Desde aquí os deseo un feliz 2016.
Sé que para muchos de nosotros, estas fechas no serán nada fáciles. Muchos recuerdos, muchas experiencias vividas con nuestros ex, un "el año pasado por estas fechas yo estaba aún con...".
Uno no está obligado a estar feliz en Navidad, contrariamente a lo que nos vende la televisión y la publicidad. Tenemos derecho a sentirnos como nos sentimos. Y ya está.
Dejamos atrás un año difícil y complicado en el que hemos tenido o, estamos en ello, que asumir que una persona muy importante para nosotros ha decidido no seguir a nuestro lado.
Pensad que este fatídico año queda atrás, y que uno nuevo comienza, con nuevos proyectos, con nuevos retos, con nueva ilusiones.
Nadie dijo que el duelo sea fácil, pero sería una buena idea mirar al 2016 con la perspectiva de "lo superaré", que este será nuestro gran año, que este año lo afrontaremos con más fuerza que el anterior y que nos permitirá ver el final de este duro camino, para algunos antes que para otros, dependiendo del tiempo que se lleve de duelo, pero siempre con la idea y el propósito de salir reforzados de esta experiencia.
Un saludo.
Natassha.
Estás pasando por una ruptura sentimental?, no sabes qué hacer?, no entiendes cómo te sientes?... En este blog, comentaré mis propias experiencias vividas por mí, ya que me han dejado recientemente. Espero, puedas sentirte comprendido y aliviado en este largo y duro caminar...
miércoles, 30 de diciembre de 2015
sábado, 12 de diciembre de 2015
Porqué insistes?
Si mi ex me deja y yo opto por el contacto 0, porqué tiempo después yo recibo emails o mensajes contándome cómo le va todo?. Pareciera que se está arrepintiendo...
Yo, como muchas otras personas, al producirse la ruptura opté por el contacto 0 (algo que me fue muy dificil al principio), me pareció el mejor método para poder superar la separación, pero sobre todo, me pareció lo mejor para poder protegerme. Algo que la otra parte no aceptó con agrado al 100%.
Es normal que pasado un tiempo en el que no ha habido contacto de por medio, nuestro ex contacte con nosotros contándonos como le va su vida sin nosotros, y de paso, aprovecha la ocasión para preguntarnos algo para que sigamos el contacto.
Pues bien, no os engañéis. Todo es una ilusión.
En un porcentaje alto de las ocasiones, lo que mueve a la otra persona es puro egoísmo. Es el no aceptar que nosotros, los dejados, estamos haciendo nuestra vida sin ellos.
Correis el riesgo que si respondeis vuestro ex no vuelva a responder, o si lo hace esté jugando al gato y al ratón, es decir, que comais de su mano, o dicho de otro modo, le gustará el juego del tonteo pero sin definir nada, y nosotros, con la pequeña ilusión de un posible regreso sigamos, sigamos y sigamos respondiendo esos mensajes sin pensar en el daño que nos estamos haciendo a nosotros mismos.
Les gusta ese juego de tener una persona a su merced, a su antojo, que les esté detrás como un perrito faldero.
No niego que en ocasiones la otra parte se esté arrepintiendo, pero no os preocupeis, porque de ser así, la otra persona pondrá todo de su parte para que os entereis de sus intenciones.
Y tampoco niego que contacten con nosotros para saber cómo estamos, pero antes de hacer ese tipo de cosas deberían pensar antes el resultado que tendrán sobre nosotros.
Para mi desgracia yo sufrí estas "apariciones", y no lo negaré, caí. Caí como una tonta en cada una de ellas, siempre con la espereanza de poder volver.
Él estaba muy cómodo en ese papel de "contacto contigo cuando quiero y te contesto cuando me da la gana", incluso si han pasado varios meses que no sé nada de ti.
Lo triste de todo era que yo estaba sufriendo horrores, porque ese posible regreso hipotético nunca sucedió, y yo misma, a través de sus mensajes, me creaba una ilusión, una ilusión que se quedó en eso, en cenizas.
Cuándo me dí cuenta que estos mensajes no servían de nada?, pues cuando empiezo a ver que en sus mensajes no definía nada. Me contaba su vida, me preguntaba por la mía, me contaba las cosas que hacía y los proyectos que tenía para él, proyectos en los que evidentemente yo no figuraba.
Con el tiempo me voy dando cuenta que en los contenidos generales de esos mensajes no había nada, sólo un vehículo para seguir manteniendo el contacto conmigo.
O dicho de otro modo, facilitarle su recuperación.
Él también lo estaba pasando mal, él también estaba pasando su duelo, y aunque la decisión de romper la relación había sido suya, a él también le estaba costando romper el contacto conmigo definitivamente.
Estos contactos lo que hacían era que su recuperación fuera más llevadera, porque de alguna manera yo seguía presente en su vida, aún no me había ido, seguía ahí a través de los mensajes.
Pero quién pensaba en mí?, yo también lo estaba pasando mal, y seguramente peor que él, porque la decisión de romper había sido suya y no mía.
Y un buen día él desapareció, y nunca más volví a tener noticias suyas. Seguramente porque ya habría rehecho su vida con otra persona y ya no me necesitaba.
Que mi experiencia os sirva.
Yo, como muchas otras personas, al producirse la ruptura opté por el contacto 0 (algo que me fue muy dificil al principio), me pareció el mejor método para poder superar la separación, pero sobre todo, me pareció lo mejor para poder protegerme. Algo que la otra parte no aceptó con agrado al 100%.
Es normal que pasado un tiempo en el que no ha habido contacto de por medio, nuestro ex contacte con nosotros contándonos como le va su vida sin nosotros, y de paso, aprovecha la ocasión para preguntarnos algo para que sigamos el contacto.
Pues bien, no os engañéis. Todo es una ilusión.
En un porcentaje alto de las ocasiones, lo que mueve a la otra persona es puro egoísmo. Es el no aceptar que nosotros, los dejados, estamos haciendo nuestra vida sin ellos.
Correis el riesgo que si respondeis vuestro ex no vuelva a responder, o si lo hace esté jugando al gato y al ratón, es decir, que comais de su mano, o dicho de otro modo, le gustará el juego del tonteo pero sin definir nada, y nosotros, con la pequeña ilusión de un posible regreso sigamos, sigamos y sigamos respondiendo esos mensajes sin pensar en el daño que nos estamos haciendo a nosotros mismos.
Les gusta ese juego de tener una persona a su merced, a su antojo, que les esté detrás como un perrito faldero.
No niego que en ocasiones la otra parte se esté arrepintiendo, pero no os preocupeis, porque de ser así, la otra persona pondrá todo de su parte para que os entereis de sus intenciones.
Y tampoco niego que contacten con nosotros para saber cómo estamos, pero antes de hacer ese tipo de cosas deberían pensar antes el resultado que tendrán sobre nosotros.
Para mi desgracia yo sufrí estas "apariciones", y no lo negaré, caí. Caí como una tonta en cada una de ellas, siempre con la espereanza de poder volver.
Él estaba muy cómodo en ese papel de "contacto contigo cuando quiero y te contesto cuando me da la gana", incluso si han pasado varios meses que no sé nada de ti.
Lo triste de todo era que yo estaba sufriendo horrores, porque ese posible regreso hipotético nunca sucedió, y yo misma, a través de sus mensajes, me creaba una ilusión, una ilusión que se quedó en eso, en cenizas.
Cuándo me dí cuenta que estos mensajes no servían de nada?, pues cuando empiezo a ver que en sus mensajes no definía nada. Me contaba su vida, me preguntaba por la mía, me contaba las cosas que hacía y los proyectos que tenía para él, proyectos en los que evidentemente yo no figuraba.
Con el tiempo me voy dando cuenta que en los contenidos generales de esos mensajes no había nada, sólo un vehículo para seguir manteniendo el contacto conmigo.
O dicho de otro modo, facilitarle su recuperación.
Él también lo estaba pasando mal, él también estaba pasando su duelo, y aunque la decisión de romper la relación había sido suya, a él también le estaba costando romper el contacto conmigo definitivamente.
Estos contactos lo que hacían era que su recuperación fuera más llevadera, porque de alguna manera yo seguía presente en su vida, aún no me había ido, seguía ahí a través de los mensajes.
Pero quién pensaba en mí?, yo también lo estaba pasando mal, y seguramente peor que él, porque la decisión de romper había sido suya y no mía.
Y un buen día él desapareció, y nunca más volví a tener noticias suyas. Seguramente porque ya habría rehecho su vida con otra persona y ya no me necesitaba.
Que mi experiencia os sirva.
sábado, 21 de noviembre de 2015
La ansiedad...
Una vez mi ex me había dejado, la peor parte fue convivir con la ansiedad.
Durante el día sentía que estaba en una especie de alerta constante, y durante la noche era imposible dormir.
Era habitual despertarme de madrugada y no volver a pegar ojo en lo que quedaba de noche...
De manera constante me acompañaba una mezcla entre desesperación, ahogamiento en el pecho y hormigueo en la cabeza.
No dormia, pero tampoco comía casi nada. Perdí bastante peso, y sumado a que no descansaba lo suficiente, tenía siempre ojeras, mal aspecto...
El cuerpo puede aguantar esta situación durante un tiempo, pero llega un momento en el que uno no puede más, el agotamiento físico y mental le supera.
Qué hacer?. Bueno, hay que partir de la base que esta fase hay que pasarla, no queda otra.
Estamos en pleno proceso de adaptación, asimilando la situación y asumiento que debemos aprender a seguir nuestro camino sin la otra persona a nuestro lado. Y eso lleva un tiempo.
Hay que tener claro que estos agobios no duran para siempre, tienen un final.
Como no podemos eliminar esta etapa de la recuperación, si podemos aliviar sus efectos.
Yo utilizaba medicamentos a base de hierbas contra la ansiedad, y tomaba valerianas para poder dormir, no harán mucho pero algo harán.
Los podeis encontrar en cualqueir herbolario, no tienen efectos secundarios y no crean adicción.
No os quitarán la sensación de ansiedad al 100%, quizás ni a un 50%, pero os ayudarán a calmaros, a estar un poco más tranquilos.
De alguna manera serán como una especia de apoyo en esta dura primera fase de recuperación.
Por favor, huir como la peste de medicamentos duros (antidepresivos, ansioliticos), y por supuesto del alcohol, porque si, harán desaparecer los efectos iniciales de la ruptura, pero una vez se termine el efecto del medicamento os sentireis mucho peor.
Tened en cuenta que la fase inicial es la peor y que debemos desengancharnos de nuestra droga que es nuestro ex, y eso necesita de un tiempo. Las drogas y el alcohol no harán más que anestesiar por completo esta etapa y nos hará adictos a ellos. Y realmente no avanzaremos, saldremos de una "droga" (ex) para meternos en otra (alcohol o drogas).
Por favor, alejaos de ellos!!!. Estamos en una etapa de vulnerabilidad total, y debemos cuidarnos y mimarnos más que nunca.
No os preocupeis, poco a poco todo pasa, simplemente hay que aguantar esta primera y dura etapa, pero una vez que la supereis os sentireis mucho más fuertes!, y tendreis la sensación que podeis con todo!. Creedme.
Durante el día sentía que estaba en una especie de alerta constante, y durante la noche era imposible dormir.
Era habitual despertarme de madrugada y no volver a pegar ojo en lo que quedaba de noche...
De manera constante me acompañaba una mezcla entre desesperación, ahogamiento en el pecho y hormigueo en la cabeza.
No dormia, pero tampoco comía casi nada. Perdí bastante peso, y sumado a que no descansaba lo suficiente, tenía siempre ojeras, mal aspecto...
El cuerpo puede aguantar esta situación durante un tiempo, pero llega un momento en el que uno no puede más, el agotamiento físico y mental le supera.
Qué hacer?. Bueno, hay que partir de la base que esta fase hay que pasarla, no queda otra.
Estamos en pleno proceso de adaptación, asimilando la situación y asumiento que debemos aprender a seguir nuestro camino sin la otra persona a nuestro lado. Y eso lleva un tiempo.
Hay que tener claro que estos agobios no duran para siempre, tienen un final.
Como no podemos eliminar esta etapa de la recuperación, si podemos aliviar sus efectos.
Yo utilizaba medicamentos a base de hierbas contra la ansiedad, y tomaba valerianas para poder dormir, no harán mucho pero algo harán.
Los podeis encontrar en cualqueir herbolario, no tienen efectos secundarios y no crean adicción.
No os quitarán la sensación de ansiedad al 100%, quizás ni a un 50%, pero os ayudarán a calmaros, a estar un poco más tranquilos.
De alguna manera serán como una especia de apoyo en esta dura primera fase de recuperación.
Por favor, huir como la peste de medicamentos duros (antidepresivos, ansioliticos), y por supuesto del alcohol, porque si, harán desaparecer los efectos iniciales de la ruptura, pero una vez se termine el efecto del medicamento os sentireis mucho peor.
Tened en cuenta que la fase inicial es la peor y que debemos desengancharnos de nuestra droga que es nuestro ex, y eso necesita de un tiempo. Las drogas y el alcohol no harán más que anestesiar por completo esta etapa y nos hará adictos a ellos. Y realmente no avanzaremos, saldremos de una "droga" (ex) para meternos en otra (alcohol o drogas).
Por favor, alejaos de ellos!!!. Estamos en una etapa de vulnerabilidad total, y debemos cuidarnos y mimarnos más que nunca.
No os preocupeis, poco a poco todo pasa, simplemente hay que aguantar esta primera y dura etapa, pero una vez que la supereis os sentireis mucho más fuertes!, y tendreis la sensación que podeis con todo!. Creedme.
sábado, 14 de noviembre de 2015
Eres tú?...
Irreconocible. Esa es la palabra que mejor describe a mi ex cuando me dejó.
Si durante la relación era cariñoso y atento, después de haberme dejado, y sobre todo durante el momento de romper, se convirtió en una persona fría, que no dudaba en decirme cosas hirientes.
La última vez que lo ví fue una buena prueba de ello. Cuando le pregunté entre llantos, "que iba hacer ahora yo sin él", (tened en cuenta que hacía una semana que me había dejado, y estaban las heridas a flor de piel) me respondió de una manera fría y con desprecio lo siguiente: "Y a mí que me cuentas?, ese es tu problema!". Jamás olvidaré aquello.
No sólo demuestra una falta total de empatía hacia una persona que está sufriendo, sino también una falta total de respeto hacia una persona con la que has compartido los últimos 6 años de tu vida.
De su boca también escuché frases del tipo "yo tenía la sensación que tú habías dejado de quererme", o el día que me reprochó un montón de cosas, cuando durante la relación jamás se había quejado, para terminar diciéndome: "bueno, ahora eso ya da igual, porque ya no puedes hacer nada". Creo que no hay nada más ruín que te echen cosas en cara una vez que estás fuera de la relación, porque uno ya no puede hacer nada para arreglarlo.
No veía en aquel "señor" que tenía delante, la pareja con la que había estado los últimos 6 años.
Seguro que muchos de vosotros habeis pasado por una situación similar, que la habeis sufrido en vuestras propias carnes.
Qué es lo que le pasa?...
Pensad que si nuestro ex está ya fuera de la relación, no tiene que mantener la compostura de pareja.
Pero a esto también se le suma el sentimiento de frustación que la otra persona tiene. No sólo se ha roto la relación para nosotros, para ellos también.
Aunque sean ellos los dejadores, ellos también están pasando por su proceso de duelo, a una velocidad diferente a la nuestra, pero también ellos la tienen.
Esto genera no solo sentimiento de frustración por una relación que no ha funcionado, si no también el tener que asumir que la otra persona ya no estará a su lado, el tener que aceptar que los proyectos de futuro, las ilusiones, los momento vividos... se han ido.
Todo este coctel de sentimientos genera decepción, frutración y enfado, que no dudan en descargar sobre nosotros a la mínima ocasión...
Si durante la relación era cariñoso y atento, después de haberme dejado, y sobre todo durante el momento de romper, se convirtió en una persona fría, que no dudaba en decirme cosas hirientes.
La última vez que lo ví fue una buena prueba de ello. Cuando le pregunté entre llantos, "que iba hacer ahora yo sin él", (tened en cuenta que hacía una semana que me había dejado, y estaban las heridas a flor de piel) me respondió de una manera fría y con desprecio lo siguiente: "Y a mí que me cuentas?, ese es tu problema!". Jamás olvidaré aquello.
No sólo demuestra una falta total de empatía hacia una persona que está sufriendo, sino también una falta total de respeto hacia una persona con la que has compartido los últimos 6 años de tu vida.
De su boca también escuché frases del tipo "yo tenía la sensación que tú habías dejado de quererme", o el día que me reprochó un montón de cosas, cuando durante la relación jamás se había quejado, para terminar diciéndome: "bueno, ahora eso ya da igual, porque ya no puedes hacer nada". Creo que no hay nada más ruín que te echen cosas en cara una vez que estás fuera de la relación, porque uno ya no puede hacer nada para arreglarlo.
No veía en aquel "señor" que tenía delante, la pareja con la que había estado los últimos 6 años.
Seguro que muchos de vosotros habeis pasado por una situación similar, que la habeis sufrido en vuestras propias carnes.
Qué es lo que le pasa?...
Pensad que si nuestro ex está ya fuera de la relación, no tiene que mantener la compostura de pareja.
Pero a esto también se le suma el sentimiento de frustación que la otra persona tiene. No sólo se ha roto la relación para nosotros, para ellos también.
Aunque sean ellos los dejadores, ellos también están pasando por su proceso de duelo, a una velocidad diferente a la nuestra, pero también ellos la tienen.
Esto genera no solo sentimiento de frustración por una relación que no ha funcionado, si no también el tener que asumir que la otra persona ya no estará a su lado, el tener que aceptar que los proyectos de futuro, las ilusiones, los momento vividos... se han ido.
Todo este coctel de sentimientos genera decepción, frutración y enfado, que no dudan en descargar sobre nosotros a la mínima ocasión...
sábado, 17 de octubre de 2015
Los motivos...
Cuando una persona decide romper una relación, los motivos que puede dar son muy variados. Algunos pueden ser verdad, otros verdades a medias y otros mentiras rotundas.
Las verdades hay que aceptarlas, no queda otra. Simplemente es lo que hay... Y hay que agradecer su sinceridad, que no nos haya mentido.
Otra cosa diferente es que nos creamos estos motivos o no. Pero ahí ya entra en juego nuestra imaginación y nuestra desesperación por descubrir lo que nos están ocultando. Y en muchas ocasiones no hay nada más, todo es producto de nuestra imaginación, pero sobre de nuestro dolor. A mí también me pasó.
Esto ocurre cuando la decisión que ha tomado la otra persona nos provoca un enorme dolor, y no queremos aceptarlo, entonces empezamos a imaginarnos situaciones rocambolescas sobre lo que pudo haber pasado. Pero todo forma parte de nuestra imaginación. En realidad luchar contra esto es difícil, porque forma parte de las fases de recuperación. Lo bueno es que poco a poco lo vamos superando, pero no os engañaré, hasta que llegue ese momento no se pasa nada bien...
Otra situación que nos podemos encontrar son las verdades a medias. En este caso sabemos de sobra que no nos está diciendo toda la verdad. Disfraza parte de la realidad con la mentira.
Puede ser que haga esto por no hacernos daño, y una manera de endulzar la situación sea contando pequeñas mentiras.
Esto es absurdo!. A ver querido ex si te enteras: me estás dejando!, no hay manera de que no sufra!, asique deja de ehar azucar al café y dime la verdad!.
Pero generalmente ellos saben que están haciendo daño, y no pueden evitarlo, e intentan por todos los medios que la realidad de la ruptura no sea tan dolorosa para nosotros.
Pero también puede que disfrace la realidad con parte de fantasía para ocultar un engaño, generalmente una infidelidad. Y esto si que duele!.
Lo mismo ocurre si te cuentan una mentira total. Y lo peor viene cuando te enteras de esa mentira!. Ahí amigos!, agarraos que vienen curvas...
Esta es la peor de todas. No solo te han dejado, si no que también te han engañado. Aquí la estafa es doble, y a la furia de sentirte estafado, se une la rabia por sentirte tan estúpido por habértelo creido.
Y si en su momento no te creiste la mentira que te dijo, también te sientes estúpido porque ves como tu ex pareja te subestima, creyendo que serás tan bobo de créertelo.
A mí mi ex disfrazó la verdad con una excusa, e intentó por todos los medios que me lo creyera. Evidentemente yo sabía que no me estaba contando toda la verdad, tenía la sensación que me estaba ocultando algo, pero no podía demostrarlo. Sin embargo yo sentía ese come-come por dentro que me decía que había algo más.
Jamás lo pude demostrar por mis medios, pero el tiempo terminó dándome la razón: él no me estaba diciendo toda la verdad.
Qué hacer cuándo vemos que nos está contando una historia que no es cierta?, bueno, yo soy de la idea de decírselo, de ser sincera con él. Que por lo menos se den en cuenta que no somos tan estúpidos como ellos creen. Y además que eso nos ayuda a descargar tensiones y a liberar nuestros demonios internos.
Y si nos enteramos pasado un tiempo?. Bueno, en este caso depende de cuánto tiempo haya pasado. Si yo me entero que me ha engañado después de un año de ruptura, seguramente no le diría nada. Qué mas da?, ha pasado tiempo ya. Lo que debo hacer ahora es centrarme en mi recuperación y digerir el engaño, que no es fácil. Digamos que a nuestra recuperación se le suma una fase más. Hará que retrase la superación del duelo, pero no hay otra opción... Aquí volveremos a la fase de la rabia, el odio y la venganza. Y vuelta a empezar... Aunque todo depende del grado del engaño.
Ahora si no ha pasado tanto tiempo seguramente se lo diría.
Ya os digo que depende de cuánto tiempo haya pasado desde la ruptura. Pero tened claro que descubrir un engaño no es fácil de digerir, porque a la mentira, se le añade que precisamente sale de la boca de la persona que ha sido tu pareja, por la que has sentido y vivido mucho. Y eso duele.
Las verdades hay que aceptarlas, no queda otra. Simplemente es lo que hay... Y hay que agradecer su sinceridad, que no nos haya mentido.
Otra cosa diferente es que nos creamos estos motivos o no. Pero ahí ya entra en juego nuestra imaginación y nuestra desesperación por descubrir lo que nos están ocultando. Y en muchas ocasiones no hay nada más, todo es producto de nuestra imaginación, pero sobre de nuestro dolor. A mí también me pasó.
Esto ocurre cuando la decisión que ha tomado la otra persona nos provoca un enorme dolor, y no queremos aceptarlo, entonces empezamos a imaginarnos situaciones rocambolescas sobre lo que pudo haber pasado. Pero todo forma parte de nuestra imaginación. En realidad luchar contra esto es difícil, porque forma parte de las fases de recuperación. Lo bueno es que poco a poco lo vamos superando, pero no os engañaré, hasta que llegue ese momento no se pasa nada bien...
Otra situación que nos podemos encontrar son las verdades a medias. En este caso sabemos de sobra que no nos está diciendo toda la verdad. Disfraza parte de la realidad con la mentira.
Puede ser que haga esto por no hacernos daño, y una manera de endulzar la situación sea contando pequeñas mentiras.
Esto es absurdo!. A ver querido ex si te enteras: me estás dejando!, no hay manera de que no sufra!, asique deja de ehar azucar al café y dime la verdad!.
Pero generalmente ellos saben que están haciendo daño, y no pueden evitarlo, e intentan por todos los medios que la realidad de la ruptura no sea tan dolorosa para nosotros.
Pero también puede que disfrace la realidad con parte de fantasía para ocultar un engaño, generalmente una infidelidad. Y esto si que duele!.
Lo mismo ocurre si te cuentan una mentira total. Y lo peor viene cuando te enteras de esa mentira!. Ahí amigos!, agarraos que vienen curvas...
Esta es la peor de todas. No solo te han dejado, si no que también te han engañado. Aquí la estafa es doble, y a la furia de sentirte estafado, se une la rabia por sentirte tan estúpido por habértelo creido.
Y si en su momento no te creiste la mentira que te dijo, también te sientes estúpido porque ves como tu ex pareja te subestima, creyendo que serás tan bobo de créertelo.
A mí mi ex disfrazó la verdad con una excusa, e intentó por todos los medios que me lo creyera. Evidentemente yo sabía que no me estaba contando toda la verdad, tenía la sensación que me estaba ocultando algo, pero no podía demostrarlo. Sin embargo yo sentía ese come-come por dentro que me decía que había algo más.
Jamás lo pude demostrar por mis medios, pero el tiempo terminó dándome la razón: él no me estaba diciendo toda la verdad.
Qué hacer cuándo vemos que nos está contando una historia que no es cierta?, bueno, yo soy de la idea de decírselo, de ser sincera con él. Que por lo menos se den en cuenta que no somos tan estúpidos como ellos creen. Y además que eso nos ayuda a descargar tensiones y a liberar nuestros demonios internos.
Y si nos enteramos pasado un tiempo?. Bueno, en este caso depende de cuánto tiempo haya pasado. Si yo me entero que me ha engañado después de un año de ruptura, seguramente no le diría nada. Qué mas da?, ha pasado tiempo ya. Lo que debo hacer ahora es centrarme en mi recuperación y digerir el engaño, que no es fácil. Digamos que a nuestra recuperación se le suma una fase más. Hará que retrase la superación del duelo, pero no hay otra opción... Aquí volveremos a la fase de la rabia, el odio y la venganza. Y vuelta a empezar... Aunque todo depende del grado del engaño.
Ahora si no ha pasado tanto tiempo seguramente se lo diría.
Ya os digo que depende de cuánto tiempo haya pasado desde la ruptura. Pero tened claro que descubrir un engaño no es fácil de digerir, porque a la mentira, se le añade que precisamente sale de la boca de la persona que ha sido tu pareja, por la que has sentido y vivido mucho. Y eso duele.
domingo, 4 de octubre de 2015
Las cosas no van nada bien...
Uno está cansado de la frialdad, del distanciamiento, de la sensación de "estoy contigo por rutina", por parte de nuestra pareja.
Pero uno no es tonto, sabe que si plantea la cuestión corre el gran riesgo de que sobre la mesa, se ponga una posible ruptura. Y eso amigos, no nos engañemos, da mucho mucho mucho miedo, sobre todo si seguimos queriendo a nuestra pareja.
Yo me encontré con este dilema en su momento, y me entró el pánico y nunca plantée nada, asique fue él quien se me adelantó...
Podemos estar en esta situación del "silencio" durante mucho tiempo, hasta que una de las dos partes decida mover ficha. Tal y como me pasó a mí, pero no necesariamente tiene que moverse ficha para romper la relación, también se puede hacer algo para resolver el problema.
En cualquier caso, lo que os quiero decir es que no se puede estar estancado en una situación que es desagradable. Tarde o temprano se evoluciona hacia un lado u otro (ruptura o solución).
No importa quien dé el primer paso, lo importante es que se dé.
Sea quien sea quien plantee una charla, por favor, intentad no poneros nerviosos. Me explico. No estéis a la defensiva, es importante en este punto que nuestra pareja esté cómoda para que hable claramente y nos diga qué siente. Si reprochamos, si discutimos, no conseguiremos más que un mayor distanciamiento, porque la otra persona al sentir un clima hostil tenderá a cerrarse, y os digo por experiencia que no es bueno.
Si la otra persona se cierra no podremos saber qué es lo que pasa exactamente, qué es lo siente y lo que piensa de la relación y de nosotros.
Sé que no ponerse nervioso es difícil, pero tenéis que intentar que el otro no se sienta incómodo para que pueda poner todas las cartas encima de la mesa.
Otro punto fundamental, que se pasa habitualmente por alto, es la actitud que tiene el otro.
Vale, tú tienes claro que quieres continuar con la relación, pero... y el otro?...
En esta situación observad, escuchad muy claro lo que hace y dice la otra parte. Muchas veces la comunicación no verbal podrá ayudarnos a entender y a descifrar que interés tiene en seguir o no con la relación.
Si al plantearse la charla veis que vuestra pareja propone soluciones o la veis preocupada por la situación, o se implica con vosotros, esa es buena señal, quiere decir que quiere continuar a vuestro lado. Por lo menos de momento... Y me explico.
Muchas veces cuando se plantea una charla en la que se exponen los puntos por lo cuales la relación no va bien, en ocasiones pilla de sorpresa al otro, quiero decir, que ha dejado de querer si, pero aun no ha meditado sobre una posible ruptura. Esta charla le pilla totalmente de sorpresa y la idea de romper le da pánico aún. De ahí ese interés en resolver los problemas.
Pero si en el fondo no os quiere, tarde o temprano volverá a la actitud de antes y quizás, ya si en esta ocasión, se plantee romper.
Pero para esta segunda opción tenemos que esperar un poco más de tiempo, para ver como se desarrollan los acontecimientos. El tiempo nos dará la respuesta.
Por el contrario si veis que la otra parte no pone interés en resolver los problemas, amigos, preparaos para una ruptura, ahora o más adelante.
Veis que no propone soluciones, que todo le da igual, que no pone mucho interés. Es evidente que no tiene ganas de seguir. Puede que las respuestas sean monosílabos, que no os mire a la cara, que ante las preguntas conteste con evasivas... Esto es una mala señal...
Pero ante esto, de verdad que queréis tener una persona así a vuestro lado?...
sábado, 26 de septiembre de 2015
Analizando las señales...
A veces no queremos verlas, pero están ahí.
Es difícil que una persona decida dejarnos de la noche a la mañana sin haber dado señales previamente. Y si no las daba, a lo mejor estaba actuando o auto-engañándose.
El problema es que muchas veces no las queremos ver. Justificamos el porqué se comporta de manera diferente, o porque no está igual que siempre.. y en realidad lo que estamos haciendo es tapar un gran problema de fondo.
A mí me pasó. Pero yo no quise verlo... Mucho tiempo antes de dejarme, mi ex estaba raro, diferente, y yo justificaba su comportamiento extraño alegando que tenía problemas en el trabajo. Era verdad, los tenía, pero no eran el motivo real que explicase lo que estaba pasando.
Él vivía en otra ciudad, y cada vez nos veíamos menos, y cuando estábamos juntos se mostraba más distante de lo habitual. Los últimos meses la cosa empeoró, y mucho.
Siempre hay señales.
No quiero decir que si nuestra pareja se muestra un poco diferente con nosotros vaya a dejarnos, claro que no, se puede estar pasando por una crisis o un mal momento, pero generalmente es el preámbulo para una ruptura. Nosotros conocemos bien a nuestras parejas, asique sabeis perfectamente de lo que os hablo...
Qué señales nos podemos encontrar?: son muchas y muy variadas, como por ejemplo que esté más distante, que no quiera mantener relaciones sexuales, que critique absolutamente todo lo que hacemos, que no muestre interés en estar con nosotros, que nos infravalore...
Hablar con nuestras parejas es lo más sensato, aunque no es fácil, porque da miedo que en algún momento plantee el dejarnos... y eso asusta, sobre todo si aun le seguimos queriendo. Eso fue lo que me pasó a mí. Me callé, guardé silencio esperando que las cosas mejoraran, no lo hicieron, y la cosa acabó en ruptura.
Tampoco quiero decir que hablando con nuestras parejas evitemos la ruptura. En mi caso, aunque hubiera planteado lo mal que estaba todo, no lo hubiera podido evitar. Porque hay algo que está claro: si él o ella ya no nos quiere, poco podemos hacer, más que asumir la triste realidad.
En mi próximo post me gustaría hablar de esto, qué pasa cuando planteamos a nuestras parejas que la cosa no va nada bien...
sábado, 12 de septiembre de 2015
El intercambio...
Me ahorré esta situación en esta ruptura, pero la viví en alguna ocasión.
Se trata de la devolución de objetos personales. A lo largo de los años, mi ex y yo hemos comprado cosas, y nos hemos prestado otras.
En el momento de la ruptura, en algunas ocasiones se presenta la posibilidad de intercambiar esos objetos, y no quiero decir nada si entre estos objetos hay una propiedad a medias. Ahí si que la cosa se complica, no solo en el tiempo, sino también en dinero, y por supuesto el querer hacer daño al otro.
Pero vamos a hablar de el intercambio de objetos normales, como un libro, una camiseta o fotos.
De verdad, en la medida de lo posible, evitad esta situación. Sobre todo si eres la persona dejada, no hará más que alimentar una esperanza de volver, aun cuando ya sepas que la relación está totalmente rota. Y si eres la persona que lo he dejado, tampoco te será fácil...
Me pasó hace unos años, que rompí una relación con un chico, no llevabamos mucho tiempo saliendo, pero yo tenía unos discos suyos.
Él insistía en quedar, seguramente con la esperanza de volverme a ver e intentar una reconquista. Yo me di cuenta en seguida que ese era su propósito. Asique le dije que lo mejor para los dos, pero sobre todo para él, sería que yo dejase sus discos en el bar de un amigo, y que él los recogiese cuando pudiese. Él se quedó muy cortado, pero yo insistí. "Por favor, no alarguemos esto más. Será peor..."
Dejar los objetos en un lugar neutro o enviarlo por correo, es una buena solución. Pero si no queda otro remedio más que quedar, yo intentaría citarme en un lugar neutro, como un bar.
Sobre todo si soy la persona dejada, intentaría no alargar demasiado la situación. Por ejemplo, si nada más llegar me dice de tomarnos algo, le diría que no, que tengo prisa, que únicamente he venido a dejarle sus cosas y que él me devuelva las mías, pero que tengo que marcharme. Es decir, dejar mis cosas, que él me devuelva las mías e irme. Así, sin más. No darle opción a una charla, que sería fatal para nosotros.
No creo que sea buena idea alargar la situación mucho más, es doloroso, no conduce a nada y sobre todo alimenta nuestras ganas de volver...
También existe la situación que el intercambio se tenga que hacer en el propio domicilio. Este lugar no es neutro, y puede ser peligroso, ya que invita a quedarse más tiempo y a entablar una conversación. Ante esto yo aconsejaría acortar los tiempos lo máximo posible, que se lleve lo que se tenga que llevar lo antes posible.
Por supuesto, no sacar el tema de la ruptura en ningún momento, eso ya tiene que estar más que hablado.
Ante la devolución de los objetos, yo no optaría por mandar a otra persona, eso demuestra cobardía, y sobre todo, sería meter a otra persona en el embrollo.
Hace unos años intentaron meterme en una devolución de objetos de una ruptura, la persona que me lo pidió estaba muy mal, no superaba la ruptura, pero le dije que no, que no me hiciera pasar por eso. Asique le aconsejé que le enviase sus cosas por correo, lo que le pareció muy bien, y así lo hizo.
No es fácil afrontar la devolución de objetos, pero tenemos que pasar por ello en algunas ocasiones, lo único que hay que hacer es el elegir el camino menos doloroso para nosotros.
Ante la devolución de los objetos, yo no optaría por mandar a otra persona, eso demuestra cobardía, y sobre todo, sería meter a otra persona en el embrollo.
Hace unos años intentaron meterme en una devolución de objetos de una ruptura, la persona que me lo pidió estaba muy mal, no superaba la ruptura, pero le dije que no, que no me hiciera pasar por eso. Asique le aconsejé que le enviase sus cosas por correo, lo que le pareció muy bien, y así lo hizo.
No es fácil afrontar la devolución de objetos, pero tenemos que pasar por ello en algunas ocasiones, lo único que hay que hacer es el elegir el camino menos doloroso para nosotros.
sábado, 5 de septiembre de 2015
Comenzando...
Es una sensación extraña. No lloro por la ruptura, no sufro cada día por ello, y sin embargo, siento que ha dejado una huella en mí.
No sé muy bien como explicarlo. Es como si mi corazón hubiese cerrado la herida, si, pero en su lugar hubiese quedado una gran cicatriz, que aunque no me duele, siento que está ahí.
Aún así, mi vida continúa, y eso me mantiene animada. Una vez que uno ha pasado por todas las etapas de la ruptura, y ha asumido cada una de ellas, después de todo ello toca empezar otra vez.
Toca volver a hacer amigos, a conocer gente nueva, en definitiva elegir un nuevo camino. Y lo digo lejos de cualquier pretensión de miedo, tristeza o sentimiento negativo. Más bien todo lo contrario.
Si tengo claro que no quiero buscar pareja, no tengo interés en una nueva relación por el momento. Tampoco me agobia el no tenerla. Simplemente no me apetece. Eso llegará más adelante, cuando me sienta preparada para enamorarme otra vez.
Estoy ilusionada de empezar esta nueva andadura. Y sobre todo, me siento contenta de haber superado esta situación y de ser capaz de volver a empezar.
El único problema que se me plantea, es dónde conocer gente?, cómo hago para hacer nuevas amistades?. La verdad es que no sé muy bien por donde empezar.
Sé que no se trata de ponerse un cartel en la frente diciendo que uno busca amigos, y esperar pacientemente a que estos lleguen.
Pero si soy sincera no sé muy bien cómo hacerlo...
Os iré contando como me va en mi búsqueda...
No sé muy bien como explicarlo. Es como si mi corazón hubiese cerrado la herida, si, pero en su lugar hubiese quedado una gran cicatriz, que aunque no me duele, siento que está ahí.
Aún así, mi vida continúa, y eso me mantiene animada. Una vez que uno ha pasado por todas las etapas de la ruptura, y ha asumido cada una de ellas, después de todo ello toca empezar otra vez.
Toca volver a hacer amigos, a conocer gente nueva, en definitiva elegir un nuevo camino. Y lo digo lejos de cualquier pretensión de miedo, tristeza o sentimiento negativo. Más bien todo lo contrario.
Si tengo claro que no quiero buscar pareja, no tengo interés en una nueva relación por el momento. Tampoco me agobia el no tenerla. Simplemente no me apetece. Eso llegará más adelante, cuando me sienta preparada para enamorarme otra vez.
Estoy ilusionada de empezar esta nueva andadura. Y sobre todo, me siento contenta de haber superado esta situación y de ser capaz de volver a empezar.
El único problema que se me plantea, es dónde conocer gente?, cómo hago para hacer nuevas amistades?. La verdad es que no sé muy bien por donde empezar.
Sé que no se trata de ponerse un cartel en la frente diciendo que uno busca amigos, y esperar pacientemente a que estos lleguen.
Pero si soy sincera no sé muy bien cómo hacerlo...
Os iré contando como me va en mi búsqueda...
sábado, 29 de agosto de 2015
Recapitulando
Comentaba en un post anterior, que hace poco cumplí los dos años de ruptura.
Y sin embargo, después de haber pasado por todo lo que pasé, recién ahora puedo decir que estoy intentando rehacer mi vida.
Madre mía!, cuánto tiempo he necesitado!.
Ahora comienzo una nueva etapa, una etapa que no será fácil, pero que afronto con ilusión.
Después de mi ruptura nada fue igual. Al desengaño amoroso hay que sumarle la separación de mis padres, los problemas económicos, el abandono de mis amigos, el infierno que se había convertido mi trabajo... todo en muy poco tiempo.
Cuando uno está débil emocionalmente, no sabe muy bien cómo afrontar todo esto que viene encima. Y os aseguro que no fue poco.
Cuando mi ex me dejó, no tardaron en llegar los problemas en la oficina. Cambiaron al jefe de departamento y convirtió mi empleo en un infierno. Bueno, el mío y el de mis compañeros.
Mi horario era de 9:00 hs. a 18:30hs., pero jamás se cumplió. Era tal el exceso de trabajo, que yo comenzaba a las 7:30hs. y terminaba a las 23:00hs. Y nunca llegaba... Pese a que trabajaba de lunes a domingo. No tenía día de descanso.
Pero eso no era lo peor. Los trabajadores sufríamos constantes amenazas de despido, nos sometían a reuniones durante horas, cuya única misión era humillarte delante de otro superior.
Siempre había quejas de tu trabajo, por muy bien que lo hicieras.
Un infierno. Un infierno que fue peor porque mientras yo padecía estas calamidades, la situación de la ruptura no dejaba de matillarme la cabeza.
No contenta con esto, a los 2 meses de la ruptura mis amigos empiezan a alejarse de mí. Ya no me llaman tanto ni se preocupan por mi situación.
Cuando mi ex me dejó, todo el mundo me llamó. Yo creo ahora que fue un poco por cotilleo.
Al principio todos quieren ayudarte, pero cuando ven que la cosa va para largo, la gente lo que ve en ti en un problemas con patas. Y se aleja.
A la semana de haber roto, yo tuve que escuchar de sus labios ese "tienes que pasar página ya". Me resultó Kafkiano en su momento, y ahora que ha pasado el tiempo mucho más.
Es evidente que la persona que dice eso, no te comprende, y seguramente no ha pasado por lo mismo...
Mi círculo de amistades se fue alejando, hasta que desaparecieron por completo meses después.
La guinda de la tarta la puso la separación de mis padres, después de 32 años de casados. No había pasado ni un año de la ruptura.
Los meses previos a la separación fueron un infierno. Vivir en casa era un tormento, había muy mal rollo y el aire se cortaba con un cuchillo.
La cosa se relajó cuando mi padre se fue, aunque su marcha fue triste y no exenta de polémica. Sin embargo, las reacciones de los familiares no tuvo desperdicio, y a la ya angustiosa situación, no hicieron mas que empeorarla. No recibimos ayuda de nadie.
Mi madre y yo nos quedamos solas. Física y mentalmente.
De más está decir, que el estado ánimo de mi madre era un desastre. Estaba todo el día tirada en la cama llorando, deprimida, sin ganas de nada. Yo llegaba de mi trabajo - infierno, con la cabeza a punto de estallar por la ruptura, y me encontraba en este estado a mi madre. Y yo tenía que tirar de ella como buenamente podía para animarla. No siempre lo conseguía.
A raíz de todo ello, comenzaron los problemas económicos. No llegábamos a final de mes. Hubo que apretarse mucho el cinturón y yo tuve que buscarme otro trabajo.
A esto hay que sumarle que la mitad de los electrodomésticos de la casa dejaron de funcionar, electrodomésticos importantes como la lavadora, la caldera de agua o la vitrocerámica.
No había forma de postponer su compra, asique a nuestra ya triste situación económica había que sumarle unos gastos extras que no estaban previstos.
Y por supuesto, entre medias, surgían problemas del día a día, que cuando uno está bien los afronta sin problemas, pero como uno está tambaleante, reacciona como puede, a veces no de la mejor manera posible, y hace que la vida sea un infierno.
Y sin embargo, después de haber pasado por todo lo que pasé, recién ahora puedo decir que estoy intentando rehacer mi vida.
Madre mía!, cuánto tiempo he necesitado!.
Ahora comienzo una nueva etapa, una etapa que no será fácil, pero que afronto con ilusión.
Después de mi ruptura nada fue igual. Al desengaño amoroso hay que sumarle la separación de mis padres, los problemas económicos, el abandono de mis amigos, el infierno que se había convertido mi trabajo... todo en muy poco tiempo.
Cuando uno está débil emocionalmente, no sabe muy bien cómo afrontar todo esto que viene encima. Y os aseguro que no fue poco.
Cuando mi ex me dejó, no tardaron en llegar los problemas en la oficina. Cambiaron al jefe de departamento y convirtió mi empleo en un infierno. Bueno, el mío y el de mis compañeros.
Mi horario era de 9:00 hs. a 18:30hs., pero jamás se cumplió. Era tal el exceso de trabajo, que yo comenzaba a las 7:30hs. y terminaba a las 23:00hs. Y nunca llegaba... Pese a que trabajaba de lunes a domingo. No tenía día de descanso.
Pero eso no era lo peor. Los trabajadores sufríamos constantes amenazas de despido, nos sometían a reuniones durante horas, cuya única misión era humillarte delante de otro superior.
Siempre había quejas de tu trabajo, por muy bien que lo hicieras.
Un infierno. Un infierno que fue peor porque mientras yo padecía estas calamidades, la situación de la ruptura no dejaba de matillarme la cabeza.
No contenta con esto, a los 2 meses de la ruptura mis amigos empiezan a alejarse de mí. Ya no me llaman tanto ni se preocupan por mi situación.
Cuando mi ex me dejó, todo el mundo me llamó. Yo creo ahora que fue un poco por cotilleo.
Al principio todos quieren ayudarte, pero cuando ven que la cosa va para largo, la gente lo que ve en ti en un problemas con patas. Y se aleja.
A la semana de haber roto, yo tuve que escuchar de sus labios ese "tienes que pasar página ya". Me resultó Kafkiano en su momento, y ahora que ha pasado el tiempo mucho más.
Es evidente que la persona que dice eso, no te comprende, y seguramente no ha pasado por lo mismo...
Mi círculo de amistades se fue alejando, hasta que desaparecieron por completo meses después.
La guinda de la tarta la puso la separación de mis padres, después de 32 años de casados. No había pasado ni un año de la ruptura.
Los meses previos a la separación fueron un infierno. Vivir en casa era un tormento, había muy mal rollo y el aire se cortaba con un cuchillo.
La cosa se relajó cuando mi padre se fue, aunque su marcha fue triste y no exenta de polémica. Sin embargo, las reacciones de los familiares no tuvo desperdicio, y a la ya angustiosa situación, no hicieron mas que empeorarla. No recibimos ayuda de nadie.
Mi madre y yo nos quedamos solas. Física y mentalmente.
De más está decir, que el estado ánimo de mi madre era un desastre. Estaba todo el día tirada en la cama llorando, deprimida, sin ganas de nada. Yo llegaba de mi trabajo - infierno, con la cabeza a punto de estallar por la ruptura, y me encontraba en este estado a mi madre. Y yo tenía que tirar de ella como buenamente podía para animarla. No siempre lo conseguía.
A raíz de todo ello, comenzaron los problemas económicos. No llegábamos a final de mes. Hubo que apretarse mucho el cinturón y yo tuve que buscarme otro trabajo.
A esto hay que sumarle que la mitad de los electrodomésticos de la casa dejaron de funcionar, electrodomésticos importantes como la lavadora, la caldera de agua o la vitrocerámica.
No había forma de postponer su compra, asique a nuestra ya triste situación económica había que sumarle unos gastos extras que no estaban previstos.
Y por supuesto, entre medias, surgían problemas del día a día, que cuando uno está bien los afronta sin problemas, pero como uno está tambaleante, reacciona como puede, a veces no de la mejor manera posible, y hace que la vida sea un infierno.
sábado, 22 de agosto de 2015
De vuelta de las vacaciones
Hola a tod@s!!, acabo de regresar de las vacaciones!. He estado unas
semanas fuera, disfrutando, descansando y desconenctado. Cosa que
siempre viene muy bien!.
Ahora toca vuelta a la rutina y a la realidad.
Durante mis vacaciones, cumplí los 2 años de ruptura. Me parece absolutamente increible que haya pasado tanto el tiempo, aunque en algunos momentos he tenido la sensación que pasaba demasiado lentamente...
Aquel día claro que me acordé. Y reconozco que no fue un día cualquiera, pero tampoco me afectó demasiado emocionalmente. Yo me dediqué a disfrutar de mis merecidas vacaciones.
Si me ocurrió algo llamativo. Un día, mientras estaba desayunando, estaba mirando el móvil y éste se apagó súbitamente. No volvió a encenderse. Tuve que mandarlo a reparar. Mientras tanto, estuve usando un móvil que me prestaron. Tuve que instalar el Whats'up en el teléfono prestado a la espera de tener el mío nuevo.
Fue ahí cuando empecé a chequear mis contactos, para ver que no había perdido ninguno, y descubrí, no sin sorpresa, que mi ex me había bloqueado en el Whats'up.
Yo nunca borré su número, por el simple motivo que si algún día él contacta conmigo saber quién es, ya me ha pasado en otras ocasiones con otras personas. En ningún caso he mantenido su número para saber qué es lo que hace, llamarle o mandarle un mensaje. Nunca le he mirado en el Whats'up en el último año. No me interesa lo que hace.
Desconozco hace cuando tiempo que me ha bloqueado, y mucho menos el motivo por el que lo ha hecho. Me quedé pensando en aquello, y de alguna manera me hizo sentir la mala de la historia, pero después pensé que por algo lo habrá hecho y "vete tú a saber...".
Es sumamente complicado entender y estar dentro de la mente de otra persona... Y sobre todo, una pérdida de tiempo...
Ahora toca vuelta a la rutina y a la realidad.
Durante mis vacaciones, cumplí los 2 años de ruptura. Me parece absolutamente increible que haya pasado tanto el tiempo, aunque en algunos momentos he tenido la sensación que pasaba demasiado lentamente...
Aquel día claro que me acordé. Y reconozco que no fue un día cualquiera, pero tampoco me afectó demasiado emocionalmente. Yo me dediqué a disfrutar de mis merecidas vacaciones.
Si me ocurrió algo llamativo. Un día, mientras estaba desayunando, estaba mirando el móvil y éste se apagó súbitamente. No volvió a encenderse. Tuve que mandarlo a reparar. Mientras tanto, estuve usando un móvil que me prestaron. Tuve que instalar el Whats'up en el teléfono prestado a la espera de tener el mío nuevo.
Fue ahí cuando empecé a chequear mis contactos, para ver que no había perdido ninguno, y descubrí, no sin sorpresa, que mi ex me había bloqueado en el Whats'up.
Yo nunca borré su número, por el simple motivo que si algún día él contacta conmigo saber quién es, ya me ha pasado en otras ocasiones con otras personas. En ningún caso he mantenido su número para saber qué es lo que hace, llamarle o mandarle un mensaje. Nunca le he mirado en el Whats'up en el último año. No me interesa lo que hace.
Desconozco hace cuando tiempo que me ha bloqueado, y mucho menos el motivo por el que lo ha hecho. Me quedé pensando en aquello, y de alguna manera me hizo sentir la mala de la historia, pero después pensé que por algo lo habrá hecho y "vete tú a saber...".
Es sumamente complicado entender y estar dentro de la mente de otra persona... Y sobre todo, una pérdida de tiempo...
sábado, 18 de julio de 2015
Cuando el pasado ya no afecta...
Hace unos días recibí la llamada de mi padre muy preocupado.
Resulta que en su edificio, había reventado una tubería de agua en la zona del garaje, y por desgracia su trastero se llevó la peor parte... De todos los trasteros del edificio el suyo fue el que más daños sufrió.
Mi padre estaba especialmente preocupado porque en su trastero había algunas cajas mías. Me pidió que fuera a ver en qué estado se encontraban. Y hasta allí fui.
Y efectivamente las mías no terminaron bien paradas. Al estar en el suelo fueron las que más mojadas estaban.
En el interior de esas cajas empapadas, se encontraban todas las cosas que mi ex me había regalado, fotos, cartas... en definitiva, recuerdos.
Según las iba cogiendo del suelo, éstas se deshacían y dejaban caer todo lo que había en su interior. Vi desparramados por el suelo cosas que hacía tiempo que no veía.
Cuando las empaqueté en su momento, sentí auténtica tristeza. Yo había tardado mucho tiempo en hacer esa necesaria limpieza emocional: quitar todas sus cosas de mi vista, sus recuerdos, sus regalos... y el día que me sentí con fuerzas, lo hice con una sensación de superación, pero también de tristeza, porque irremediablemente lo nuestro se había terminado.
Lo empaqueté todo en cajas y las quité de mi vista, y reconozco que fue a partir de entonces cuando empecé a sentir que asumía realmente la situación, que asumía que nada tenía marcha atrás, que la ruptura era una realidad.
Todo aquello terminó en el trastero de la casa de mi padre, y allí se quedó. Hasta el otro día...
Lo más sorprendente de todo, es que al levantar las cajas mojadas todas las cosas se caían al suelo, y en lugar de invadirme una sensación de tristeza y nostalgia, de mi rostro nacía una sonrisa de un buen recuerdo pasado.
No vi todo aquello con melancolía como antes, si no que parecía que aquello ya no me hacía daño.
Estaba rodeada de un pasado muy doloroso para mí, y sin embargo, no me afectaba.
Yo me dediqué a levantarlo todo del suelo y guardarlo en otro lugar.
Después de todo este tiempo de haberlo pasado tan mal, de haber aprendido, lo habré superado?...
Resulta que en su edificio, había reventado una tubería de agua en la zona del garaje, y por desgracia su trastero se llevó la peor parte... De todos los trasteros del edificio el suyo fue el que más daños sufrió.
Mi padre estaba especialmente preocupado porque en su trastero había algunas cajas mías. Me pidió que fuera a ver en qué estado se encontraban. Y hasta allí fui.
Y efectivamente las mías no terminaron bien paradas. Al estar en el suelo fueron las que más mojadas estaban.
En el interior de esas cajas empapadas, se encontraban todas las cosas que mi ex me había regalado, fotos, cartas... en definitiva, recuerdos.
Según las iba cogiendo del suelo, éstas se deshacían y dejaban caer todo lo que había en su interior. Vi desparramados por el suelo cosas que hacía tiempo que no veía.
Cuando las empaqueté en su momento, sentí auténtica tristeza. Yo había tardado mucho tiempo en hacer esa necesaria limpieza emocional: quitar todas sus cosas de mi vista, sus recuerdos, sus regalos... y el día que me sentí con fuerzas, lo hice con una sensación de superación, pero también de tristeza, porque irremediablemente lo nuestro se había terminado.
Lo empaqueté todo en cajas y las quité de mi vista, y reconozco que fue a partir de entonces cuando empecé a sentir que asumía realmente la situación, que asumía que nada tenía marcha atrás, que la ruptura era una realidad.
Todo aquello terminó en el trastero de la casa de mi padre, y allí se quedó. Hasta el otro día...
Lo más sorprendente de todo, es que al levantar las cajas mojadas todas las cosas se caían al suelo, y en lugar de invadirme una sensación de tristeza y nostalgia, de mi rostro nacía una sonrisa de un buen recuerdo pasado.
No vi todo aquello con melancolía como antes, si no que parecía que aquello ya no me hacía daño.
Estaba rodeada de un pasado muy doloroso para mí, y sin embargo, no me afectaba.
Yo me dediqué a levantarlo todo del suelo y guardarlo en otro lugar.
Después de todo este tiempo de haberlo pasado tan mal, de haber aprendido, lo habré superado?...
sábado, 4 de julio de 2015
Un gancho, un hook... y vuelta a levantarse
Superar una ruptura no está exenta de dificultades, de malos momentos, de sensaciones de soledad y tristeza... pero no es menos cierto que no haya instantes de autentica algría al comprobar que hemos superado una etapa. Cuando nos damos cuenta que lo que nos dolía antes, ahora ya ni nos afecta.
Ahora que ha pasado tiempo desde que mi ex decidió dejarme, hace ya casi 2 años, veo la situación con más claridad.
Recuerdo al principio, esa sensación de falta de aire, de desorientación, de no entender nada... a pasar a una etapa de más calma, de mas indiferencia, en definitiva, de más madurez.
Porque si, no podemos negarlo, esta vivencia nos ha hecho crecer. Ya no somos los mismos de antes, sobre todo si digerir la ruptura nos ha llevado bastante tiempo.
Aunque en su momento yo no lo veía así, cada vez que me enteraba de una noticia que me hacía daño, pasaba una mala temporada, pero esto me ponía en su sitio y me hacía tocar la realidad.
Por ejemplo, cuando mi ex me dejó decidió, pese a que yo le rogué que no lo hiciera, no volver a llamarme ni a tener contacto conmigo, con el pretexto de que cuando lo hacía yo me ponía triste.
Pues bien, el hecho de ver que él tomó esa decisión sin tenerme en cuenta y que la tomó con cierta facilidad, me hizo daño, pero después de superar el bache me ayudó a comprender que efectivamente él ya no me quería, porque una persona que te quiere jamás haría eso.
Lo mismo sucedió el año pasado cuando me enteré que ya estaba con otra chica. Esto me abrió los ojos y me hizo comprender que él ya había pasado página. Que él estaba rehaciendo su vida.
Me dolió, si, muchísimo, pero superado el bache dejó de hacerme daño y de importarme.
Lo mismo ocurrió cuando me enteré que se fue a vivir con ella.
Que quiero decir con todo esto?, pues que si estais pasando por esos momentos en los que os enterais de malas noticias, os llegan comentarios dañinos o cualquier motivo que os haga sentir que no vais a poder con tanto dolor, pensad en lo que os estoy diciendo.
Tomadlo como una etapa de superación, de un momento que os ayudará crecer, a pasar página, a superarlo y a seguir adelante.
No penseis que es el final del mundo, tomadlo como un reto a superar.
De verdad, creed en lo que os estoy diciendo, porque a mí me sucedió, y fue lo que me ayudó a seguir adelante con mi camino.
sábado, 13 de junio de 2015
Aprendiendo...
Cuando mi ex me dejó, hace ya casi 2 años, pasé por muchos estados: estado de shock, rabia, ira, tristeza... cuando todo esto pasa, lo que queda es una sensación de cierta confusión, de estado de aparente serenidad después de todo lo vivido.
Es ahí, cuando uno empieza a ver las cosas con más claridad. Empieza a darse cuenta de las cosas que funcionaban o no en la relación, de cosas que se hicieron, se dijeron antes, durante y después de la ruptura.
Es ahí, cuando uno empieza a interiorizar todo lo experimentado, todo lo vivido después del estado de ira inicial.
Es ahí, cuando uno empieza a darse cuenta que la vida continúa sin esa persona.
Es ahí, cuando uno empieza a buscar su lugar en el mundo, aquel lugar que ocupábamos antes de estar en pareja y que habíamos olvidado.
Es ahí, cuando uno empieza a comprender todo lo que ha aprendido en este proceso. Se ha sufrido, si, se ha pasado mal, también... pero cuánto ha aprendido uno?. No sólo lo que ha aprendido en cuanto a la relación, si no también lo que uno ha aprendido de sí mismo.
Y con esto último es con lo que me quedo, con lo aprendido, con lo interiorizado, porque si de esto no me ha quedado nada, entonces de qué ha servido todo esto?...
Es ahí, cuando uno empieza a ver las cosas con más claridad. Empieza a darse cuenta de las cosas que funcionaban o no en la relación, de cosas que se hicieron, se dijeron antes, durante y después de la ruptura.
Es ahí, cuando uno empieza a interiorizar todo lo experimentado, todo lo vivido después del estado de ira inicial.
Es ahí, cuando uno empieza a darse cuenta que la vida continúa sin esa persona.
Es ahí, cuando uno empieza a buscar su lugar en el mundo, aquel lugar que ocupábamos antes de estar en pareja y que habíamos olvidado.
Es ahí, cuando uno empieza a comprender todo lo que ha aprendido en este proceso. Se ha sufrido, si, se ha pasado mal, también... pero cuánto ha aprendido uno?. No sólo lo que ha aprendido en cuanto a la relación, si no también lo que uno ha aprendido de sí mismo.
Y con esto último es con lo que me quedo, con lo aprendido, con lo interiorizado, porque si de esto no me ha quedado nada, entonces de qué ha servido todo esto?...
sábado, 6 de junio de 2015
Sueños rotos...
Comentaba en un post anterior que me había enterado que mi ex se había ido a vivir con su nueva pareja.
Lo cierto es que no me esperaba tal noticia, o mejor dicho, no me esperaba que esto sucediera tan pronto...
Es cierto que me ha dolido el hecho de que mientras él ya ha rehecho su vida, yo aún sigo dolida por la ruptura. No he sido capaz de pasar página a pesar de que ha pasado poco más de un año y medio. Pero yo llevo mi ritmo y él el suyo y contra eso no se puede hacer nada. Hay que respetar los tiempos de recuperación de cada uno.
También es cierto que le ha tocado el papel menos doloroso: el de dejador. No es fácil, pero os puedo asegurar que el de dejado es mucho peor...
Pero no ha sido esto lo único que me ha hecho daño. También el hecho de que mientras mi ex y yo éramos pareja, habíamos hablado muchas veces de irnos a vivir juntos. Habíamos comprado muchas cosas ya, habíamos hecho planes, en definitiva, habíamos pensado en nuestro futuro, un futuro que se truncó y nunca llegó...
Es la decepción de saber que te han prometido algo que sabes que esa persona ya no cumplirá. Es el pensar en lo que hubiera sucedido, en lo que hubieras sentido, en lo que hubieras vivido... con esa persona de haber cumplido su promesa.
Es la decepción de saber que esas promesas no solo no se cumplirán, sino que todos esos proyectos, todos esos planes, todas esas ideas que un día compartí con aquella persona, dónde están?, a dónde se han ido?, qué hago ahora con ellas?...
Cuántos sueños rotos se han quedado por el camino?, cuántos sueños rotos ya no se cumplirán?... Muchos.
Se me presenta otro reto: superar los sueños rotos.
En su momento tuve que digerir que él me había dejado, hoy tengo que superar que unos sueños que no existen me persiguen dentro de mi mente...
Cómo hago esto?, cómo asumo los sueños que se terminaron convirtiendo en mentiras?...
Lo cierto es que no me esperaba tal noticia, o mejor dicho, no me esperaba que esto sucediera tan pronto...
Es cierto que me ha dolido el hecho de que mientras él ya ha rehecho su vida, yo aún sigo dolida por la ruptura. No he sido capaz de pasar página a pesar de que ha pasado poco más de un año y medio. Pero yo llevo mi ritmo y él el suyo y contra eso no se puede hacer nada. Hay que respetar los tiempos de recuperación de cada uno.
También es cierto que le ha tocado el papel menos doloroso: el de dejador. No es fácil, pero os puedo asegurar que el de dejado es mucho peor...
Pero no ha sido esto lo único que me ha hecho daño. También el hecho de que mientras mi ex y yo éramos pareja, habíamos hablado muchas veces de irnos a vivir juntos. Habíamos comprado muchas cosas ya, habíamos hecho planes, en definitiva, habíamos pensado en nuestro futuro, un futuro que se truncó y nunca llegó...
Es la decepción de saber que te han prometido algo que sabes que esa persona ya no cumplirá. Es el pensar en lo que hubiera sucedido, en lo que hubieras sentido, en lo que hubieras vivido... con esa persona de haber cumplido su promesa.
Es la decepción de saber que esas promesas no solo no se cumplirán, sino que todos esos proyectos, todos esos planes, todas esas ideas que un día compartí con aquella persona, dónde están?, a dónde se han ido?, qué hago ahora con ellas?...
Cuántos sueños rotos se han quedado por el camino?, cuántos sueños rotos ya no se cumplirán?... Muchos.
Se me presenta otro reto: superar los sueños rotos.
En su momento tuve que digerir que él me había dejado, hoy tengo que superar que unos sueños que no existen me persiguen dentro de mi mente...
Cómo hago esto?, cómo asumo los sueños que se terminaron convirtiendo en mentiras?...
miércoles, 20 de mayo de 2015
Por qué?...
He necesitado varios días para poder escribir este post. He necesitado tomar un poco de aire fresco, tiempo para aclarar mis ideas, coger fuerzas e impulso para salir adelante...
Pese a todo, no dejo de preguntarme y por qué?... Y no consigo encontrar la respuesta.
Qué es lo que ha generado tanta desolación?, pues resulta que me he enterado que hace poco tiempo mi ex se ha ido a vivir con su actual pareja.
No mantengo ningún contacto con él desde que lo hemos dejado, y ha sido lo mejor, pero sin querer me he enterado de la noticia...
Teniendo en cuenta que llevan juntos un año aproximadamente, la verdad es que la situación no tenía porqué haberme pillado de sorpresa, porque en realidad, era previsible.
Sin embargo, me ha dolido y no sabéis hasta que punto... Ha sido un puñal en mi corazón, al igual que el día que me enteré que él estaba saliendo con ella, cuando me los crucé en el semáforo.
Y yo me pregunto, por qué me ha dolido tanto?, era algo que se veía venir... Dándole vueltas y más vueltas, creo que he encontrado la respuesta.
Cuando mi ex y yo estábamos juntos (fuimos pareja durante más de 6 años), hablamos en muchas ocasiones de irnos a vivir juntos. Teniendo en cuenta que vivíamos en ciudades diferentes, a quien le había tocado hacer las maletas y marcharse había sido a mí. Los motivos son lo de menos, la cuestión es que me tocó a mí.
Durante algún tiempo estuvimos buscando piso, no con demasiada energía, ya que primero yo tenía que resolver algunas cuestiones en mi ciudad.
Hablamos mucho de compartir nuestra vida: Cómo decoraríamos el piso, las cosas que tendríamos, en qué lugar nos gustaría vivir...
Compramos infinidad de cosas para nuestro futuro hogar: platos, vasos, cubiertos, ollas, manteles, toallas... Mi casa poco a poco se empezó a llenar de cajas repletas de cosas, objetos que esperaban pacientemente el día que serían desembalados para comenzar una nueva vida en común.
Sin embargo, nada de esto sucedió. Mi ex pareja decide romper la relación con una llamada de teléfono, y yo me quedo rodeada de cajas que acabaron en los trasteros de diferentes familiares y amigos, así, bien cerradas llenándose de humedad y suciedad.
Nada de lo que planeamos sucedió, si no que ocurrió lo que yo nunca hubiera imaginado: la ruptura definitiva de la relación.
Y hoy me pregunto: por qué no se fue a vivir conmigo?, por qué se ha ido finalmente con ella?, por qué si conmigo estuvo 6 años, decidió finalmente irse con ella con la que lleva solo un año?, por qué si tenía tan claro que quería vivir conmigo finalmente no lo hizo?, por qué compró todas esas cosas para posteriormente abandonarlas en unas cajas?, por qué?, por qué? y por qué?...
Pese a todo, no dejo de preguntarme y por qué?... Y no consigo encontrar la respuesta.
Qué es lo que ha generado tanta desolación?, pues resulta que me he enterado que hace poco tiempo mi ex se ha ido a vivir con su actual pareja.
No mantengo ningún contacto con él desde que lo hemos dejado, y ha sido lo mejor, pero sin querer me he enterado de la noticia...
Teniendo en cuenta que llevan juntos un año aproximadamente, la verdad es que la situación no tenía porqué haberme pillado de sorpresa, porque en realidad, era previsible.
Sin embargo, me ha dolido y no sabéis hasta que punto... Ha sido un puñal en mi corazón, al igual que el día que me enteré que él estaba saliendo con ella, cuando me los crucé en el semáforo.
Y yo me pregunto, por qué me ha dolido tanto?, era algo que se veía venir... Dándole vueltas y más vueltas, creo que he encontrado la respuesta.
Cuando mi ex y yo estábamos juntos (fuimos pareja durante más de 6 años), hablamos en muchas ocasiones de irnos a vivir juntos. Teniendo en cuenta que vivíamos en ciudades diferentes, a quien le había tocado hacer las maletas y marcharse había sido a mí. Los motivos son lo de menos, la cuestión es que me tocó a mí.
Durante algún tiempo estuvimos buscando piso, no con demasiada energía, ya que primero yo tenía que resolver algunas cuestiones en mi ciudad.
Hablamos mucho de compartir nuestra vida: Cómo decoraríamos el piso, las cosas que tendríamos, en qué lugar nos gustaría vivir...
Compramos infinidad de cosas para nuestro futuro hogar: platos, vasos, cubiertos, ollas, manteles, toallas... Mi casa poco a poco se empezó a llenar de cajas repletas de cosas, objetos que esperaban pacientemente el día que serían desembalados para comenzar una nueva vida en común.
Sin embargo, nada de esto sucedió. Mi ex pareja decide romper la relación con una llamada de teléfono, y yo me quedo rodeada de cajas que acabaron en los trasteros de diferentes familiares y amigos, así, bien cerradas llenándose de humedad y suciedad.
Nada de lo que planeamos sucedió, si no que ocurrió lo que yo nunca hubiera imaginado: la ruptura definitiva de la relación.
Y hoy me pregunto: por qué no se fue a vivir conmigo?, por qué se ha ido finalmente con ella?, por qué si conmigo estuvo 6 años, decidió finalmente irse con ella con la que lleva solo un año?, por qué si tenía tan claro que quería vivir conmigo finalmente no lo hizo?, por qué compró todas esas cosas para posteriormente abandonarlas en unas cajas?, por qué?, por qué? y por qué?...
sábado, 9 de mayo de 2015
Los buenos cierres...
La última
vez que vi a mi ex fue en una estación de autobuses.
Una semana antes ya me había comunicado por teléfono su intención de dejarme.
Pero
quedamos aquella tarde aprovechando la ocasión que él iba a pasar por mi
ciudad (ya comenté que lo nuestro era una relación a distancia). Tuve que
insistirle mucho para vernos, pues él no quería hacerlo, pero dada mi
insistencia accedió.
Yo estaba
realmente confusa, porque desde el día que me deja por teléfono hasta el día
que nos vemos cara a cara, no recibo demasiadas explicaciones del motivo por
el cual me deja. Sus pretextos son confusos, cambiantes, y a veces tengo la
sensación que ni él mismo sabe por qué me ha dejado…
Mi idea de
quedar era para ver si conseguía que me explicase un poco mejor el motivo, y
ya puestos de paso, convencerle para que volviese conmigo. Todo fue en vano.
Quedamos a
las 7 de la tarde, y ya desde el primer momento lo que me encuentro es una
persona fría, distante, poco amigable. Sigue sin darme explicaciones exactas
de por qué no quiere estar conmigo. Me cuenta un cuento chino, que nunca me
creí.
Yo sigo
sin escuchar de sus labios ese “ya no te quiero” que tanto necesitaba. Porque
si, yo no quería que suavizara las cosas, no quería que me contara ninguna
extraña historia, yo solo quería escuchar de sus labios aquella fatídica
frase que nunca escuché por más que le pedí que fuera sincero conmigo.
Queda
conmigo a las 7, y él tenía el billete a las 8… una fuga en toda regla… Tan
solo una hora para hablar de nuestra relación de más de 6 años. Una hora que
él convirtió en tan solo 40 minutos, porque se levantó de la mesa de la
cafetería donde estábamos sentados, con la excusa que perdería el autobús.
Bueno, en realidad fue bastante menos, porque de los 40 minutos que estuvimos
sentados en la cafetería, estuvo unos 20 hablándome del embarazo de su cuñada,
del “gañán” de su hermano, del trabajo que acababa de dejar y de cien mil
tonterías que poco me importaban.
Estábamos
a escasos 50 metros de la estación… Tenía tiempo de sobra.
Pero él no
quería estar allí…
Una tarde
horrible, triste y sumamente confusa, porque no reconocía en aquella persona
que tengo delante de mí a la persona con la que he compartido los últimos 6
años de mi vida.
Se
despidió de mí con un abrazo, fue el único detalle que tuvo conmigo. Después
me soltó la mano poco a poco, hasta que se subió al autobús y ya no volví a
tocarle nunca más.
Yo lloraba
y lloraba pegada a la puerta, como esperando por su parte un arrepentimiento,
un “me lo he pensado mejor”, por si bajaba de aquel autobús. Pero lo que
recibí fue un gesto de su mano diciéndome que me marchase y un seco cierre de
puertas indicándome que ya partía.
Yo corrí
detrás del autobús, unos cuantos metros cuesta arriba, pero no pude
alcanzarle. Giró la calle y le perdí de vista para siempre.
Por qué
estoy contando esto?, por qué me estoy acordando de aquella tarde después de
más de un año?. Os comenté en un post anterior, que yo tenía 2 trabajos, pues
bien, uno de mis trabajos es de camarera en una cafetería.
Anoche,
mientras recogía las mesas y las sillas de la terraza, una pareja, o mejor
dicho, una ex pareja, discutía a grito pelado en una de las mesas.
Por lo que
pude escuchar, hacía poco que lo habían dejado, no más de una semana, y no
había sido una ruptura muy limpia que digamos. Había habido infidelidad por
parte de ella, que él acabó enterándose en ese mismo momento.
Hubo
muchos reproches por parte de él hacia ella, por su falta de consideración al
haberse liado con otro chico el mismo día que lo dejan, por su frialdad y de
un largo etcétera que no llegué a escuchar.
Mientras
recogía la barra (la pareja ya se había ido discutiendo por la calle) empiezo
a pensar sobre la importancia de los buenos cierres.
Cuando una
relación se termina y llega el momento de decir adiós, es importante que el
cierre sea lo menos conflictivo posible. Es cierto que si la ruptura se ha
producido por una infidelidad, es realmente complicado hacer un cierre sin
malos rollos.
Un cierre
debería ser un momento en el que se ponen encima de la mesa todos los
sentimientos, los positivos y negativos, de la relación. Expresar libremente
lo que se siente, las frustraciones, las tristezas, pero también las alegrías
y los momentos compartidos.
Es un buen
momento para expresar al otro cómo estamos.
|
Pero también es el momento para plantear nuestras dudas,
cualquier consulta que tengamos es el momento adecuado para exponerla.
Y la otra persona, en la medida en que pueda, debería ser lo
más honesta posible con nosotros.
Sé que esto sería lo ideal, pero no siempre es así, tal y
como me sucedió a mí o a la pareja de las que os estaba hablando.
Cuando sucede que la otra persona no es honesta o el cierre
no se ha producido de buenas maneras, ocurre que uno pregunta y repregunta a
amigos, familiares, a personas cercanas a uno (hasta punto de cansarles y
aburrirles) cuestiones que únicamente el ex tiene las respuestas.
Como no siempre podemos acceder a nuestro ex de buenas
maneras para resolver nuestras dudas, lo que esto termina alimentando es la
sensación de odio, de rabia, y en muchas ocasiones de culpabilidad.
Qué hacer ante esta situación?, bueno, a mí cuando me
invaden estas preguntas sin respuestas, intento ser honesta conmigo misma y
responderlas como si fuera mi ex quien me da la respuesta.
No es fácil, porque tengo que ponerme en la piel del otro, y
muchas veces tardo días o incluso semanas en encontrar la respuesta. Pero
siento como mi mente se queda relajada y tranquila al haber solventado su sed.
Es muy difícil ignorar estas preguntas dentro de nuestra
cabeza, porque aunque intentemos no hacerles caso o pasar de ellas, lo cierto
es que allí siguen, dale que te pego unas y otra vez planteando su pregunta,
dando vueltas dentro de nuestra mente esperando ansiosamente encontrar una
respuesta que pueda calmarla.
Haced el intento si estáis pasando por lo mismo, veréis como
cuando encontráis la respuesta os sentiréis mucho mejor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)