Cuando las realidades nos duelen, ya está nuestro inconsciente para crearnos unas nuevas y diferentes que no nos hagan tanto daño. Es una manera de supervivencia. Y hasta cierto punto no está mal.
Pequeños autoengaños nos sirven para sobrellevar el día a día.
Pero qué pasa cuando nuestro inconsciente crea una realidad tan diferente a la verdadera que poco o nada tiene que ver?. Pues que tarde o temprano pagaremos las consecuencias. Tarde o temprano se destapará la verdad y nosotros seremos los únicos perjudicados.
El autoengaño es una de los síntomas que nos indican que la fase de la negación está llegando. Aunque aun no hayamos abandonado la fase anterior.
Cómo funciona el autoengaño?, pues aun sabiendo que la relación se ha terminado, y que la ruptura es una realidad, que no tiene marcha atrás, mi inconsciente me manda mensajes de esperanzas.
Me dice que quizás, él se arrepienta y quiera volver. Me tienta con frases tan bonitas como "lo nuestro tiene solución", "él en realidad me quiere y me extraña", "me llamará para decirme que quiere hablar conmigo y ver la posibilidad de arreglarlo"... y un largo etcétera a cada cual más cínico.
Estas frases, dentro del contexto en el que estoy, no tienen cabida. Conscientemente sé que lo nuestro no se va a arreglar. Y entonces por qué mi inconsciente me miente?, sencillamente porque aún no está preparado para asumir la cruda realidad: mi relación se acabó.
Es peligroso dejarse llevar por estas frases tentadoras. Pero a la vez, es tremendamente fácil caer en ellas, porque suenan a cantos de sirena en el medio de una enorme tempestad.
Tenemos que luchar contra ellas!.
Qué pasa si me dejo seducir por estos ecos?, pues que tardaremos más tiempo en asumir la realidad, y con ello, permaneceremos en la fase de la negación más tiempo del necesario.
Desde hace poco, estoy escuchando estos cantos de sirena dentro de mi cabeza, que me llaman a grito pelado para que acuda a su encuentro. Cómo lucho contra ello?, siempre que me invaden las ideas que os he comentado con anterioridad me digo a mí misma: "no, te estás autoengañando".
En seguida acuden a mí otras ideas diferentes, y nuevamente vuelvo a decirles lo mismo.
Como os comentaba antes, el problema de esto es que nuestro inconsciente aún no está preparado para asumir el palo. Tenemos que darle su tiempo, poco a poco, terminará por digerir la realidad.
Con la frase "no, me estoy autoengañando", lo que estamos haciendo es no retroalimentar el engaño, no hacerlo más grande o que perdure demasiado en el tiempo, porque si esto ocurre, cuando la verdad estalle y nuestro inconsciente se vea abrumado con lo que le toca digerir, nos estallará como un globo de harina en la cara.
Si esto no os funciona, intentad reflexionar objetivamente y con racioalidad los cantos de sirena que el inconsciente os envía. Veréis que no tiene razón y que os está autoengañando.
Por ejemplo, cuando mi inconsciente me dice que él me quiere y que volverá, yo le pregunto lo siguiente: "de verdad me quiere?, entonces, por qué me ha dejado?.
Si me responde "porque no lo tiene claro y está hecho un lío, pero él te quiere e intentará arreglarlo. Volverá...", le respondo: "nadie deja lo que quiere"...
Estás pasando por una ruptura sentimental?, no sabes qué hacer?, no entiendes cómo te sientes?... En este blog, comentaré mis propias experiencias vividas por mí, ya que me han dejado recientemente. Espero, puedas sentirte comprendido y aliviado en este largo y duro caminar...
domingo, 11 de agosto de 2013
sábado, 10 de agosto de 2013
Voy a estallar...
En los inicios de la ruptura, la fase del impacto no nos dejará pensar con serenidad.
Caeremos irremediablemente en la desesperación, la ansiedad y la angustia.
No comeremos, no dormiremos, apenas podremos trabajar, y la cabeza nos volverá loc@s con un único pensamiento: nuestr@ ex.
Nuestra desesperación nos empujará a llamar a nuestra ex pareja de manera constante, le pediremos explicaciones, una segunda oportunidad...
Las horas del día se harán interminables para nosotros.
Pasado un tiempo, nuestro cuerpo comenzará a manifestar los primeros signos de cansacio: cara pálida, ojeras, pérdida de peso, incluso, falta de aseo.
En una palabra: perderemos el control.
Todo lo que acabo de describir lo viví hace años en otra separación, y en esta en menor medida.
Yo era plenamente consciente que estaba perdiendo el control de la situación, pero no podía hacer nada para remediarlo.
Por suerte, estas sensaciones no duran mucho. Aunque si agotan. Tampoco conozco ningún método para poder evitarlas. Creo que en este sentido no tenemos otra opción que pasar por ello.
Os diría que hay que intentar relajarse, pero en determinados momentos esto será complicado.
Qué hago yo?: nada de tomar tranquilizantes. Cuando la cosa se pone complicada tomo hierbas naturales que me ayudan a pasar el mal momento.
Por ejemplo, la valeriana es una buena solución para ayudarnos a dormir. Si bien no será la panacea, si ayuda.
En cuanto a la comida, sé que cuesta que entre, pero hay que hacer un esfuerzo por comer algo, sobre todo comida saludable: nada de platos precocinados, pizzas o hamburguesas. Si encima que comemos poco, comemos mal, nos exponemos a un empeoramiento de nuestra salud. Y esto, no nos hará ningún bien.
Si no tenemos hambre, es mejor comer poco y sano: la fruta será un gran aliado.
La anterior ruptura fue mucho peor que esta.
Ahora tengo algunos pequeños momentos de angustia y agobio, porque llevo tiempo sin saber nada de él, y aunque sé que es lo mejor para mí, me cuesta asumirlo.
En una palabra: lo echo de menos. Siento su ausencia, su lejanía, y la falta de contacto aumenta esta sensación.
Pero tengo que pasar por esto para poder superarlo y estar mucho mejor.
Hoy me he dado cuenta que llevo 2 días sin ducharme, salgo a la calle sin una gota de maquillaje (algo impensable en mí), llevo la misma ropa todo el tiempo, estoy comiendo comida basura y ya noto que estoy ganando peso.
Además, ayer estuve con fiebre. Esto, es una señal inequívoca de que las cosas no van bien.
Llevo una semana, y esto no puede seguir así. Siento que estoy cayendo sin freno por las escaleras, a una zona oscura.
Si no consigo parar esto me costará mucho más remontarlo. Tengo que frenarlo.
Por lo pronto, comenzaré por mi aseo personal. Quizás, si consigo verme un poco más limpia y arreglada, consiga sentirme un poco mejor.
En cuanto a la comida, hoy he modificado el desayuno y he comido un poco más sano.
A la larga, salir del atolladero, dependerá en gran medida de nuestra actitud y nuestra fuerza de voluntad. Si nos dejamos caer corremos el riesgo de empeorar nuestra situación, y el levantarnos nos costará un mayor esfuerzo por nuestra parte.
Asique, a seguir luchando, porque no nos queda otra!.
Caeremos irremediablemente en la desesperación, la ansiedad y la angustia.
No comeremos, no dormiremos, apenas podremos trabajar, y la cabeza nos volverá loc@s con un único pensamiento: nuestr@ ex.
Nuestra desesperación nos empujará a llamar a nuestra ex pareja de manera constante, le pediremos explicaciones, una segunda oportunidad...
Las horas del día se harán interminables para nosotros.
Pasado un tiempo, nuestro cuerpo comenzará a manifestar los primeros signos de cansacio: cara pálida, ojeras, pérdida de peso, incluso, falta de aseo.
En una palabra: perderemos el control.
Todo lo que acabo de describir lo viví hace años en otra separación, y en esta en menor medida.
Yo era plenamente consciente que estaba perdiendo el control de la situación, pero no podía hacer nada para remediarlo.
Por suerte, estas sensaciones no duran mucho. Aunque si agotan. Tampoco conozco ningún método para poder evitarlas. Creo que en este sentido no tenemos otra opción que pasar por ello.
Os diría que hay que intentar relajarse, pero en determinados momentos esto será complicado.
Qué hago yo?: nada de tomar tranquilizantes. Cuando la cosa se pone complicada tomo hierbas naturales que me ayudan a pasar el mal momento.
Por ejemplo, la valeriana es una buena solución para ayudarnos a dormir. Si bien no será la panacea, si ayuda.
En cuanto a la comida, sé que cuesta que entre, pero hay que hacer un esfuerzo por comer algo, sobre todo comida saludable: nada de platos precocinados, pizzas o hamburguesas. Si encima que comemos poco, comemos mal, nos exponemos a un empeoramiento de nuestra salud. Y esto, no nos hará ningún bien.
Si no tenemos hambre, es mejor comer poco y sano: la fruta será un gran aliado.
La anterior ruptura fue mucho peor que esta.
Ahora tengo algunos pequeños momentos de angustia y agobio, porque llevo tiempo sin saber nada de él, y aunque sé que es lo mejor para mí, me cuesta asumirlo.
En una palabra: lo echo de menos. Siento su ausencia, su lejanía, y la falta de contacto aumenta esta sensación.
Pero tengo que pasar por esto para poder superarlo y estar mucho mejor.
Hoy me he dado cuenta que llevo 2 días sin ducharme, salgo a la calle sin una gota de maquillaje (algo impensable en mí), llevo la misma ropa todo el tiempo, estoy comiendo comida basura y ya noto que estoy ganando peso.
Además, ayer estuve con fiebre. Esto, es una señal inequívoca de que las cosas no van bien.
Llevo una semana, y esto no puede seguir así. Siento que estoy cayendo sin freno por las escaleras, a una zona oscura.
Si no consigo parar esto me costará mucho más remontarlo. Tengo que frenarlo.
Por lo pronto, comenzaré por mi aseo personal. Quizás, si consigo verme un poco más limpia y arreglada, consiga sentirme un poco mejor.
En cuanto a la comida, hoy he modificado el desayuno y he comido un poco más sano.
A la larga, salir del atolladero, dependerá en gran medida de nuestra actitud y nuestra fuerza de voluntad. Si nos dejamos caer corremos el riesgo de empeorar nuestra situación, y el levantarnos nos costará un mayor esfuerzo por nuestra parte.
Asique, a seguir luchando, porque no nos queda otra!.
viernes, 9 de agosto de 2013
El contacto 0...
Es normal y comprensible, que nada más producirse la ruptura querramos contactar con nuestro ex.
Queremos recuperarle, convencerle que vuelva, que todo cambiará.
Queremos saber de su vida más que nunca, qué hace, con quién está, qué piensa...
Sin embargo, esto no es nada bueno para nosotros, los dejados. En este sentido, hay que comenzar el contacto 0 cuanto antes.
En qué consiste el contacto 0?: en la ausencia total de comunicación.
Nada de llamadas, mensajes, Whatsups, emails... Nada.
Por qué hay que hacerlo?. Sencillo:
- En este momento de vulnerabilidad podemos decir cosas que no debemos y de las cuales nos arrepentiremos más adelante.
- Si esa persona ha decidido romper con nosotros, no volverá le llamemos 2,4, 10 ó 40 veces.
- Proyectaremos sobre la otra persona una imagen de pena y lástima nada beneficiosa para nosotros.
- Provocaremos en la otra persona la sensación de acoso y cansancio.
- En este sentido corremos el riesgo que no nos coja el teléfono, con el consiguiente cabreo por nuestra parte. Tal y como me sucedió a mí hace unos días.
El cabreo que me pillé porque mi ex no me cogió el teléfono fue tremendo y me duró varios días. Y lo peor de todo: No me aportó absolutamente nada...
Para qué insistir?... Después de casi una semana de silencio, es evidente que no quiere hablar conmigo, y yo no puedo hacer nada, tendré que respetar su decisión.
- Seremos propensos a escuchar cosas a las que todavía no estamos preparados.
Y esto mismo me sucedió en una ruptura anterior. Jamás olvidaré aquellas palabras que me hicieron tanto daño, sé que no lo hizo por mal, él tampoco estaba en su mejor momento, pero en mí tuvieron unas consecuencias desvastadoras.
- Y para mí, este es el motivo más importante de todos por los que hay que mantener contacto 0 con nuestro ex: llamarle, enviarle mensajes, escribirle emails... no hará otra más que pensar en él, cuando en este momento debo gastar todas mis fuerzas y energías en pensar en mí.
El contacto 0 me está ayudando a no estar pendiente de lo que hace, de su vida, de sus actividades... en pocas palabras, no estoy pendiente de él y estoy más pendiente de mí misma, que al fin y al cabo, soy mas importante.
Me estoy evitando situaciones dolorosas que no harán más que caiga inevitablemente por las escaleras, obligándome a subir peldaño por peldaño más adelante, con el consiguiente esfuerzo.
Con el contacto 0 me siento protegida en este momento de tanta vulnerabilidad...
Queremos recuperarle, convencerle que vuelva, que todo cambiará.
Queremos saber de su vida más que nunca, qué hace, con quién está, qué piensa...
Sin embargo, esto no es nada bueno para nosotros, los dejados. En este sentido, hay que comenzar el contacto 0 cuanto antes.
En qué consiste el contacto 0?: en la ausencia total de comunicación.
Nada de llamadas, mensajes, Whatsups, emails... Nada.
Por qué hay que hacerlo?. Sencillo:
- En este momento de vulnerabilidad podemos decir cosas que no debemos y de las cuales nos arrepentiremos más adelante.
- Si esa persona ha decidido romper con nosotros, no volverá le llamemos 2,4, 10 ó 40 veces.
- Proyectaremos sobre la otra persona una imagen de pena y lástima nada beneficiosa para nosotros.
- Provocaremos en la otra persona la sensación de acoso y cansancio.
- En este sentido corremos el riesgo que no nos coja el teléfono, con el consiguiente cabreo por nuestra parte. Tal y como me sucedió a mí hace unos días.
El cabreo que me pillé porque mi ex no me cogió el teléfono fue tremendo y me duró varios días. Y lo peor de todo: No me aportó absolutamente nada...
Para qué insistir?... Después de casi una semana de silencio, es evidente que no quiere hablar conmigo, y yo no puedo hacer nada, tendré que respetar su decisión.
- Seremos propensos a escuchar cosas a las que todavía no estamos preparados.
Y esto mismo me sucedió en una ruptura anterior. Jamás olvidaré aquellas palabras que me hicieron tanto daño, sé que no lo hizo por mal, él tampoco estaba en su mejor momento, pero en mí tuvieron unas consecuencias desvastadoras.
- Y para mí, este es el motivo más importante de todos por los que hay que mantener contacto 0 con nuestro ex: llamarle, enviarle mensajes, escribirle emails... no hará otra más que pensar en él, cuando en este momento debo gastar todas mis fuerzas y energías en pensar en mí.
El contacto 0 me está ayudando a no estar pendiente de lo que hace, de su vida, de sus actividades... en pocas palabras, no estoy pendiente de él y estoy más pendiente de mí misma, que al fin y al cabo, soy mas importante.
Me estoy evitando situaciones dolorosas que no harán más que caiga inevitablemente por las escaleras, obligándome a subir peldaño por peldaño más adelante, con el consiguiente esfuerzo.
Con el contacto 0 me siento protegida en este momento de tanta vulnerabilidad...
jueves, 8 de agosto de 2013
Una semana después...
Ayer hizo exactamente una semana desde la última vez que lo vi.
Desde entonces no he vuelto a saber nada más de él.
Tengo la sensación que queda una charla pendiente en la que se traten determinados puntos que no se hablaron en su momento. Sobre todo por mi parte, ya que no pude hablar aquella tarde y siento que me lo quedo todo dentro de mí, y ahora percibo que tengo como una bomba en mi interior a punto de estallar.
Lo malo de esto, es que genera sensación de espera... Espera de una llamada, de un mensaje, de un email... por su parte. Y veo que han pasado varios días y no llega... El sentimiento es de desesperación. Estoy pendiente del móvil, del email... todo el tiempo. Es evidente, que así no se puede estar. Esto, no es bueno para mí: retrasa mi recuperación y me hace estar más pendiente de él que de mí.
Como era de esperar, intenté ponerme en contacto con él, pero no atiende a mis llamadas. Después de dos intentos, he dejado de insistir, total, le llame 2,3, 10 ó 20 veces seguirá sin atenderme.
Como la otra persona no quiere hablar y yo no puedo obligarla, tendré que tomar cartas en el asunto, porque mis sentimientos, mis pensamientos... siguen golpeándome la cabeza constantemente.
La solución?: escribirle una carta en la que expreso cómo me siento, cómo me encuentro, lo que pienso... a él. Manifestar con pelos y señales todo lo que llevo dentro desde hace una semana. No callarme nada.
Y después, una vez terminada, la guardo en una carpeta de mi portátil. Y allí se quedará.
Jamás debemos enviar estas confesiones a nuestros ex.
Por que no?, porque en el fondo, enviamos esa carta para provocar en la otra persona un cambio de actitud, o lo que es lo mismo: que regrese con nosotros, y esa persona ya nos ha dejado claro que no quiere continuar con nosotros.
Por otro lado, porque demuestra que estamos atados a nuestra ex pareja, que no somos capaces de vivir sin ella, que nos falta el aire, que sin ella no somos nada... en una palabra: daremos pena.
Piénsalo bien, realmente quieres darle lástima a tu ex?.
Además, es evidente que estando en el contexto en el que estamos, estaremos haciendo el ridículo.
Os contaré lo que me sucedió hace unos años con otra ruptura en la que SI envié la carta a mi ex.
A través de esta carta, le expresé lo que sentía por él, lo mucho que le quería y le echaba de menos, y por supuesto, confesé cosas que pensaba de nuestra relación y nuestra ruptura.
Teniendo en cuenta que me dejó de una manera abrupta, me pareció lógico enviarle aquella carta.
Qué reacción hubo por su parte?: Ninguna. No obtuve respuesta.
Cuando pasados unos días me lo encontré en un chat, su actitud fue de enfado, molestia y no dudó en decirme cosas hirientes.
Si lo hubiera sabido antes, jamás hubiera enviado aquella carta.
Es evidente que es difícil predecir la reacción que tendrán al leerla. No siempre es buena, tal y como me pasó a mí. No hay ninguna necesidad de pasar por un mal momento cuando ya de por sí no estamos en uno muy bueno...
Algunas veces si podemos obtener respuesta y de manera más o menos cordial, pero tenedlo claro: no volverán, ya tomaron la decisión y seguramente después de leer la carta le demos pena.
A mí me sucedió en otra ruptura, en la que fui la persona que dejó. Este ex, me envió un email diciéndome cómo se sentía y lo mal que lo estaba pasando.
Yo no podía resolver su situación, tenía que solucionarla por él mismo, y sentí verdadera pena y tristeza por lo que estaba pasando esta persona, ya que la consideraba un buen chico, sin maldad alguna.
En ningún momento dudé de la decisión que había tomado, y me limité a desearle lo mejor. Qué más podía hacer si no le quería?...
Por otro lado, pasada ya una semana, me preocupa que no haya sido capaz de llorar ni un solo día... aunque si es cierto que me siento triste...
Desde entonces no he vuelto a saber nada más de él.
Tengo la sensación que queda una charla pendiente en la que se traten determinados puntos que no se hablaron en su momento. Sobre todo por mi parte, ya que no pude hablar aquella tarde y siento que me lo quedo todo dentro de mí, y ahora percibo que tengo como una bomba en mi interior a punto de estallar.
Lo malo de esto, es que genera sensación de espera... Espera de una llamada, de un mensaje, de un email... por su parte. Y veo que han pasado varios días y no llega... El sentimiento es de desesperación. Estoy pendiente del móvil, del email... todo el tiempo. Es evidente, que así no se puede estar. Esto, no es bueno para mí: retrasa mi recuperación y me hace estar más pendiente de él que de mí.
Como era de esperar, intenté ponerme en contacto con él, pero no atiende a mis llamadas. Después de dos intentos, he dejado de insistir, total, le llame 2,3, 10 ó 20 veces seguirá sin atenderme.
Como la otra persona no quiere hablar y yo no puedo obligarla, tendré que tomar cartas en el asunto, porque mis sentimientos, mis pensamientos... siguen golpeándome la cabeza constantemente.
La solución?: escribirle una carta en la que expreso cómo me siento, cómo me encuentro, lo que pienso... a él. Manifestar con pelos y señales todo lo que llevo dentro desde hace una semana. No callarme nada.
Y después, una vez terminada, la guardo en una carpeta de mi portátil. Y allí se quedará.
Jamás debemos enviar estas confesiones a nuestros ex.
Por que no?, porque en el fondo, enviamos esa carta para provocar en la otra persona un cambio de actitud, o lo que es lo mismo: que regrese con nosotros, y esa persona ya nos ha dejado claro que no quiere continuar con nosotros.
Por otro lado, porque demuestra que estamos atados a nuestra ex pareja, que no somos capaces de vivir sin ella, que nos falta el aire, que sin ella no somos nada... en una palabra: daremos pena.
Piénsalo bien, realmente quieres darle lástima a tu ex?.
Además, es evidente que estando en el contexto en el que estamos, estaremos haciendo el ridículo.
Os contaré lo que me sucedió hace unos años con otra ruptura en la que SI envié la carta a mi ex.
A través de esta carta, le expresé lo que sentía por él, lo mucho que le quería y le echaba de menos, y por supuesto, confesé cosas que pensaba de nuestra relación y nuestra ruptura.
Teniendo en cuenta que me dejó de una manera abrupta, me pareció lógico enviarle aquella carta.
Qué reacción hubo por su parte?: Ninguna. No obtuve respuesta.
Cuando pasados unos días me lo encontré en un chat, su actitud fue de enfado, molestia y no dudó en decirme cosas hirientes.
Si lo hubiera sabido antes, jamás hubiera enviado aquella carta.
Es evidente que es difícil predecir la reacción que tendrán al leerla. No siempre es buena, tal y como me pasó a mí. No hay ninguna necesidad de pasar por un mal momento cuando ya de por sí no estamos en uno muy bueno...
Algunas veces si podemos obtener respuesta y de manera más o menos cordial, pero tenedlo claro: no volverán, ya tomaron la decisión y seguramente después de leer la carta le demos pena.
A mí me sucedió en otra ruptura, en la que fui la persona que dejó. Este ex, me envió un email diciéndome cómo se sentía y lo mal que lo estaba pasando.
Yo no podía resolver su situación, tenía que solucionarla por él mismo, y sentí verdadera pena y tristeza por lo que estaba pasando esta persona, ya que la consideraba un buen chico, sin maldad alguna.
En ningún momento dudé de la decisión que había tomado, y me limité a desearle lo mejor. Qué más podía hacer si no le quería?...
Por otro lado, pasada ya una semana, me preocupa que no haya sido capaz de llorar ni un solo día... aunque si es cierto que me siento triste...
miércoles, 7 de agosto de 2013
El duelo...
Estoy segura que sin has llegado hasta mi blog, habrás leído mucho sobre el duelo en Internet.
El duelo es el proceso por el cual nos vamos amoldando a la nueva situación, a la aceptación definitiva de la pérdida.
El duelo tiene muchas fases, pero no todas se dan en el orden preciso ni tienen la misma duración. Podemos haber superado una de las etapas, para volver nuevamente para atrás. En muchas ocasiones, podremos vivir ambas fases a la vez.
Con total honestidad, un proceso de este tipo requiere de mucha paciencia y energía por nuestra parte.
Existen atajos, pero por experiencia propia no los aconsejo, a la larga, terminaremos por pagarlo... ya que necesitariamente para poder superar con éxito un duelo, debemos haber pasado por cada una de las etapas que lo componen.
-Impacto: Recibimos la notica de que nuestra pareja va a dejarnos. Puede que no sintamos nada en el momento de conocer la decisión que ha tomado, pero pasadas unas horas, días o semanas, empezamos a digerir la situación.
Normalmente se manifiesta con sensaciones de ansiedad, de ahogo o panico.
En una ruptura que sufrí hace algunos años atrás, esta fase me duró unos 2 meses...una barbaridad...
-Negación: Se niega que la relación ha terminado. Pensamos "volverá", "se arrepentirá"... cuando en el fondo sabemos que eso no es verdad.
-Pena y depresión: Una vez nos damos cuenta que la relación se ha roto, asumimos que no hay marcha atrás.
Es precisamente en este momento cuando nos invade una profunda tristeza, no sólo por la ausencia de la otra persona, sino por los momentos compartidos.
Si esta pena se alarga mucho en el tiempo, puede aparecer la depresión.
-Culpa: El dejador siente culpa por haber roto la relación, pero el dejado siente culpa de haber sido el causante de la ruptura.
Es en esta etapa cuando se presenta los famosos "Ysis": "Y si yo hubiera sido más tolerante...", "y si no le hubiera dicho lo que dije aquel día ahora estaríamos juntos", "y si hubiera pasado más tiempo con él, no me hubiera dejado por otra persona..."
Para mí, la fase de la culpa es la más peligrosa de todas. Si no conseguimos salir de ella corremos el riesgo de quedar atrapados.
En la anterior ruptura que os comentaba antes, la culpa me duró años, no era capaz de superar esta fase y tuve que pedir ayuda profesional.
-Rabia: Esta será una de las más fáciles de detectar. Literalmente "estaremos cabreados con el mundo", y así se lo haremos notar a amigos y familiares.
Le deseamos lo peor a nuestra ex pareja, e incluso, nos asombraremos de ver como esa persona a la que tanto queríamos no hace mucho tiempo, ahora es la persona que más odiamos...
-Resignación: Invade una sensación de tristeza enorme, al ver lo que hemos perdido, sin embargo, nos queda el consuelo que una de las últimas fases.
-Reconstrucción: Nos sentiremos más fuertes y felices, aunque aún tengamos algunos días tristes, pero vemos como lo vivido forma parte del pasado, y empezamos a hacer nuestra vida nuevamente.
Ya he hablado de la teoría, ahora solo necesito ponerla en práctica...
En mis próximos post, hablaré de mí, de cómo lo llevo, de lo que hago para salir del bache... en definitiva, para superarlo.
El duelo es el proceso por el cual nos vamos amoldando a la nueva situación, a la aceptación definitiva de la pérdida.
El duelo tiene muchas fases, pero no todas se dan en el orden preciso ni tienen la misma duración. Podemos haber superado una de las etapas, para volver nuevamente para atrás. En muchas ocasiones, podremos vivir ambas fases a la vez.
Con total honestidad, un proceso de este tipo requiere de mucha paciencia y energía por nuestra parte.
Existen atajos, pero por experiencia propia no los aconsejo, a la larga, terminaremos por pagarlo... ya que necesitariamente para poder superar con éxito un duelo, debemos haber pasado por cada una de las etapas que lo componen.
-Impacto: Recibimos la notica de que nuestra pareja va a dejarnos. Puede que no sintamos nada en el momento de conocer la decisión que ha tomado, pero pasadas unas horas, días o semanas, empezamos a digerir la situación.
Normalmente se manifiesta con sensaciones de ansiedad, de ahogo o panico.
En una ruptura que sufrí hace algunos años atrás, esta fase me duró unos 2 meses...una barbaridad...
-Negación: Se niega que la relación ha terminado. Pensamos "volverá", "se arrepentirá"... cuando en el fondo sabemos que eso no es verdad.
-Pena y depresión: Una vez nos damos cuenta que la relación se ha roto, asumimos que no hay marcha atrás.
Es precisamente en este momento cuando nos invade una profunda tristeza, no sólo por la ausencia de la otra persona, sino por los momentos compartidos.
Si esta pena se alarga mucho en el tiempo, puede aparecer la depresión.
-Culpa: El dejador siente culpa por haber roto la relación, pero el dejado siente culpa de haber sido el causante de la ruptura.
Es en esta etapa cuando se presenta los famosos "Ysis": "Y si yo hubiera sido más tolerante...", "y si no le hubiera dicho lo que dije aquel día ahora estaríamos juntos", "y si hubiera pasado más tiempo con él, no me hubiera dejado por otra persona..."
Para mí, la fase de la culpa es la más peligrosa de todas. Si no conseguimos salir de ella corremos el riesgo de quedar atrapados.
En la anterior ruptura que os comentaba antes, la culpa me duró años, no era capaz de superar esta fase y tuve que pedir ayuda profesional.
-Rabia: Esta será una de las más fáciles de detectar. Literalmente "estaremos cabreados con el mundo", y así se lo haremos notar a amigos y familiares.
Le deseamos lo peor a nuestra ex pareja, e incluso, nos asombraremos de ver como esa persona a la que tanto queríamos no hace mucho tiempo, ahora es la persona que más odiamos...
-Resignación: Invade una sensación de tristeza enorme, al ver lo que hemos perdido, sin embargo, nos queda el consuelo que una de las últimas fases.
-Reconstrucción: Nos sentiremos más fuertes y felices, aunque aún tengamos algunos días tristes, pero vemos como lo vivido forma parte del pasado, y empezamos a hacer nuestra vida nuevamente.
Ya he hablado de la teoría, ahora solo necesito ponerla en práctica...
En mis próximos post, hablaré de mí, de cómo lo llevo, de lo que hago para salir del bache... en definitiva, para superarlo.
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