Inevitablemente, un duelo que se ha dilatado en el
tiempo, si o si, deja un rastro, una secuela en nuestra experiencia
personal.
Yo no he sido muy
consciente hasta que punto esas secuelas han dejado huella en mí, hasta
que me he en visto en determinadas situaciones que me han recordado todo
lo vivido estos años.
Recientemente,
he conocido a una persona, una persona a quien le he gustado y con
quien me siento a gusto. Por su parte, él viene de una separación
traumática, difícil, como yo… Pero a él parece no haberle afectado
demasiado. O eso es lo que me transmite…
La
cuestión es que, por miedo, inseguridades, por recordar lo vivido todos
estos años antes, durante y después de la ruptura, no me fío de él.
Sabiendo que es una buena persona, pues es lo que percibo en cada
momento, sigo sin sentirme segura a su lado.
Continuamente pienso que esta relación, que no ha hecho nada más que empezar, será un fracaso.
Miles
de fantasmas se me acercan y me dicen al oído que, con total seguridad,
esta persona me traicionará, o bien con otra persona o bien porque
tenga una doble vida o porque hay algo que me oculta y no me lo quiere
decir.
Lo cierto es que si lo pienso fríamente, esta persona no me ha transmitido nada de eso, pero los fantasmas siguen ahí.
Esta
persona, se ha dado cuenta de mis inseguridades, pues así me lo ha
expresado. Sabe que tengo miedo, sabe que no me fío al 100% de él.
Conoce mi historia, y aunque no le parece algo tan terrible como para
que me haya dejado estos miedos, de momento, lo respeta y me deja mi
espacio.
No
pensé en ningún momento que me encontraría tan asustada, tan insegura…
ante una nueva relación. Y tampoco puedo negar que el sentirme de esta
manera me llena de rabia, mucha rabia, porque me veo a mí misma muy
débil, muy frágil y desprotegida, una situación que la vivo como algo
increíble, teniendo en cuenta que mi ex me dejó hace ya varios años,
tendría que tenerlo más que superado. Tendría que ser capaz a estas
alturas, de permitir que alguien nuevo entre en mi vida, dejar que esa
persona me conozca y dejar que esta relación siga su curso, para bien o
para mal.
Pero en lugar de eso, mis miedos continuamente están boicoteando esta nueva historia y me despiertan pesadillas del pasado.
Controlar
estas inseguridades por mi parte es difícil, pero no imposible. Por el
momento, he sabido reconocer cuando entro en estado de pánico y me
esfuerzo por ponerles remedio, aunque no siempre lo consigo.
Me
he dado cuenta que entro en pánico cuando esta persona me propone
situaciones que indican que la relación se va formalizando, como por
ejemplo, cuando me dice que me quiere presentar a su familia, o cuando
quiere que conozca a sus amigos.
Estas
situaciones me recuerdan a cuando yo empecé con mi ex, hace ya muchos
años, y me saltan todas las alarmas. Sin embargo, en lugar de evitarlas,
las afronto, no exenta de miedo y de inseguridad, pero es que no quiero
seguir alimentando el “monstruo” que no me deja avanzar en mi vida.