrarle o no una solución depende de la otra persona y no de nosotros mismos.
La persona que tiene miedo al compromiso, utilizará todo tipo de excusas para no darte un lugar en su vida, sin embargo, te llamará o te enviará mensajes para verte o saber de ti... Cómo se explica esto entonces??... A
Sencillo. A esa persona le gustas, pero siempre y cuando tu presencia no ocupe demasiado espacio en su vida diaria... No quiere verse pegado a ti en ningún caso, por miedo al compromiso o porque tiene miedo a que le hagan daño. El motivo es lo de menos.
Quien sufre de miedo al compromiso verá cualquier acercamiento por nuestra parte como una amenaza a perder su libertad, su espacio, su intimidad... No importa si el compromiso que estamos pidiéndole es grande o pequeño, él o ella lo verá como algo inmenso e imposible de cumplir.
Sencillamente no podrá. Y se alejará de nosotros a la minima amenaza.
Con personas así, mejor es alejarse uno mismo por propia voluntad. No podemos cargar con personas inseguras o que no saben lo que quieren.
A la larga este tipo de personas serán un lastre para nosotros, y sentiremos que siempre tiramos del carro nosotros solos... es decir, la pareja dejará de estar formada por dos para ser uno solo...
La frustración, la decepción y el enfado por la situación no tardarán en llegar. Lo mejor en estos casos es dejar que esa persona se marche: simplemente porque no nos da un lugar en su vida, no es buena para nosotros...
Estás pasando por una ruptura sentimental?, no sabes qué hacer?, no entiendes cómo te sientes?... En este blog, comentaré mis propias experiencias vividas por mí, ya que me han dejado recientemente. Espero, puedas sentirte comprendido y aliviado en este largo y duro caminar...
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martes, 17 de septiembre de 2013
martes, 13 de agosto de 2013
Todo me cuesta...
Cuando lo que debemos hacer va en contra de lo que sentimos, es normal que nos cueste.
Todo es forzado al principio. Lo hacemos porque debemos, pero en el fondo queremos hacer lo contrario.
Queremos llamarle, pero sabemos que nos saltaremos la regla número 1 en una ruptura: "el contacto 0".
Queremos saber qué es lo que piensa, lo que está haciendo justo en este mismo instante, pero sabemos que eso no será nada bueno para nosotros.
Sabemos que tenemos que hacer una limpieza material, pero no podemos. Todo cuesta demasiado...
Muchas veces nos saltaremos estas reglas, y le llamaremos o intentaremos provocar un encuentro con nuestro ex... y una vez más, seremos víctimas de los tentáculos seductores de nuestro inconsciente, que con su canto de sirena nos atraerá y nosotros, débiles aún, nos dejaremos seducir por él.
Así pues, le enviaremos ese mensaje tan romántico diciéndole cuanto lo extrañamos, o le compraremos un regalo para convencerle de que vuelva a nuestro lado.
Y lo haremos, sabiendo que no es nada bueno para nosotros.
Desgraciadamente, tarde o temprano descubriremos que, siendo los dejados, somos los peor parados en esta historia, los más débiles y quienes de alguna manera nos llevaremos la peor bofetada a nuestro error.
Yo no recrimino a nadie que caiga en los deseos de su inconsciente. Yo caí en una anterior ruptura una y otra vez. Por experiencia sé, que no sirve de nada echarme las culpas por lo mal que lo he hecho, porque eso no me ayudará en mi recuperación. En lugar de eso, prefiero recoger de mi error un aprendizaje. Entonces, aprendía que si me saltaba las reglas, tendría unas consecuencias y lo pagaba caro, muy caro.
Lo que estoy viviendo ahora mismo es una lucha constante entre mi inconsciente y mi razón. O lo que es lo mismo, entre lo que siento y lo que debo hacer.
Es una tensión que no cesa.
Me encantaría el poder llamarle y poder decirle algunas cosas que se me han quedado guardadas, que no he podido decirle.
Sin embargo, sé que esto no será nada positivo para mí. Y lo sé, por la experiencia de mi ruptura anterior...
Sé que tengo que hacer una limpieza, pero siendo honesta, aún no la he empezado. No puedo. No puedo hacerlo.
Hoy he reflexionado sobre ello, y prefiero decir: "Hoy no puedo hacerlo, quizás mañana si".
Necesito darme un tiempo para poder afrontar la fase de la limpieza de la que os hablaba en un post anterior.
Cuando veo que todo me cuesta, cuando veo que este túnel se está volviendo demasiado oscuro para mí, intento imaginarme dentro de unos meses, cuando esté en una fase más avanzada de mi recuperación, cuando vea que esto no me duele tanto...
Sé que hasta cuesta trabajo verse bien en un futuro. Pero como tengo la experiencia de mi ruptura anterior, sé que saldré adelante. Sólo tengo que poner de mi parte, aunque ahora cueste trabajo.
Cerrad los ojos e imaginaos dentro de unos meses, cuando esto ya no duela tanto, imaginaos un futuro mejor que este presente que estáis viviendo ahora mismo... seguro que os anima un poco más, como a mí...
Todo es forzado al principio. Lo hacemos porque debemos, pero en el fondo queremos hacer lo contrario.
Queremos llamarle, pero sabemos que nos saltaremos la regla número 1 en una ruptura: "el contacto 0".
Queremos saber qué es lo que piensa, lo que está haciendo justo en este mismo instante, pero sabemos que eso no será nada bueno para nosotros.
Sabemos que tenemos que hacer una limpieza material, pero no podemos. Todo cuesta demasiado...
Muchas veces nos saltaremos estas reglas, y le llamaremos o intentaremos provocar un encuentro con nuestro ex... y una vez más, seremos víctimas de los tentáculos seductores de nuestro inconsciente, que con su canto de sirena nos atraerá y nosotros, débiles aún, nos dejaremos seducir por él.
Así pues, le enviaremos ese mensaje tan romántico diciéndole cuanto lo extrañamos, o le compraremos un regalo para convencerle de que vuelva a nuestro lado.
Y lo haremos, sabiendo que no es nada bueno para nosotros.
Desgraciadamente, tarde o temprano descubriremos que, siendo los dejados, somos los peor parados en esta historia, los más débiles y quienes de alguna manera nos llevaremos la peor bofetada a nuestro error.
Yo no recrimino a nadie que caiga en los deseos de su inconsciente. Yo caí en una anterior ruptura una y otra vez. Por experiencia sé, que no sirve de nada echarme las culpas por lo mal que lo he hecho, porque eso no me ayudará en mi recuperación. En lugar de eso, prefiero recoger de mi error un aprendizaje. Entonces, aprendía que si me saltaba las reglas, tendría unas consecuencias y lo pagaba caro, muy caro.
Lo que estoy viviendo ahora mismo es una lucha constante entre mi inconsciente y mi razón. O lo que es lo mismo, entre lo que siento y lo que debo hacer.
Es una tensión que no cesa.
Me encantaría el poder llamarle y poder decirle algunas cosas que se me han quedado guardadas, que no he podido decirle.
Sin embargo, sé que esto no será nada positivo para mí. Y lo sé, por la experiencia de mi ruptura anterior...
Sé que tengo que hacer una limpieza, pero siendo honesta, aún no la he empezado. No puedo. No puedo hacerlo.
Hoy he reflexionado sobre ello, y prefiero decir: "Hoy no puedo hacerlo, quizás mañana si".
Necesito darme un tiempo para poder afrontar la fase de la limpieza de la que os hablaba en un post anterior.
Cuando veo que todo me cuesta, cuando veo que este túnel se está volviendo demasiado oscuro para mí, intento imaginarme dentro de unos meses, cuando esté en una fase más avanzada de mi recuperación, cuando vea que esto no me duele tanto...
Sé que hasta cuesta trabajo verse bien en un futuro. Pero como tengo la experiencia de mi ruptura anterior, sé que saldré adelante. Sólo tengo que poner de mi parte, aunque ahora cueste trabajo.
Cerrad los ojos e imaginaos dentro de unos meses, cuando esto ya no duela tanto, imaginaos un futuro mejor que este presente que estáis viviendo ahora mismo... seguro que os anima un poco más, como a mí...
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