Cuando las realidades nos duelen, ya está nuestro inconsciente para crearnos unas nuevas y diferentes que no nos hagan tanto daño. Es una manera de supervivencia. Y hasta cierto punto no está mal.
Pequeños autoengaños nos sirven para sobrellevar el día a día.
Pero qué pasa cuando nuestro inconsciente crea una realidad tan diferente a la verdadera que poco o nada tiene que ver?. Pues que tarde o temprano pagaremos las consecuencias. Tarde o temprano se destapará la verdad y nosotros seremos los únicos perjudicados.
El autoengaño es una de los síntomas que nos indican que la fase de la negación está llegando. Aunque aun no hayamos abandonado la fase anterior.
Cómo funciona el autoengaño?, pues aun sabiendo que la relación se ha terminado, y que la ruptura es una realidad, que no tiene marcha atrás, mi inconsciente me manda mensajes de esperanzas.
Me dice que quizás, él se arrepienta y quiera volver. Me tienta con frases tan bonitas como "lo nuestro tiene solución", "él en realidad me quiere y me extraña", "me llamará para decirme que quiere hablar conmigo y ver la posibilidad de arreglarlo"... y un largo etcétera a cada cual más cínico.
Estas frases, dentro del contexto en el que estoy, no tienen cabida. Conscientemente sé que lo nuestro no se va a arreglar. Y entonces por qué mi inconsciente me miente?, sencillamente porque aún no está preparado para asumir la cruda realidad: mi relación se acabó.
Es peligroso dejarse llevar por estas frases tentadoras. Pero a la vez, es tremendamente fácil caer en ellas, porque suenan a cantos de sirena en el medio de una enorme tempestad.
Tenemos que luchar contra ellas!.
Qué pasa si me dejo seducir por estos ecos?, pues que tardaremos más tiempo en asumir la realidad, y con ello, permaneceremos en la fase de la negación más tiempo del necesario.
Desde hace poco, estoy escuchando estos cantos de sirena dentro de mi cabeza, que me llaman a grito pelado para que acuda a su encuentro. Cómo lucho contra ello?, siempre que me invaden las ideas que os he comentado con anterioridad me digo a mí misma: "no, te estás autoengañando".
En seguida acuden a mí otras ideas diferentes, y nuevamente vuelvo a decirles lo mismo.
Como os comentaba antes, el problema de esto es que nuestro inconsciente aún no está preparado para asumir el palo. Tenemos que darle su tiempo, poco a poco, terminará por digerir la realidad.
Con la frase "no, me estoy autoengañando", lo que estamos haciendo es no retroalimentar el engaño, no hacerlo más grande o que perdure demasiado en el tiempo, porque si esto ocurre, cuando la verdad estalle y nuestro inconsciente se vea abrumado con lo que le toca digerir, nos estallará como un globo de harina en la cara.
Si esto no os funciona, intentad reflexionar objetivamente y con racioalidad los cantos de sirena que el inconsciente os envía. Veréis que no tiene razón y que os está autoengañando.
Por ejemplo, cuando mi inconsciente me dice que él me quiere y que volverá, yo le pregunto lo siguiente: "de verdad me quiere?, entonces, por qué me ha dejado?.
Si me responde "porque no lo tiene claro y está hecho un lío, pero él te quiere e intentará arreglarlo. Volverá...", le respondo: "nadie deja lo que quiere"...
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