miércoles, 1 de marzo de 2017

Un punto de vista diferente...

Siempre que me ocurre algo que no llego a comprender, me gusta contar con el punto de vista de otra persona, en este caso, de un familiar mío muy cercano, que además es psicóloga.

Después de haber recibido el mensaje de mi ex, yo notaba que pasaban los días y me sentía realmente melancólica, revuelta, y en cierto modo con gran desilusión.
Tras tantos años juntos, de haber vivido tanto, y de haber compartido tanto, ni siquiera fue capaz de preguntarme qué tal estaba, como me iban las cosas... nada. Solo me deseaba un feliz año nuevo y que pasara una buena noche.

Hablando con este familiar sobre lo que había pasado y como me sentía yo, me dio un punto de vista diferente.
Según ella, que él haya aparecido no es fruto de la casualidad. No podemos saber en que momento vital se encontrará, pero es evidente que hay algo que le ha ocurrido recientemente que le he ha hecho acordarse de mí. Seguramente algo relacionado con una pérdida, una ruptura.

Según ella, una ruptura, o la muerte de un familiar, recuerda las rupturas y las muertes anteriores que hayamos vivido a lo largo de nuestra vida.
Lo vivido en el presente, lo que nos marca claro está, nos recuerda a momentos similares vividos en el pasado.

Este familiar mío se apoya más en la teoría que la relación que mi ex tenía con su actual pareja se ha roto. Simplemente porque si esa persona estuviera a su lado, cualquier situación difícil a nivel emocional (la muerte de un ser querido, la pérdida de alguien cercano importante...), se hubiera apoyado en ella, y no se hubiera acordado de mí, sobre todo teniendo en cuenta que hace años que no nos hablamos ni mantenemos ningún tipo de contacto.
Yo represento para él la persona que estuvo a su lado y que ya no está, y que ya no volverá, lo mismo que seguramente estará viviendo él en estos momentos.

Según mi familiar, los finales de año siempre nos revuelven a todos. Hacemos un balance de lo que hemos hecho y lo que no, y el despedirnos de un año nos hace sentir más melancólicos.
Según ella, en realidad él no quería saber como estaba yo, simplemente se juntó su situación personal difícil con un momento de reflexión de lo vivido y lo hecho a lo largo del año, como es el fin de año.

Esto explicaría porque él no volvió a ponerse en contacto conmigo cuando yo no le respondí a su mensaje, él no quería saber cómo estaba ni le interesaba retomar el contacto, únicamente pensó en él, y en su situación.

Me comentaba mi familiar que mi ex, quien durante la ruptura había tenido una actitud bastante altiva y superada, se ha dado cuenta a través de su ruptura actual el dolor que yo he sentido durante nuestra separación. Es decir, por primera vez se ha puesto en mi piel...
Es una sensación que yo siempre he tenido, la de que él no me comprendía, que él no entendía porque estaba yo tan mal y sufriendo tanto por la ruptura, no se ponía en mi difícil situación... Ahora le ha tocado a él ser el dejado, y por fin se ha dado cuenta del sufrimiento que ha sido para mí todo aquello.

Mi familiar además me añadía el hecho que me haya enviado un mensaje, indica que no tiene un mal recuerdo de mí. Y me lo demostró con una pregunta muy simple:"Tú has pasado malos momentos durante este tiempo que no tienen ninguna relación con la ruptura, cierto?, y a qué no le has enviado un mensaje a él para contárselo?. Eso es porque tú no tienes un buen recuerdo, una buena vivencia, te has quedado dolida, con un sabor amargo... Pero a él eso no le ha pasado, tiene un buen recuerdo de ti, por eso no ha dudado en contactar contigo". Y es cierto... he pasado malos momentos durante este tiempo, y jamás se me ocurrió enviarle un mensaje a él. Él hubiera sido la última persona a la que le hubiera escrito en mi vida!.

"Quédate con eso, que no tiene un mal recuerdo de lo vuestro", me añadió.

"Y su silencio después de ver que no le respondía?, a qué puede deberse?, tan poco le importo?", le pregunté. A lo que ella respondió que evidentemente no puede saberlo, pero que quizás únicamente se acordó de mí en su situación tan difícil, no esperaba una respuesta por mi parte, o simplemente después de haberme enviado el mensaje se arrepintió. Es imposible el poder saberlo.

A mí la conversación con mi familiar me aclaró muchas cosas, muchas dudas que yo tenía.
Pero sobre todo, me hizo ver que la burbuja de "no contacto" que he mantenido durante todo este tiempo para poder protegerme, es tan frágil, tan endeble, que un simple mensaje en el móvil puede romperla. Y lo veo así porque desde entonces me siento especialmente desprotegida, vulnerable y débil, como si hubieran invadido mi espacio, mi terrorio privado.

Si os puedo asegurar una cosa de la que estoy especialmente orgullosa: mi espacio lo defendí, no respondí, no caí en la trampa de contestar a su mensaje, algo que mi familiar valoró mucho: "Si hubieras respondido te hubieras arrepentido enormente. Bien Hecho!". Y me dió un abrazo.

viernes, 17 de febrero de 2017

El mensaje

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Comenté en un post anterior que había pasado unas fiestas navideñas bastante duras, por un lado por la enfermedad de un familiar y por otro por un hecho que ocurrió el día 1 de enero.

Aquella noche, la pasé en casa con mi familia. Todo normal, aunque con la preocupación evidente por el estado de salud de mi familiar que parecía estancarse.
Cenamos, hablamos, jugamos al bingo y la pasamos bien.

Como es normal en esa noche, las líneas de móviles se colapsan por el gran número de mensajes. A mí me pasó, de hecho recibí montones de mensajes de golpe felicitándome el año nuevo con bastante tiempo de retraso.
Compañeros de trabajo, conocidos, familiares... todos me mandaron sus respectivas felicitaciones vía Whatsapp.

Además de los Whatsapp, en mi pantalla del móvil apareció un símbolo de mensaje de texto.
Helada, estupefacta, sin palabras... me quedé cuando vi que el mensaje era de mi ex.
Si, habéis leído bien. Mi ex me mandó un mensaje para felicitarme el año nuevo.

Me dejó hace ya varios años, no hemos mantenido ningún tipo de contacto durante este tiempo, y después de tanto silencio, aparece de la nada y me manda un mensaje para felicitarme el año...

En el mensaje me decía que me deseaba que pasara una buena noche y que tuviera un buen año.
Era un mensaje escueto, que denotaba cierta tristeza, o por lo menos fue lo que me pareció a mí.
En ningún momento me pregunta nada, ni que tal estoy, ni como me va la vida, ni como me va después de tanto tiempo.
El mensaje únicamente pone lo que os he comentado.

No lo voy a negar: no me lo esperaba.

A raiz de este mensaje pasé la noche bastante melancólica, eso sumado a que mi familiar por aquel entonces aun seguía ingresado en el hospital con un mal pronóstico.

Yo, pese a todo, lo tuve claro desde el principio: no responder. Tampoco me preguntaba a mí nada y yo no quería pasar nuevamente por el trago amargo de responder y no recibir respuesta por su parte, algo que ya me había ocurrido varias veces con anterioridad.
Me dije a mí misma que si él quería contactar de verdad conmigo lo volvería a intentar ante mi silencio. De lo contrario sería una intentona por su parte sin grandes expectativas.

Con el paso de los días, me di cuenta que el haber recibido aquel mensaje me había hecho más daño de lo que yo había pensando en un primer momento.
A mí vinieron los recuerdos de la primera etapa de la ruptura, en la que recibía mensajes suyos y yo respondía y no volvía a saber nada más de él. La sensación de desesperación al ver que le importaba tan poco, que ya no me quería y que lo único que recibía por su parte era un silencio.
Y también, por qué no decirlo?, el sentimiento de verme como una persona tonta que respondía siempre a los mensajes sabiendo que, probablemente, no me iba a responder, pero él me tenía tan a su merced que yo respondía una y otra vez...
Volvió la sensación de tristeza, al constatar que, efectivamente, ya éramos dos desconocidos. No sabíamos nada de la vida del otro, a pesar de haber vivido y compartido tanto en el pasado.
Nos habíamos convertido en auténticos extraños
Un simple mensaje de móvil me hizo ver lo lejano que está, lo extraño que me es él ahora. No sé quién es la persona que estaba al otro lado del teléfono, y que en un momento dado decidió teclear un mensaje para mí. Un mensaje que en el pasado era lo más habitual del mundo, pero que ahora se ha convertido en algo tan excepcional que me soprendió el haberlo recibido. 

También me sentí vulnerable, al ver que un simple mensaje me había hecho tan frágil, porque me sentía triste, y revuelta, no como al principio de la ruptura, pero si desestabilizada emocionalmente.
Seguramente para él aquel mensaje no le habrá supuesto más de 2 minutos el haberlo redactado, y sin embargo en mí, tuvo un efecto durante varios días. 

Después de la melancolía, llegó la desilusión al ver que ni siquiera se molestó en preguntarme que tal estaba tras el tiempo transcurrido. Tanto compartido, tanto vivido... para que después no sea ni capaz de decirme "Qué tal?, cómo estás?".

Como yo ya me imaginaba y esperaba, de la misma manera cómo apareció, desapareció sin más. No volví a recibir noticias suyas.
Yo me quedé con la sensación de no saber que era lo que quería, y porqué había vuelto. Sin embargo, una vez pasaron las semanas, comprendí muchas cosas y me alegré de haber actuado como lo hice: con mi silencio, que es el arma más fuerte que tengo contra el daño que él me pueda hacer. 

El duelo por la ruptura ha hecho de mí una persona diferente, más fuerte, con una visión de las cosas desde otra perspectiva. He madurado, he crecido, he aprendido, y él no me tendrá a su merced siempre que le plazca.

domingo, 12 de febrero de 2017

Las comparaciones nunca fueron buenas... (Parte III)

Esto no es una competición.
Sé que a más de uno le habrá pasado, a mí también, el sentirse desdichado al ver que a tu ex le va divinamente mientras uno va a golpes con la vida…
Pero esto no es una competición. El vivir pendiente de la vida del otro nos hace desatender nuestras necesidades y nuestra propia vida. Como siempre, lo mejor es no saber nada de ellos, si les va bien o mal, es asunto suyo.

En función de las posibilidades, de la suerte, de las oportunidades... cada uno va eligiendo su camino en la vida, nuestro ex también lo hace. 
Quizás el camino que habrá tomado es mejor que el nuestro, las cosas le van mejor que a nosotros, pero eso no es asunto nuestro. No convirtamos esto es una competición de a ver quien le va mejor, porque de lo contrario seguiremos enganchados a esa persona.
La vida no es una competición, es el seguir un camino, disfrutarlo, aprender, rectificar, volver atrás, seguir adelante... y cada uno elige el suyo. 
Debemos asumir que esa persona ya está fuera de nuestra vida, y debemos romper lazos cuanto antes. Haga lo que haga no es asunto nuestro.
Nosotros debemos concentrarnos en nosotros mismos, en nuestras aficiones, nuestras amistades, porque nadie más lo hará. 

Parece que el compararnos con la vida de nuestro ex, nos ayuda a reforzar la idea de "soy un desdichado porque mira que bien le va a él/ella".

Si al enteraros que las cosas les va maravillosamente mientras vosotros no levantáis cabeza os produce rabia, tristeza, frustración…, por favor, alejaos de ellos, evitad a toda costa recibir noticias suyas, os hacen daño y no os aportan nada más que dolor.Y esa una buena manera de romper lazos con esa persona y seguir nuestro camino.

En el fondo se esconde la frustración.
Detrás del querer compararse con el otro se esconde la propia frustración de uno mismo con su vida.
Cuando uno es feliz, no tenemos ninguna necesidad de mirar la vida de los demás, disfrutamos de nuestra vida, de nuestro momento, de nuestras vivencias...
Cuando miramos la vida de nuestro ex, realmente crees que te ayuda?, crees que te está aportando algo?, crees de verdad que te ayudará a salir adelante?. Yo creo que no. Nos estamos haciendo daño a nosotros mismos, no nos aporta nada, no nos ayuda a crecer, a conocernos a nosotros mismos, a avanzar en el duelo.
Yo tenía una frase que me ayudó mucho en su día: “Cada minuto que le dedico a él, es un minuto que me robo a mí”. 

No debemos hacer cosas que no nos aportan, que no nos ayudan a superar el duelo de la ruptura. Y seguir pendiente de la vida de nuestro ex es una de ellas.

La mejor manera de evitar la frustración en nuestra vida, es, en primer lugar dejar de estar pendiente de la vida de nuestro ex.
Al principio es difícil, pero debemos prohobirnoslo tajantemente. Incluso si sentimos unas ganas tremendas de fisgonear en sus perfiles sociales, lo mejor es cortar la situación, algo que nos despeje la mente, como dar un paseo, ordenar un armario... lo que se os ocurra. Pero lo importante es controlar nuestra mente y no dejar que tome el control de la situación.

Y también muy importante es empezar a enriquecer nuestra vida con vivencias que nos aporten y nos hagan sentir felices.
Ir al gimnasio, practicar una nueva actividad, hacer senderismo, apuntarse a un curso de idiomas... Lo que sea que nos haga sentir bien, que nos aporte y nos haga desconectar de vigilar la vida de nuestro ex.
Enriqueciendo nuestra vida, evitaremos fisgonear la de los demás, sobre todo la de nuestro ex, y haremos nuestra vida más interesante y rica para nosotros.


martes, 31 de enero de 2017

Feliz año!!! II

Antes que nada quería agradecer los mensajes recibidos estos últimos días. Muchos se han preocupado por mí y me han enviado sus mensajes de apoyo. No puedo estar más agradecida y feliz por ello!.
De verdad, muchas gracias!!!.

Quería aclarar un poco lo que ha sucedido estas últimas semanas para que no haya confusiones.
A finales de año operaron a un familiar mío, la operación, que en un principio era simple, salió bien. Sin embargo, el post-operatorio se complicó, y se complicó hasta tal punto que tuvimos que ingresar a mi familiar de urgencias unas 2 semanas después de la operación con un cuadro muy poco esperanzador.
Los médicos nos dijeron que quizás de esta no salía.

Mi familiar estuvo ingresado bastante tiempo, y una vez volvió a casa, comenzaron los cuidados típicos de un enfermo, las curas, las visitas a los médicos, las noches sin dormir, las preocupaciones… Por suerte mi madre ha empezado a ayudarme, pero aún así, no he desconectado del problema. Por más que lo he intentado, no lo he conseguido.
Si bien mi familiar ha mejorado bastante en los últimos días, los médicos nos avisaron que podía volver a empeorar nuevamente. Asique aunque vemos mejoras, tampoco echamos las campanas al vuelo…

En realidad no sabremos si mejorará, si empeorará o se quedará como está. Es una incógnita. De momento la situación está estable, y este familiar, después de varias semanas, ya se encuentra en casa, aunque con una movilidad reducida.
A esto se suma que yo comienzo con mi  época de exámenes… Y creo que jamás había llevado un examen tan mal preparado como éste… Madre mía!.

Aun así, me he hecho un hueco para escribir unas líneas y explicar todo un poco.
Por supuesto que no me olvido de todos los que me habéis escrito durante este tiempo, os prometo, y cumpliré mi palabra, os contestaré uno a uno con tranquilidad. Necesito imperiosamente este momento de sosiego, de paz, de normalidad, de tranquilidad… para sentarme en mi portátil y leer atentamente vuestras líneas y poder ayudaros, dar mis impresiones.
Cuando me pasan este tipo de situaciones, en las que no puedo atender el blog como se merece, me siento profundamente mal, porque sé que muchos de los que entráis aquí estais buscando unas palabras de sosiego que no puedo daros. 
Siento de alguna manera que os dejo en la estacada cuando mas lo necesitais. Pero prometo que en breve volveré, por lo menos cuando termine los exámenes en los próximos días.
Me tocará seguir cuidando de mi familiar durante bastante tiempo, pero espero y confío que la situación se normalice un poco para que me deje estos ratitos que necesito para seguir en contacto con el blog.

Un  abrazo muy grande!!!.

domingo, 22 de enero de 2017

Feliz año!!!

Sé que hace bastante tiempo que no entro por aquí por motivos externos que me han obligado a ello. He tenido un final de año y comienzo de este nuevo bastante complicados,y aun parece que necesitará más tiempo el poder arreglarse toda la situación... Asique tendré que armarme de paciencia...

Esto, sumado a un hecho ocurrido el día de año nuevo que ya os comentaré con tiempo, me han obligado a permanecer un tiempo fuera del blog. He necesitado un poco de meditación y alejarme un poco del blog.
Pero no me he olvidado de vosotros, ni mucho menos. Sé que me seguís escribiendo, contándome vuestras situaciones y casos, y quería deciros que en los próximos días me haré un hueco para poder responder a todos vosotros con tranqulidad.

No quería, aunque ya sé que es bastante tarde ya, pasar la ocasión para desearos un feliz año, aun sabiendo que muchos de vosotros no estais pasando por vuestro mejor momento, pero pensad que lo que no mata hace fuerte, y de esta situación se sale, si, se sale... pero más fortalecido y con una nueva perspectiva de la vida, de los proyectos, de las capacidades de cada uno...

Desde mi portátil os mando un gran abrazo, y aquí estaré, para seguir caminando juntos en este largo camino, del que ya os anuncio aprenderemos muchísimo.

Un abrazo!!!.