En muchas ocasiones no podemos evitar el recibir
noticias de nuestros ex. Incluso cuando no queramos saber nada de ellos,
nos llegan… Gracias a Dios, a mí me llegan pocas novedades de su vida,
por no decir ninguna, ya que no tenemos amigos en común, ni vivimos
cerca, ni lo tengo en ninguna red social…
Y
por qué digo “gracias a Dios”?. Lo digo con todo conocimiento de causa,
porque cada vez que he recibido una información, sea la que sea, me ha
llenado de tristeza y paso unos cuantos días bastante “tocada”.
No puedo evitar el comparar su vida con la mía, aun cuando han seguido caminos separados y diferentes.
Mientras
él ha rehecho su vida sin mayores dificultades, yo aún no he sido capaz
de volver a rehacer mi vida sentimental, aun cuando han pasado varios
años desde la ruptura.
Hace
tiempo que sé que a nivel profesional está bien situado, yo en este
tiempo me he quedado varias veces sin trabajo, y si bien en donde estoy
ahora me siento bien y contenta, el sueldo no es para tirar cohetes…
Apenas me da para llegar a final de mes.
También
he sabido que además de compartir su vida con otra persona, ha podido
acceder a una vivienda en propiedad de semi-lujo en una ciudad que para
mí es absolutamente inaccesible.
Tiene una vida acomodada pues, según parece.
Mientras que mi situación es radicalmente opuesta: vivo de alquiler, en un barrio obrero en una vivienda humilde.
Por
otro lado, parece que ha hecho nuevas amistades, con la que comparte
aficiones. Yo en este tiempo he perdido a mis amigos y, con mucho
esfuerzo, estoy intentando hacer amigos nuevamente, pero no me está
siendo una tarea nada fácil…
Si, nuestros caminos se han separado a años luz y han tomado rumbos muy diferentes.
Por
qué me comparo entonces?, por qué cuando me llegan noticias suyas
siento que él se ha convertido en una persona de éxito mientras que a mí
me persigue el sambenito del papel de la dejada, de la fracasada?, por
qué siento que a él las cosas le han ido mejor que a mí por no seguir a
su lado?...
Estoy
segura, que para todos aquellos que han recibido noticias les ha
sucedido lo mismo que a mí, y he de decir antes que nada, que no tengo
noticias suyas desde hace mucho tiempo.
Pero creo que es un sentimiento bastante extendido entre quienes han sufrido una ruptura.
En
este sentido se mezclan vivencias personales de cada uno, ilusiones,
mucha fantasía, decepciones, una baja autoestima, oportunidades y
capacidades a partes iguales. Y me gustaría hablar de ello en los
próximos posts, compartiendo con vosotros algo que parece ser más
habitual de lo que se cree…